Es grato observar el cielo en cualquier momento, existe un mínimo de nivel de preocupación en relación a que se desarrolle un posible cáncer por lo variable de la hora o cualquier estación del año en la "insoportable" ciudad del sol. Todavía se cree que se puede comunicar a través de encontrarnos observando la luna, si se pudieran distinguir las constelaciones entre la luz artificial y mala calidad del aire, distinguirías que constantemente tienen algo que contarte.
Cada día de la vida se te pensará, ya se comprende, jamás será suprimido esto. Mucho menos comparado, si en verdad se quiere dejar que alguien entre, se tiene que ser honesta con mi persona en relación a lo que fuimos las dos: nada. Se desconoce el valor cuantitativo del límite y aún así lo desbordé dentro, jamás se detiene, va contigo dentro. Aunque alguien bese mil veces sobre la forma de tus labios, jamás será suprimido esto.
Serás irreemplazable, por lo regular se va comparando intensidades en cualquier parámetro inventado por mis extremidades. Es exhaustivo porque es imposible, tu ausencia ha dejado en gran medida muerta en vida este ente.
Se desconoce cuál justificación es válida para ir corriendo a encontrarte y que exista un canal de comunicación efectivo, cada vez desconozco qué es lo que existe en realidad. Alrededor lo comprendo como un compendio de creencias, limitaciones, pensamientos irracionales, una NADA.
Cada día volteo al cielo esperando encontrarnos en miles de años luz, conectarnos de nuevo a través de cualquier galaxia, la energía negra, lo relativo del tiempo, devoradas tan solo por un momento en un agujero negro. Se continua añorando observarnos en lo intangible de todo aquello, que en este espacio físico la distancia y el tiempo ya no cabemos.