14.2 Reunidos

686 130 18
                                    

—Tae, Gucci no te agradece por tus constantes compras, deberías relajarte un poco con eso. —Sugiere Hoseok, Taehyung en su santa costumbre lo ignora y sigue andando con sus bolsas nada discretas sobre la tienda en la que bien podría dar hasta sus órganos.

—Tae sin Gucci no es Tae, pensé que en eso ya estábamos claros. —ríe Jimin.

—Lo que yo no me explicó es como Gucci aun no lo contacta para ser modelo. Su guardarropa es solo de eso y tanto gente dice lo mismo que empiezo a preguntarme lo mismo. —menciona Jin.

—Si a la película le va bien... Quizá los consideren —opina Namjoon distraído. Jimin se fija en una de las tiendas por las que pasaron—. No me vengas a decir que piensas hacerte otro tatuaje. Ya tienes bastantes y no creo que-

—No es eso—Hace una especie de pequeño puchero—. Ya pasó más de un año—Ladea la cabeza—. Me pregunto mucho como estarán.

— ¿Cómo se llamaban?

—Jungkook y Yoongi. —Lo hacen a propósito, lo sabe. Intentan que los olvide porque es muy claro que no los verá de nuevo y de nada sirve seguirlo pensando. Jimin por su parte simplemente no puede. Ni siquiera se despidió de ellos.

—Deberías pensar más en que color de cabello te vas a poner. —Sugiere Hoseok. Hace tiempo que lo tiene rubio y quiere algún color, pero no sabe cual escoger. Mete las manos en los bolsillos de la chaqueta de cuero que lleva puesta.

—El rosa te sentaba-

—Azul. —Corta sin decir mucho más después.

Un año, tres meses y medio.

Se pregunta si ellos también lo extrañan. Quizá no, significó gastos, perder tiempo, energías. Vamos, hay muchos contras en comparación a lo que hizo por ellos. En realidad no hizo nada a aparte de hacerse ver como un rencoroso calibre cincuenta que asesinó a ocho personas. Quizá si no se hubieran enterado.

O quizá si no lo hubiera hecho.

No, arrepiéntete de todo menos de eso. Se regaña con suavidad.

Cenan, payasean por ahí y se quedan a mitad de un parque cercano al edificio donde viven. Jimin le hace mimos a Hoseok en la cabeza, lo acabará durmiendo a este paso. Ladea la cabeza tarareando perdido en sus pensamientos. No volverá a Noruega aun si le pagaran, menos a ese pueblito de mala muerte, pero parece ser el único modo de volver a verlos así sea para saber si aún lo recuerdan.

Va muy determinado a comprarse un bolso pequeño y alejarlo de Yeontan, ese animal tiene le espíritu de su dueño en el peor momento, con la intención de ir en un viaje corto con apenas cosas encima. Será un Hola, que gusto verte, adiós. Sin embargo, es algo para que su mente inquieta lo deje dormir en paz.

Una suave necesidad de tenerlos de nuevo en su vida así sea un tiempo corto.

Empezamos mal en el sentido de que lo citaron para pintarse el pelo, lo hizo de azul y justo cuando pensaba en ir a comprar fue interceptado por su manada. Casi puede sentir que ellos perfectamente lo que tiene en mente.

—No me voy a matar, solo-

—Es ir a Noruega. —corean. Jimin infla los mofletes.

— Es innecesario—opina Namjoon, a pocos metros de la entrada al edificio—. A menos que haya algo que no sepamos. —Aprieta un poco los labios.

—Nada. —responde tras un rato. Mira alrededor, tiene la impresión de que hay alguien mirándolo, siente eso en la nuca y sería tonto pasar por alto esa clase de detalles a estas alturas.

Aunque lo están llamando ignora a sus amigos por haber encontrado a quién lo está atravesando con la mirada. Hace un pequeño circulo con la boca al tiempo que abre los ojos, esa expresión de bebé que le sale al estar impresionado antes de empezar a reír e ir caminando en esa dirección.

— ¡Jimin-ssi!

Salta encima de Jungkook que prácticamente lo recibe con los brazos abiertos. Su espalda resiente el apretujón que Jungkook le propina ¿Está más alto y musculoso o qué? Siente que sus pies penden.

—te sienta más el azul.

— ¿Qué haces aquí? ¡No sabía que estabas en Corea! —Ahora no sabe como canalizar la emoción que le p-

Olvídenlo, Jungkook si supone cómo hacerlo y la cara de ambos se está poniendo tan roja como el cabello de Hoseok. Jungkook tuvo que sostenerlo porque la risa nerviosa que lo invade después del beso lo está haciendo caerse.

—Este es el "Nada" —dice Namjoon cruzado de brazos y guardando una distancia prudente junto a los demás.

—Es lindo ver a Jimin-ssi bien. —menciona Jungkook una vez guardan una distancia normal y regular entre dos personas. Jimin se hace el cabello para atrás sin borrar la sonrisa de oreja a oreja que tiene.

—También es lindo verte. Creí que... ay...—Mira a otro lado, mejor no pensar en tonterías para no pasar vergüenza—. ¿Cuánto tiempo tienes aquí? ¿Acabas de llegar? Si es así puedes quedarte en mi casa. —Ofrece al instante con gesto naturalmente coqueto, Jungkook niega con la cabeza, notablemente avergonzado.

—Tengo casi nueve meses aquí—Jungkook encoge de hombros—. Trabajo en una tienda de tatuajes. Y vivo como a... ¿Cinco horas de aquí? Honestamente no sé—Se rasca la nuca—. El asunto es que es muy lejos, en un sitio mucho más pequeño. —menciona al notar la magnitud del edificio al que Jimin iba a entrar.

—A seis horas, veinte minutos y es el pent-house, así que no seas dramático.

— ¡OUH!

Jimin retrocede un par de pasos. Por lo general es de los que aplaude cambios de apariencia y ahora solo quiere caerse de espaldas aunque lo aguanta bien. Ver a Yoongi no lo sorprende tanto, pues Jungkook fue claro con respecto a que no se iría y lo dejaría allá solo. Lo que sí lo tiene a nada de vomitar arcoíris es que se vea tan diferente.

Para empezar está el cabello de color rubio platino con unos suaves destellos azules -quizá por tinte caído-, su piel pálida hace un gracioso contraste. Aretes, ropa casual de aspecto costoso y un peinado que lo hace ver como un delincuente juvenil. Para resumir: Antítesis del Padre cristiano.

—Te ves ge-

¿Por qué la gente hace lo que le da la gana con él? Al menos estos dos. Jungkook golpea su lengua con el interior de su mejilla, acto puramente celoso de que Yoongi esté besando a Jimin y este no haga ninguna clase de ademán de quitarse. Aunque si lo juzga por su cara de susto, es más estar congelado que otra cosa.

—Oh... Jimin le va a doble banda. —dice Hoseok aguantando la risa, aunque Jin no pudo al ver la cara de Jimin.

—Tengo hambre. Vamos. —Jimin se deja arrastrar, aparentemente por la mueca de Jungkook, es normal que Yoongi haga lo que le dé la gana y en esta especie de fase de liberación total no le extraña que sea así.

Lo cierto es que Yoongi ni siquiera se molestó en ver al resto, solo en jalarlo al interior del edificio antes de que ponga replica.

Destroyed || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora