Me duele todo, es como si me hubiesen dado una gran paliza. ¿Dónde estoy? Apenas puedo abrir los ojos, una luz muy blanca los penetra e impide que pueda acostumbrar mi visión.
Poco a poco empiezo a ver mejor y distingo que estoy mirando hacia el techo, muevo mis ojos y de inmediato capto que estoy en una cama. Giro mi cabeza un poco hacia la izquierda, miro mi mano y mi pulgar está siendo apretado por algo que desconozco y una especie de aguja puesta directamente en la vena . Por un momento siento mi brazo derecho inmovilizado... esperen...si que duele mucho y miro un yeso que lo mantiene flexionado.
Me reincorporo con dificultad y ya es obvio que estoy en una habitación de hospital.
Alguien duerme sentado en un especie de sillón pequeño y reconozco que es mi mamá.
La miro y los recuerdos de lo que pasó en la fiesta comienza a volver a mi. Algo que duele mucho. ¿Sabrá todo lo que yo sé? Si no es así ¿tendré el valor para contarle todo? No quiero que sufra.
Un odio inmenso hacia tantas cosas crece poco a poco, se acrecienta en mi interior y claramente no hago ningún intento por detenerlo ya que si tiene razón para estar.
Mi mamá se endereza y comienza a frotarse la cara con las manos. Enfoca su vista hacia mi y se acerca lo más rápido que puede.
—!Mi amorcito¡ ¿Como estás?, tienes que estar tranquilo —veía en su mirada el miedo que tenía.
—Hola —y le sonreí —Creo que podría estar mejor, pero no lo discuto —me acaricia la mejilla con cariño.
—Estuve tan preocupada —y aún lo estaba —el doctor dijo que a pesar de tu... —me miró el brazo —...fractura no tienes nada más grave, solo debes estar 2 días más aquí para que te monitoreen y controlar cualquier cosa que pueda llegar a ir mal.
—Genial... -no lo puedo creer.
Ya era momento de soltarle lo que había pasado.
—Mi niño, ¿Recuerdas algo de lo que pasó? —desde que desperté todo se fué haciendo más claro y si que lo recuerdo.
—Yo...mamá, uhm... si recuerdo lo que pasó y es algo que nos involucra a los dos -noté que su mano en mi mejilla se tensó- de cierta manera un poco más a ti.
—¿Qué es hijo? —Simplemente no sabía como contárselo, me daba tanta pena poder arruinar su vida, sé que ella aún lo ama.
—Esque... —y fuí contándole lo que pasó no muy detalladamente porque esto iba a ir peor de lo que era obvio que se tornaría a medida que contaba la historia.
Sus ojos se pusieron llorosos y le cayó una lágrima, en ese instante todo el dolor que sentía se fué intensificando más y más, desilusiones, sentía como mi propio yo era otro, esto me iba a dejar marcado por siempre.
Los dos nos largamos a llorar. Ella intentaba abrazarme pero era un poco difícil en la condición que me encontraba. De igual forma hice lo posible.
—Máldito hijo de puta...perdóname el vocabulario —dijo mi madre aún respirando entrecortadamente. Intenté hacerle cariño con mi mano -hablé con él durante la madrugada y no fué capaz de contarme nada.
—¿Quién te aviso del accidente? —pregunté con voz baja.
—Él mismo, según el tus amigo lo llamaron para avisarle que un auto te había atropellado —Oh...bueno saberlo, ahora se que por eso estoy aquí, eso es lo único que no recordaba claramente -dijo que volvería a ver como estabas, le dije que fuese a descansar.
—Que ni se le ocurra aparecerse por aquí —la miré serio.
Pero como si todo estuviese en mi contra alguien comienza a abrir la puerta, pensé lo peor, como iba a reaccionar. Afortunadamente me dí cuenta que era Christian.
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Decepcionado del Amor
Romance''Las decepciones te hacen abrir los ojos y cerrar el corazón''