Me acomodé mi pelo y con cuidado me puse los pequeños pendientes plateados que llevaba guardando expresamente para un día así. Y es que hoy me esperaba una gran cita con un chico que conocí en Twitter.
Me parecía muy chistoso cómo siempre estaba escribiendo tuits enfadados a la gente para que ésta cayese en su trampa y se enojase por las cosas absurdas que el otro le contaba.
Había hablado ya unos días antes con él, y debo de decir que me encantaba tener conversaciones con él, siempre me hacía reír, aunque fuese un poco estúpido, ya que siempre intentaba ser gracioso actuando como si le enfadasen cosas minúsculas.
Aún así, me parecía muy buen tipo, me lo paso genial con él, y creo que va a ser una cita muy prometedora. Hasta hace poco los dos no hablamos mucho de nuestras cosas personales, él empezó, hablando sobre no se qué se un sueldo, lo cuál a decir verdad lo repetía bastante, y luego seguí yo con cosas sobre cómo era físicamente, mi comida favorita o dónde nací, y ahí fue cuando caí en que los dos nacimos en ṼḕṆḭḉḕ, aunque él actualmente vivía en Nápoles, decía que tenía que venir aquí para unos asuntos y que aprovecharía para verme.
Llevaba mi vestido y tacones rojo chillón especialmente para él. Mi atención en cepillarme mi liso y largo pelo se desvió al observar cómo llevaba la hora justa para encontrarnos en el exquisito restaurante de pollo frito que tenía reservado.
Agarré mi bolso un poco despistada y me dirigí al lugar dónde me encontraría con él.
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Mierda, me retrasé un minuto. Ese chico ya me estaba esperando en la puerta, con cara de pocos amigos.
Ni un metro me acerqué a él después de llamar su atención y ya me empezó a gritar.
—¿Por qué has tardado tanto? —se dirigía hacia mí con su boca entreabierta, dejando ver a la perfección sus perfectos labios. Menudo hombre más atractivo, me tenía loca—.
Me agarró fuerte del brazo al que no le respondía, pero no era mi culpa, estaba cegada por su pelo, ¿cómo funcionaría? ¿se echaría laca? ¿lo tenía tintado? ¿se haría eso todas las mañanas? ¿por qué tiene ese pelo? Varias preguntas venían a mi mente y nadie podía responderlas.
Me llevó dentro del restaurante, una vez reaccioné me dispuse a pedir la mesa que reservé. Todavía seguía preguntándome cómo funcionaba su pelo.
Todo fue perfectamente, nos sentamos en la mesa y esperamos a que alguien nos tomase nota. Me dio un poco de vergüenza cómo algunas personas me miraban extrañadas, espero que el hecho de que yo lleve un gran vestido rojo en un restaurante de pollo frito acompañado de un chico con zapatillas un poco sucias, una especie de traje de un personaje salido de un anime y cuyo pelo seguía haciendo que diversas preguntas apareciesen en mi mente.
Ellos se lo pierden.
Me llamó la atención un grupo de personas con muchas mujeres y un número reducido de hombres, cuya mesa estaba colocada al lado de la nuestra, su conversación era ciertamente... interesante. Escuchaba cómo conversaban de un "Bot" o algo así, algunas veces me asustaban, ya que les daba por hablar en un tono muy agresivo, diciendo cosas como: "Tú fuiste la responsable de romper el bot, yo sólo pedía de formaggio y ya seguía con mi vida tan tranquila", "¿Perdona? ¡Pero si eres la que más lo usaba! ¿Y que no se te ha ocurrido que pedir sólo de formaggio podría dañar el bot?", "Al menos yo no fui la que pidió de jonathan...", " Chicas, por favor calmense, a partir de ahora sólo pasaremos fanfics de ao3 sí?".
Una conversación cuanto menos interesante, debo decir.
Ya tardaba el mesero en llegar y me empezaban a poner nerviosa los sonidos que salían de su boca, como si estuviese estreñido o algo así, aunque debo decir que se veía muy guapo.
—Y bueno... ¿cómo te llamas? —intenté romper el hielo de alguna forma—.
—Ghiaccio. —respondió aquel chico de forma cortante—.
—No, ¡no! —dije con una pequeña risa para disfrazar mi confusión— ¡me refiero a tu nombre real! —recordaba su nombre de twitter perfectamente, "XxGhiaccioRotzankFurryxX"—.
—Ese es mi nombre real. —habló casi inmediatamente sin ni siquiera mirarme. Creo que en sus mejillas noté un tono rosado, como de vergüenza. Decidí no darle más importancia al asunto—.
Las cosas se calmaron cuando por fin alguien vino a pedir nota. Yo tomé la iniciativa.
—Perdone, me gustaría pedir un cubo de fried chicken
Nada más terminar mi pequeña frase fui interrumpida por Ghiaccio, quién se levantó agresivamente del asiento.
—¿C-co-cómo has dicho? —parecía que sus ojos en cualquier momento abandonarían su cuerpo—.
La chica que nos atendía se asustó, casi dejando caer el bloc que llevaba con ella para apuntar.
—No entiendo, Ghiac-
—¿Tú eres la que no entiende? ¿YO SOY EL QUE NO ENTIENDE? ¡¡SI LA FANFIC ESTÁ ESCRITA EN ESPAÑOL, NO SÉ A QUE VIENE DECIRLO EN INGLÉS, NO TIENE SENTIDO!!
Al recuperarme un poco de mi asombro, intenté calmar a Ghiaccio acariciando la parte trasera de su cuello, no fue al acercarme tanto a él que me di cuenta de sus posaderas, y la verdad si tenía muy buenos glúteos, me quedé absorta por un rato mirándolos, pero la mesera nos llamó la atención, ya que nos estaba esperando.
—Oh, perdone, pediré dos porciones de fri-, pollo frito, em, ¿me pueden decir el tipo de salsas que tienen?
—No. —Ghiaccio interrumpió a la mesera y ni había comenzado a hablar—.
—¿Cómo has dicho?
—No vamos a pedir salsa.
—Qué... ¿por qu-
—No vamos a pedir salsa.
A pesar de que ni la mesera ni yo entendíamos nada, lo dejamos estar. Finalmente sólo pedimos dos porciones de pollo frito.
Yo quería mi salsa :(
Nos pasamos toda la comida en silencio. Yo casi ni tenía ganas de comerme el fried chicken. No tardamos ni 5 minutos en acabar con todo y pagar.
Finalmente nos dispusimos a salir del restaurante. Profundamente decepcionada por no haber tenido salsa.
El grupo que mencioné anteriormente que se encontraba ciertamente cerca de nosotros gritó a mi Ghiaccio, una simple palabra, "guapo", que de hecho provenía de una sola chica, aunque por su tono pensé que era de una multitud.
Acabamos los dos en mi casa, como planeamos anteriormente.
Él me llevó en su lujoso coche.
Y así fue acabé con lágrimas en mis ojos. Yo quería mi pollo frito con salsa. Ghiaccio apoyó mis labios contra los suyos, quién -creo- intentaba reconfortarme, no fue un beso húmedo ni nada por el estilo, pero me hizo sentir una cierta ternura. Cuando nos despegamos, Ghiaccio me miró fijamente, y pronunció unas palabras que nunca olvidaré: —Ordeña mi polla.
🥺
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Ghiaccio y tú yendo a comer pollo frito😍
PoetryHistoria dedicada a @jolynemywife porque quería una fanfic de este estilo. También le dedico esta historia a las chicas del servidor dónde apreciamos diariamente las chichotas de Risotto, les quiero un chingo. (hay varias referencias a nuestras co...