•01 | Jungkook-kun.

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Hoy debía ser un día en el cual Min YoonGi se preocupara en descansar en santa paz. Si, quizás dormir y rascarse la barriga mientras piensa en levantarse y comer cualquier cosa que no esté caducado de su pequeña nevera, sea una buena opción en este presente sábado, ¿Quién sabe? Hasta podría hacerse una reconfortante paja mañanera al haber soñado con aquel culote lleno de pecado de Park Jimin, pero no... Ninguna de las cosas que desearía hacer en su estúpida mañana es posible por solo un factor, uno que está parado en su puta ventana siendo todo un acosador profesional.

Bufa.

—Maldita sea, Jungkook. ¿A qué hora llegaste? ¡Es de madrugada!—grita el de tez blanquecina, despegando su mirada del techo luego de contar hasta diez para poder calmarse y no asesinarlo por levantarlo tan temprano.

Observa la hora una vez más, queriendo sollozar, doce con cincuenta minutos del mediodía... ¡Madrugada!. YoonGi al notar que el azabache ni siquiera le presta atención por estar tontamente babeando por el rarito de la universidad, coloca una pomposa almohada en su cara y maldice a toda su generación pasada. ¿Por qué le pasa esto a él?

—¡Deja de ver al rarito desde mi ventana!—pide, lanzándole lo primero que ve disponible, siendo esto una revista porno que tiene más de una página pegada de manera misteriosa—. Al principio en serio pensé que venias a mi dormitorio para visitarme, pero no... Vienes es a ver a ese par de idiotas que están jugando a los muñequitos.

—Shh~ no me distraigas de mi sigilosa observación—solicita en un murmullo el menor, sin dejar de observar a las personas al otro lado de los dormitorios. Suspira. ¿Cómo no hacerlo? Si Kim Taehyung está con un parche en el ojo recitando líneas exageradamente de lo que parece ser un guión cualquiera, junto con su mejor amigo, Park Jimin—. Se ve tan bonito... Ya quisiera entender lo que está diciendo.

—Tú lo que necesitas es un cerebro—arremete el peliazul lleno de mal humor. Si Jungkook no fuera el único ser que lo soporta en la faz de la tierra, posiblemente ya lo hubiese mandado al infierno con sus malos gustos. Es que hay que ver, esto es un abuso de confianza en todos los sentidos—. Oh... Espera, es cierto que Taehyung también necesita uno—gira los ojos—. ¿Qué está mal con ustedes? Él la semana pasada tenía el cabello blanco porque vio un anime de vampiros y quería ser como como uno de los personajes. Esta semana lo tiene rojo, ¿Ahora quién quiere ser? ¿Una manzana? ¿Una fresa? ¿Una cereza? ¿Una Ciruela? Ya tiene veintidós, debería madurar—se queja.

—No es una fruta para que madure, Hyung—defiende Jungkook, con una sonrisita en los labios ante los extraños movimientos que en ese momento está haciendo su Taehyung. Sus mejillas se colorean por ser tan osado y espiarlo desde aquella ventana—. En cualquiera de los casos, ya estaría maduro si nos dejáramos llevar por el color de su cabello, ¿No?—comenta perdiéndose en la nebulosa de sus pensamientos otra vez.

Mi tierno otaku | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora