Hace 4 años

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- ¿Estás nerviosa? -preguntó Chuuya-

- No, para nada

- Estás Nerviosa -afirmó-

- Te dije que no lo estoy

- Si, me equivoqué....estás muy nerviosa

- ¡Que no! cuantas veces debo decírtelo

- No es necesario que me lo digas, demuéstralo

- Bien, lo haré

- Entonces abre la puerta -sonrió-

- Déjame un segundo más.... Solo uno más

- Llevas diciendo eso durante dos minutos, que piensas hacer en realidad

- Voy a abrir la puerta y dejarás de burlarte

- Bueno si quieres la abro yo

- No, no. Un momento más, te lo pido

- No lo sigas alargando, entre más pronto se lo digas volverás a...

- ¡SI! joder, lo sé pero no puedo evitar estar nerviosa

- Entonces si estás nerviosa

- ........... - guardé silencio, la verdad si estaba nerviosa-

Estábamos frente a la oficina de mi padre, Chuuya y yo. Trataba de calmarme pero era inútil no importaba cuanto lo intentara.

Tomé tres bocanadas de aire para tranquilizar a mi agitado corazón que amenazaba con salirse de mi pecho en cualquier momento.

- Bien, estoy lista

- ¿Estás segura? podemos esperar un poco más si quieres

- Primero me dices que me apresuré y ahora que podemos esperar un poco más....quien te entiende petit mafia

- ¿Cómo me llamaste?

- Estoy lista, sólo si vienes conmigo

- Siempre, te lo dije ¿no? estaré a tu lado cuando más lo necesites y guardaré tus secretos más íntimos

- Gracias.... petit mafia

- Te escuché mocosa -dijo con tono irritado-

Le sonreí y volteé de nuevo hacia la gran puerta que se encontraba frente a mi y sin pensarlo por mucho más tiempo toqué la puerta cómo en el pasado, tres veces. Después de eso giré el pomo de la puerta y entré.

Y ahí estaba él, estaba frente a su escritorio como siempre con documentos en las manos y Elise estaba a su lado dibujando. Por un momento quise darme la vuelta y posponer la conversación pero era imposible, Chuuya ya había cerrado la puerta.

Me tragué todo el miedo e inseguridad que empezaba a acorralarme.

- C-con permiso papá

Perfecto lo que me faltaba, ahora tartamudeo a la hora de hablar. ¿Que faltaba, que tropezara con la alfombra y terminara en una posición ridícula? No, eso sólo le pasaba a Dazai.

- Oh ______ tiempo sin verte

- Si, una o dos semanas....creo -empezaba mal-

- Que te trae por aquí hija

- Bueno verás....-Voltee a ver a Chuuya que estaba a mi lado derecho y me hizo una señal con la cabeza mientras me dedicaba una sonrisa alentadora- tenemos que hablar -dije en tono serio-

- Claro, dame unos minutos para arreglar este montón de hojas

Sentía morirme, tomé asiento en los sillones de la oficina, lo último que quería era perder la fuerza en la piernas y caerme. Tenia mariposas en el estómago, hablando literalmente. Los nervios nunca habían sido mi debilidad, incluso cuando asesine a la primera persona con mis propias manos nunca sentí miedo y realmente esto no era miedo, era nerviosismo.

Mi razón de vivir  [Bungou stray dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora