Young Ambition

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La noche aún era joven, o eso pensaban los dos veinteañeros que se encontraban en la cocina de un pequeño departamento en la ciudad de Seúl.

El frío se apoderaba de las calles junto con la nieve, pero dentro se encontraba cálido, gracias a la chimenea eléctrica que había en la sala de estar. Con las luces de los edificios y las tiendas fuera que iluminaban las calles y no dejaban ver las estrellas, las doce en punto dio en el reloj de pared. Los dos miraron su teléfono cuando las notificaciones de sus amigos felicitandolos comenzaron a llegar.

Sus copas de vino chocaron en modo de brindis por el nuevo año que estaba comenzando en ese momento. Sólo habían pasado tres minutos del primero de enero cuando decidieron encender la radio para escuchar la música que estaba sonando y relajarse un poco, ignorando el estruendoso ruido de los fuegos artificiales en el exterior.

Las baladas no tardaron en escucharse, pasaban cada estación de radio y se encontraban con las mismas canciones de siempre, repetidas una y otra vez casi en bucle por todo un mes entero, justo cuando la epoca de fiestas comenzaba y  se empezaban a realizar las compras navideñas.

A punto de rendirse con la idea de encontrar una buena canción en la radio, lograron localizar una estación en la que la música era aceptable. Subieron el volumen y el mayor no tardó en arrastrar al castaño al espacio más abierto para poder bailar.

Se notaba que las 3 botellas de vino que tomaron horas atrás les habían hecho efecto, más aún cuando no pudieron mantenerse correctamente de pie, y los tambaleos se hacían recurrentes en esa absurda danza que estaba ocurriendo en la cocina del mayor.

¿Cuándo había sido el momento exacto que él habia llagado para cambiar su vida? Doyoung no se hacía esa pregunta muy frecuentemente, pero en ese momento fue lo único que cruzó por su cabeza, y no pudo evitar detenerse a pensar en ello.

Había sido hacía unos seis meses, o tal vez siete, no tenía mucha idea, pero sabía con exactitud la hora en la que Jaehyun se dispuso a entrar en su bar favorito a eso de las 10:42 pm, para presentarse ante el y el grupo de jóvenes como el primo de su mejor amigo Taeyong, quien se encontraba apegado al castaño como si buscara protegerlo de ellos.

Sus ojos se habían cruzado en ese instante y él podría jurar que al verlos, se sumergió completamente en las orbes cafés que lo tomaron sin previo aviso, y se volvieron una adicción, como la cafeína en la mañana.

No dejaron de verse en toda la noche entre risas y vasos de cerveza. Un instinto de valentía -o Johnny, que lo había alentado por horas para acercarse- hicieron que el pelinegro fuera hacia el desconocido, con nada que perder, hacia lo que podría ser una aventura de una noche, o algo que estaba destinado a ser.

Y obtuvo un premio aún mayor que ganar la lotería.

Luego de la charla en el bar, intercambiaron números y comenzaron a hablar. Sus llamadas y citas fueron algo recurrente, sus cuerpos buscaban la cercanía tal como imán y metal. Se volvieron inevitables los toques y roces, que en un comienzo fueron gentiles e inocentes, pero que con el tiempo se volvieron más íntimos y apasionados. Se habían vuelto muy cercanos en un período corto de tiempo. Sus familiares y amigos aseguraban ver devoción en sus ojos al verse junto al castaño o hablar de él ¿Quién creería que la persona que conoció hacía unos míseros 186 días estaría bailando y compartiendo con él el año nuevo como si hubieran estado juntos toda su vida?

¿Era este sentimiento de plenitud en su pecho al estar junto a él amor?

Tal vez, todavía no estaba asegurado y no quería apresurar las cosas.

La risa de Jaehyun lo devolvió a la realidad. Fijó sus ojos en el hermoso rostro de su amante, quien se encontraba divertido por la intrusión de la mascota del mayor en su baile, la cual no era más que una hermosa gatita negra como el cabello de su dueño.

Young Ambition -JaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora