Dangerous Beats /J.JK/

Capítulo 02

・❥・

〲By Jungkook.

Ladee mi cabeza sin dejar de mirarla, era un tanto extraña, pero llamó más mi atención el hecho de serlo.

Interesante...

—Te pregunté algo... —Su voz me hizo volver a la realidad, exigió con una mirada irritada.

—Oh, soy Jungkook... Jeon Jungkook... —Le informé y ella hizo una mueca, tal vez haya escuchado mi nombre en clase, o no... —Y al parecer no pusiste atención, soy tu compañero de clase...

—Sí, bueno, compañero. Yo solo vengo a estudiar no a ver quiénes están en mí misma clase, yo no vengo a hacer amigos... —Enervó y suspiró con pesadez. Yo no sabía ni que decir, me miró mal antes de darse la vuelta y comenzar a caminar, la seguí. Cuando ella notó que yo iba detrás de ella, se detuvo y me observó sin decir nada —Una pregunta, ¿Acaso vives por donde yo vivo o algo así?

—Pues mirando que vas por mí mismo camino, asumo que si... —Alegué y me coloqué a su lado, me di cuenta de que era más alta de lo que pensé, estaba un poco acostumbrado a tener que bajar un poco la cabeza para mirar a las pocas chicas con las que de vez en cuando hablaba, pero ella era lo suficientemente alta como para que no fuera necesario hacerlo —¿Por qué no has hecho nada en deportes?

—¡Estupendo, tú sí que pones atención en todo! —Bueno, eso era sarcasmo, lo era al ver cómo me miraba. Parpadee un par de veces, estaba confundido, ella realmente era... ¿diferente?

Ella es confusa...

¿Tal vez solo sea porque estoy acostumbrado a ver otro tipo de carácter en las chicas?

—¿Vas a responder? —Alcé ambas cejas.

—¿Debo de hacerlo? —Contratacó, me miró sin dejar de caminar, imitó mi acción de alzar ambas cejas.

No dije nada más por algunos minutos, normalmente era bastante inseguro hablando con las chicas, de hecho, era muy raro que yo hablara con alguna chica, pero ahora mismo me sentía muy curioso con respecto a esta en particular.

  —¿Es cierto, es verdad que padeces de Arritmia Cardiaca? —Y bueno, mi madre me había enseñado desde pequeño a ser respetuoso con las personas, sin importar la edad u otra cosa, pero ahora mismo creo que estaba siendo muy entrometido y grosero, ella dejó de caminar y por ende yo también me detuve, quedando a unos pasos atrás de ella.

—¿Pero de que rayos me estás hablando, colega? —La miré, juro que por un momento me hace dudar, pero negué.

—Ahora resulta que no sabes lo que padeces...