Tiré el pincel frustrado, no sabía que hacer, ¿Continuar con la pintura? Era una mierda, no podía continuar haciendo tal aberración, todos se fijarían en lo malo de aquella pintura, no podía seguir con ella. Tomé el cuadro para después tirarlo al suelo como aquel pincel.
No soportaba bien mi peso, las piernas me temblaban. Caí sobre mis rodillas y comencé a soltar leves sollozos. Que patético.
-Hermano, -escuché como la puerta de mi habitación era abierta- Mamá dice que bajes a cenar- Megumi asomaba su cabeza por la puerta, su mirada se notaba preocupada.
-Dile que iré enseguida, tengo que recoger esto... -con lo último dicho dirigí mi vista hacia lo que había tirado unos minutos antes.-
-¿puedo preguntar?...- negué lentamente con la cabeza- Será mejor que te apures, sabes como es mamá...- solté un suspiro mientras ella salía de la habitación. Que desastre hice...
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Los tres comíamos en silencio, era así desde que mi padre falleció por un accidente automovilístico, la que más sufrió por su perdida fue mi madre, mi hermana era pequeña, así que no entendía muy bien lo que sucedía. Mi madre tenía la mirada perdida en su cena, parecía evitar contacto alguno conmigo, en cambio Megumi trataba de quitar el silencio incomodo que abundaba por la habitación.
Mi madre frunció el ceño en algún punto de la conversación, por lo que Megumi prefirió callarse. La cena continuó en silencio. Megumi parecía volver a comenzar una conversación, pero ante las miradas que mi madre le daba se callaba de inmediato. Sólo pude soltar un suspiro ante la situación.
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-Mamá parecía enojada... - ella nunca se callaba. Estábamos limpiando la mesa, mamá después de la cena se fue a dormir.-
-Lo estaba- hablé sin más, por décima vez en la noche, solté un suspiro.-
-¿Tú sabes por qué, Yasushi?- noté que ladeo su cabeza mientras me miraba, sólo pude negar ante la pregunta.-
-Lo más seguro es por mi culpa...- susurré para mi una vez que mi hermana ya no estaba en la misma habitación que yo.-
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Una costumbre mía es salir a caminar durante la noche, las calles suelen estar más vacías y tranquilas. En los parques es donde suelo quedarme minutos hasta que me harte del paisaje que vea, de ahí suelo basarme para hacer mis pinturas.
Al llegar al parque más cercano de mi casa, vi que estaba vacío, como esperaba, los niños a esta hora están en sus casas durmiendo o jugando. Quise sentarme donde acostumbraba, pero alguien ya lo había tomado, él volteó a verme y me sonrió provocando que me pusiera nervioso.
-¿Te vas a sentar aquí? - Asentí lentamente, el de cabellera azabache se recorrió para dejarme espacio, volvió a sonreírme- No esperaba que alguien viniera al parque a estas horas- mencionó al ver que yo ya estaba sentado en la banca. No respondí- ¿Te enojaste con alguien? Normalmente las personas que conozco a estas horas están en estos lugares porque se enojaron o se estresaron- Dato inútil que no me interesaba saber. Mantuve mi mirada al frente para memorizar otra vez el paisaje que en la tarde traté de recrear- No parece que seas muy hablador...
-No lo soy -el chico pareció sorprenderse ante mis palabras.-
-Ya... Veo... -Después de eso se quedo callado. Miré de reojo al chico, jamás lo había visto- Osaka es un lugar bastante frío...- habló después de unos minutos en silencio.-
-Sólo en enero, suele estar cálido los demás meses- él me miro sorprendido- Vivo aquí desde los 10 años...- intenté evitar su mirada, me estaba poniendo nervioso.-
-Vaya, yo crecí en la isla Okinawa- lo miré un poco sorprendido, por lo que el chico me miro confundido- ¿Pasa algo?...
-En Okinawa florecen los primeros árboles de Sakura- mire al frente- Que envidia...- escuché un sonido de confusión por parte del de cabellera azabache- La una vez que participé en un Hanami fue hace 4 años con mi papá...
-Se vuelve tedioso cuando lo haces todos los días...- subió sus pies a la banca, puede ver como abrazaba sus piernas y ocultaba la parte inferior de su rostro en ellas- Incluso llegué a odiar los árboles de Sakura- sólo asentí mientras le miraba de reojo- Me llamo Kobayashi Uta- me dijo con una sonrisa, aún abrazando sus piernas. No te lo pregunté...-
-Sato Yasushi...
-¿Te puedo decir algo?- No- A pesar de llevar aquí un año no me termino de acostumbrar al clima o a las personas.
-Creí que te acabas de mudar aquí- dije sin ningún interés en continuar la conversación.-
-¿Eh? No- soltó una leve risa- Pero era lo único que se me ocurrió decir en el momento- su teléfono comenzó a sonar, me miró algo triste y se disculpó para después atender la llamada.-
Aproveché ese momento para irme. Había ido al parque para estar solo y me topo con esto. Genial...
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