~SOY MARIANNE MOON~

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07/04/2017

Asomé mi cabeza para ver si eso que me estaba persiguiendo seguía aún ahí o no, con la intención de alejarme más de ese bicho de dos metros. Me acordé de la caseta vieja que estaba ubicada cerca de la orilla del río.
Tratando de que no escuchará mis pisadas, me fui acercando lentamente hasta allí, pues había alguna herramienta que me serviría contra eso.
Pero la bestia me oyó cuando estaba a punto de llegar, empezé a acelerar mis pisadas a la misma velocidad de la que eso se acercaba, llegué a la puerta de la caseta con la respiración entrecortada mientras intentaba forzar la cerradura.
Cuando logré abrirla, fui directa a la caja de herramientas y cogí una pistola que estaba escondida debajo de las llaves inglesas y de más.
La cargué con el cartucho que quedaba y lo esperé dentro durante unos segundos.
Estaba acechando a los alrededores de la caseta, pero cuando me descuide un instante, la cosa esa entró de un golpe y me agarró con fuerza.
No sabía a lo que me estaba enfrentando, solo sabía que el miedo por lo que me pudiera hacer crecía más rápido que una tormenta, cerré los ojos un instante como si de un sueño se tratase, pero sabía que no lo era.
Esa bestia cada segundo se volvía más espeluznante, intentaba coger fuerzas para gritar pero me había quedado atónita y muda ante aquello que me observaba con aires de grandeza y odio.
Se quedó unos minutos así, viendo como me iba debilitando. No podía soportar más, me estaba asfixiando con sus enormes zarpas negras, mi cuello cada segundo soportaba menos la fuerza incontrolable y sobrehumana de esa bestia, de tal modo que perdí la conciencia después de poder decir basta.
Antes de querer darme cuenta, estaba tirada en la tierra de aquel bosque donde la bestia me había tenido retenida, miré a mi alrededor con la cabeza aún mareada y con moratones por todo mi cuello.
Entonces vi a una sombra pasar entre los árboles, creí que sería una alucinación pero pasó unas cuantas veces más, parecían más de una, pues pasaban cada momento más rápido y continuamente alrededor de mí.
Se detenieron bruscamente, sin poder apartar la mirada, observé de lo que se trataba...
Una señora de entre 50 y 60 años se acercaba a mi poco a poco apoyada por un bastón, mi asombro por su aparición era tan grande que dudaba de que fuera una alucinación más.
Cuando quise darme cuenta la anciana estaba cediendome su mano para que me levantará, no quería que se enfadara osaque la obedecí.
-¿Quién es usted joven?
Presenciaba las miles de sombras que se encontraban alrededor de nosotras como si vigilarán por si llegaba a ocurrir algún suceso inesperado. Mientras, la anciana esperaba mi respuesta con paciencia y una expresión hogareña.
-Soy Marianne Moon
Mi entrecortada voz hizo reaccionar a las demás sombras que nos observaban.
-¿Sabes cómo has llegado hasta el bosque de las tres brujas?
Cuando oí la pronunciación de esas palabras me sentí más confundida, ¿Dónde estaba la bestia? ¿Por qué había llegado aquí?
-Perdone, es que no se como he llegado aquí.
-¿Cómo?
-Pues que yo hace unas pocas horas estaba en  el bosque de los latidos.
-¿Y que hacías allí?
-Estaba escapando de una bestia pero me acabó capturando y me desmaye, hasta que he despertado aquí con vuestra presencia alrededor de mí.
-¿Una bestia dices? ¿Crees que te ha traído esa bestia? ¿Podrías decirme como era?.
-Si, claro..
De alguna manera no podía parar de decir la verdad, quería evitar contarles todo esto he irme lo antes posible, pero un tipo de fuerza extraña me obligaba a no mentir.
-Realmente no se si es una bestia, solo sé que era una sombra deforme negra de dos metros que me estaba persiguiendo.
-¿¡Qué!? Yyy... ¿cómo te cruzaste con ella en un bosque?.
La expresión de aquella extraña anciana cambió por completo, parecía que se sentía alarmada por algo, sentía como el miedo y la desesperación le comía.
-No lo sé, yo estaba en mi casa y cuando estaba viendo la tele, oí algo en la calle, salí para ver que era pero no había nada. Cuando volví a casa me senté y apareció esa bestia como si de tinta se tratase, no se más solo que apareció de la nada y me fui corriendo.
Cada pregunta que pasaba su impaciencia se alimentaba.
-¿y por qué tú?
-¿qué?
-Nada..
Se dió media vuelta y miró a su banda buscando algún tipo de respuesta en alguna de esas personas.
Se volvió a girar y antes de decir algo me cogió de la mano y me llevó junto al círculo que habían creado más pequeño a nuestro lado para charlar.
-y... ¿Qué izo al final?
Tragué saliva y sin quererlo seguí hablando.
-Pues me encontró y empezó a asfixiarme sin poder ni siquiera llegar al suelo y luego es cuando me desmayé y de repente aparecísteis vosotros.
-A por eso perdoname, parece que no tenemos ya modales, lo que tiene vivir en el bosque. Soy la fundadora de la hermandad de las brujas de la noche, o mejor dicho somos los Wichester Nais y yo me llamo Dorothy.
-Espera, ¿Dorothy? ¿Cómo la bruja Dorothy Clutterbluck de 1880 hasta 1951?
-¿De verdad seguís con eso? Si, soy esa. Jamás morí y no soy como la que encuentras en el cacharro ese.
Una ola de miedo asomo dentro de mi, algo había cambiado y mis pasos retrocediendose poco a poco hacían que se notará más mi temor.
-Por dios que no te voy hacer nada.
-No me fio, lo siento...
-No tienes más obción osaque, me da igual.
Dorothy llegó al punto de no soportar más mi desconfianza y decidió acabar la conversación tan rápido como apagar una cerilla.
-¿Qué vais ha hacerme?
-Madre mía, nada. Solo queremos hablar y saber el propósito de que estés aquí.
-Pero no lo sé
-Pero lo necesito saber y tendré lo que quiero.
Llevarosla a la mazmorra 139, ahora acudiré yo.
-Espera. ¿¡Qué?!?
Poco a poco un par de brujas se acercaban para agarrarme, quise negarme pero no podía moverme, cuando llegaron a mi me cogieron y empezé a sentir como el cansancio por todo lo sucedido me estaba afectando de la nada y me caí rendida en los brazos de aquellas brujas desconocidas.

Marianne MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora