INFRAMUNDO.

Prólogo.

Esta historia comienza años atrás. Cuando Lucifer traiciona a Lilith y la destierra del inframundo.

Ella, con su corazón roto, creyendo que junto a su amado gobernarían el infierno, jura vengarse y crea a seres que igualarían su poder.

Lucifer al enterarse de el plan de Lilith, comienza una guerra con ella por la lucha del infierno y quien seria el nuevo rey…o reina.

Lilith, con el poco poder que tenia antes de morir, le juro a su amado que volvería reencarnando en otro ser y así, cumpliría su promesa de derrotarlo y desterrarlo a él del infierno.

Lucifer sabía lo persistente que era aquella mujer, así que sabia que volvería y creo a un sucesor que daría frutos de su gran poder y terminaría por fin con todo aquello.

Aquella guerra por el infierno duró siglos, hasta llegar a la época medieval, donde los humanos, vampiros, hombres lobos y brujas llegaron a un tratado de paz que no debía quebrantarse, sino volvería la guerra y muchas muertes de demonios e incluso humanos  seguidores de lucifer y Lilith.

No era la lucha entre el bien o el mal. Era entre el mal y el caos.

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Ella corre desesperadamente sin soltarle la mano a su abuela. Mira hacia atrás con miedo de que estuvieran siguiéndolos.
Se escucha a lo lejos espadas chocar, gritos y escombros caer. El pueblo se estaba quemando.

Su vista se nubla y con su mano limpia su rostro para no llorar. Le habia jurado a su abuelo ser fuerte y escapar.

—Su alteza, este es el camino de emergencia que creo el rey para escapar. Sígalo, al final llegara a un río. Ahí las estarán esperando con una carroza para trasladarlas al país del viento.

—¿Tu no vendrás con nosotros? —Pregunta ella. Tenia miedo. Aquel caballero siempre fue su protector desde que nació y ahora se separaría de su lado.

El se inca un poco por la diferencia de altura y le coloca la mano en su cabellera rosa mientras la despeina—Princesa Sakura, volveremos a vernos. Se lo prometo. Ahora váyanse.

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Era una trampa. Kabuto, el caballero quien la vio crecer, quien les dijo que fuera por ese camino hasta llegar al rio…toda era una trampa. Él era un traidor.
Tratando de refugiarse entre los brazos de su abuela y con sus ojos cerrados, deseando que todo fuese una mentira.

¿Qué podia hacer ella? Tenia solo 12 años. Fue criada como una princesa, como toda una dama. No sabia de batallas ni de peleas, ni de como agarrar una espada.
Si tan solo no se hubiese preocupado por tonterías durante toda su vida. En cuidar su cabello y resaltar entre todas las niñas del reino. Incluso las plebeyas. 

Su rostro se llena de sangra y cae arrodillada al ver como atravesaban el estómago de su abuela con una espada. La mujer de larga edad voltea a verla con una sonrisa. Sakura grita y se lanza hacia el cuerpo de la mujer, aferrándose a ella.

—Mi pequeña flor de cerezo…lamento no poder haberte protegido…—ella escupe sangre, la pelirrosa niega con su cabeza y le pide que por favor no hable. —Escúchame, ahora debes ser mas fuerte que nunca. Recuerda esto, eres distinta a todos los seres vivos de la tierra. Huye, escapa cuando puedas y busca a… —Vuelve a escupir sangre y sus ojos se van cerrando poco a poco.