Tienes rejas en tu piel, tu mente es una cárcel; de día todo está bien y eres amable, llega la noche, te vuelves intimidante.
En tu cara nunca hay expresión a menos que sea de agresión, todo están advertidos de tu carácter destructivo, sin embargo no importa el salir herido.
A lo mejor estás perdido en mi mismo camino, en el mismo sentido; no lo sé, quizá y juntos salimos vivos.
Morirá tu ser por culpa de estúpidos desconocidos que llamas amigos, raro es ver cómo aún así tratas de liberarlos de su martirio.
Ojos vacíos y frívolos, sin esperanza hallada, si supieras que he pedido por una vez en mi vida con tal de verlos brillar ante luz solar.
Detrás de tu propia sombra prefieres estar, pareciera que no necesitas de anestesia para mejorar pero a lo mejor y te puedo ayudar.
