La vi llegar al café, sus ojos de color azul como el mar, su pelo color azabache y un cuerpo de guitarra que cualquier mujer podría envidiar. La salude y ella me saludo de vuelta. Le pregunté si deseaba un café y me dijo que si. Se lo serví y ella suspiró y me comenzó a contar su día que fue fatal, su novio de 6 años la dejo por su mamá, en el trabajo la despidieron. Yo solo me senté a escucharla, mientras hablaba solo pensaba en verla desnuda en la cama amarrada por las manos y los tobillos. Amordazarla sentir su piel, respiración, latidos. Mientras la veía mi corazón latía más rápido y solo pensaba en tenerla en mi cama. Hacerla mía y solo mía, ella claro no se dio cuenta pero le gustaba contarme su día al parecer ya no tenía a quien contarle.
