único

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El pequeño corría con su respiración agitada causada por el miedo, tristeza y culpa.

-¡Vamos, Tae, debes correr más rápido!- dijo su mejor amigo, llevándolo de la mano.

"Estoy lograndolo, mami...."

Pensó la criatura de tan solo siete años, mientras corría de la mano de su amigo para poder escapar del librero gruñon que los perseguía.

-¡Vengan aquí, malditos mocosos ladrones!- expresó más que cansado el hombre que rondaba ya los setenta años. Su cuerpo no estaba en gran sintonía con el ejercicio, por lo que suspiró rendido; dejando escapar a esos dos pequeños ladrones.

Los dos infantes lograron correr hasta una esquina poco habitada, caminaron hacia un callejón y miraron el objeto que habían logrado robar.

-Ggukkie... ¿La tienes?- Preguntó TaeHyung, preocupado.

-Si, aquí esta. Ya la leí, y escribiste sin ningún error, aprendiste bien.- Levantó la carta arrugada, con una sonrisa de orgullo y despeinó con cariño el cabello del contrario.

-Genial, ¡Ahora solo debemos pegarla y terminar de armar el barrilete con el hil-

El emocionado TaeHyung se vió interrumpido por el grito de aquel librero, quién había retomado su correr luego de recuperar el aliento... Y hasta venía acompañado.

-¡Ahí están, oficial! Esos son los mocosos.

-¡Rayos, Tae, vamos!- Jeongguk tomó la mano de su amigo con la intención de escapar nuevamente...

Pero detrás de ellos solo había una pared, y al frente se encontraban aquellos dos adultos, juzgandolos por haber robado el hilo de barrilete.

Jungkook vió alarmado a su amigo el cuál ya tenía sus ojitos cristalizados y tomaba su mano con fuerza.

-O-oficial, déjeme expl-

-No, niños. No necesito explicaciones, ustedes robaron y saben que eso está mal, así que vendrán conmigo a la estación. Ahora. Oh y devuelvan lo que le robaron al librero- Dijo el uniformado cruzado de brazos con aires de saberselas todas.

Pero, el no sabía la historia detrás de esto...

-Ya escucharon al oficial, niñatos ladrones. Entreguen mí hilo ahora- Tendió su mano frente al pequeño castaño quien hipaba por su llanto, y apretaba contra su pechito el hilo de barrilete, negando.

-¡No! Encierrenme a mí, señor oficial. Pero, no vamos a darles el hilo, es algo muy importante para Taehyunnie.- Dijo el pelinegro con sus cejas fruncidas, había oído que los que robaban iban a prisión, el no quería eso para Taehyunnie, así que sin dudar el se mostraba seguro en defender a su amado amigo e incluso tomar su "culpabilidad".

-E-es para algo importante, por favor...- Lloriqueo el castañito de siete años.

-No creo que un hilo de barrilete sea tan "importante", de seguro solo lo quieren para jugar como los niños tontos que son.- dijo, el librero con tono de amargura, y poca paciencia.

-A ver, deja de lloriquear y cuentanos que es lo que te hizo robar el hilo, vamos niño, hazlo rápido o llamaré a tus padres.

Aquellas palabras que salieron de la boca del oficial SeokJin, hicieron llorar más al niño castaño, siendo rodeado al instante en un dulce abrazo por parte de Jeongguk.

-Tranquilo, taehyunnie... Hyung está aquí. Tranquilo... -Recalcó el niño de nueve años, acariciando el cabello de TaeHyung.

-P-pero... yo necesito esto, hyung... m-mamá necesita mí carta. -Dijo aferrándose a su amigo.

líneas al cielo ~ gguktae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora