"Para mi amor, ese amor imposible que me quita el sueño cada noche, se roba mis sonrisas y hace que mi corazón se vuelva loco:
¿Sabes? Te contaré una historia que jamás he compartido con nadie: todo comenzó el primer día en que vine al mundo. Desde que tengo memoria, fui un chico feliz. Crecí rodeado de una familia afectuosa, grandes amigos, buenas notas en el colegio y sueños que cada vez estaban más cerca de concretarse. Sin embargo, siempre hubo un vacío que no lograba llenarse con nada.
Hasta que apareciste tú.
Recuerdo que fue una noche de año nuevo justo como esta. El cielo estaba claro y despejado, y el viento congelaba mi rostro. El reloj había dado las doce y, en silencio, miré al cielo y pedí un deseo. Dicen que no hay que decirlos, pero, como este ya se cumplió, lo compartiré contigo: deseé que aquel nuevo año me trajera felicidad.
Casi como si fuera una coincidencia, cuando con mis padres regresábamos a casa, te vimos en la calle. Era ya muy tarde, y estabas caminando solo. Por eso, decidimos que sería buena idea preguntarte si estabas bien y si querías que te alcanzáramos a alguna parte. Cuando respondiste que sí, subiste al auto. Te sentaste junto a mí, en el asiento de atrás, y tal vez no lo sabías, pero, mientras tú hablabas animadamente con mis padres y les hacías adorables bromas, yo no podía dejar de ver lo hermoso que eras. Incluso, por más tonto que pudiera sonar, hasta había llegado a creer que eras un ángel, porque las personas no son perfectas, y tú sí lo eres.
Con el tiempo, luego de aquella vez, venías a menudo a casa, como agradecimiento por lo que habíamos hecho por ti. Mamá y papá te adoraban, pero no sabías que yo te adoraba mucho más. Jamás habíamos cruzado palabra alguna, ya que siempre fui muy tímido como para atreverme a decir algo... hasta esa primera vez".
Namjoon dejó de escribir solamente para soltar una suave risa, provocada por los recuerdos que, poco a poco, venían a su mente. Recordaba que aquel día, en la misma sala de su casa, Seokjin, el chico que lo traía loco, los había visitado.
Por primera vez desde que se habían conocido, ambos jóvenes habían quedado solos en la sala, ya que los padres de Namjoon, el más chico de los dos, habían tenido que salir por una emergencia. El silencio reinaba entre los dos, lo que hacía que todo fuera más que incómodo. No hubo ruidos, ni movimientos, ni palabras, ni miradas, hasta que Seokjin soltó un bufido y miró al otro chico.
—Ya me cansé, dime la verdad: no te agrado, ¿cierto?
Namjoon lo miró tímidamente, aunque con sorpresa.
—¡Jamás me dices nada! No saludas, no hablas, no respondes a mis preguntas... y eso que soy un encanto, es imposible que le caiga mal a alguien.
Dicho comentario le sacó una suave carcajada al muchacho, quien cubrió su boca, casi como si reír estuviera mal.
—¿Ahora te ríes? ¿Crees que es mentira? Oye, lamento mucho si te hice algo, pero--
—No... no me caes mal, Seokjin hyung. Me agradas mucho.
Ante tal confesión, el otro joven jadeó, impresionado. Luego, llevó una mano a la altura de su corazón.
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La carta [Namjin] [One shot] ©
FanfictionUno de los más grandes propósitos de Namjoon era confesar sus más profundos sentimientos a quien, para él, era el amor de su vida. Sin embargo, decírselo le aterraba. Por eso, decidió que sería buena idea escribirle una carta. Pero aquello... aquell...