RMPornXXX - NamGi (ADAPTACIÓN)

†Final†

Sus bocas se encontraban con fuerza, sus manos no dejaban de recorrer sus cuerpos, que comenzaban a calentarse cada vez más.

YoonGi gemía al sentir los húmedos labios del contrario en su cuello y clavículas. Recién estaban empezando y ya sentía un placer impresionante.

NamJoon le quitó la playera, y la arrojó a cualquier lado de la habitación. Volvió a besarlo mientras le apretaba el culo con fuerza.

Un bulto notable se podía notar en ambos chicos, y YoonGi necesitaba atención en esa parte de su cuerpo. No necesitó pedirlo, pues NamJoon le bajó tanto el pantalón como el bóxer, dejándolo completamente expuesto.

YoonGi gimió cuando fue empujado con brutalidad contra la pared, y no tuvo tiempo ni a quejarse por el dolor, ya que el contrario lo comenzó a masturbar.

–RM... RM...– gemía desesperado.

El nombrado lo tomó por los muslos y lo impulsó hacia arriba. Al tenerlo ya en sus brazos, lo llevó a la cama y lo recostó ahí. No perdió el tiempo y comenzó a succionar su pezon.

YoonGi arqueo su espalda y comenzó a acariciar su miembro, sintiendo rápidamente como su mano era apresada por la del contrario.

–Aquí mando yo.– lo escuchó murmurar.

YoonGi sollozó y comenzó a removerse, necesitando sentirse lleno.

–RM...– suspiró.

–Desvisteme, lindo.–

YoonGi obedeció rápidamente. Le quitó la playera al contrario, admirando el abdomen plano pero firme, y siguió con el pantalón y el bóxer.

Y ahí fue cuando cayó en cuenta. Estaba a punto de tener sexo con el chico que llevaba deseando por meses.

Chico que, claramente, era mayor de edad.

Era realmente excitante.

Se dejó hacer cuando sintió como unos besos húmedos iban bajando desde su cuello hasta su estómago. El mayor se salteó el miembro goteante y le dio atención a esos poderosos muslos, comenzando a morderlos y chuparlos.

YoonGi jalaba del cabello del contrario, sintiéndose apoderado por todo el placer dado.

RM comenzó a guiar sus lamidas hacia la palpitante entrada, la cual comenzó a besar, para luego darle espacio a su lengua y empezar a penetrar con ella el agujero.

El menor se retorcía en la cama, apretaba las sábanas, cerraba sus ojos con fuerza y gemía, gemía tan malditamente fuerte que estaba claro que lo escuchaban en otras habitaciones.

–RM... RM... N-no puedo más...– dijo como pudo, sintiendo su miembro a punto de estallar.

–Oh, y eso que recién estamos empezando.– dijo con una sonrisa ladina.

Tomó el miembro contrario y comenzó a masturbarlo con rapidez, el dueño del trozo de carne se retorcía mientras varias maldiciones junto con jadeos se escapaban de su boca.

Y finalmente, varios chorros de semwn salieron disparados, manchando a ambos chicos en el proceso.

–Déjame ayudarte con eso...– sugirió YoonGi, mientras intentaba acomodarse para poder chupar el pene del contrario.

Sin embargo, RM lo empujó con fuerza contra la cama. YoonGi jadeo cuando sintió como el mas alto le jalaba el cabello.

–Recuerdo haberte dicho que aquí mando yo.– le dijo al oído con la voz increiblememte grave.

YoonGi se estremeció, y se le volvió a formar una ereccion con rapidez.

–Prepárate a ti mismo, bonito.– pidió, mientras comenzaba a acariciar su hombría.

YoonGi asintió, sumiso, y chupó tres de sus dedos, sin dejar de mirar el pene del contrario.

Comenzó a introducir poco a poco sus dedos en su interior. Gemía y gemía al estimularse de esa forma, pero quizás más al ver a ese chico tan caliente masturbandose con el solo verlo.

RM lo paró, jalando de su muñeca y colocando sobre la cabecera.

–En cuatro, zorrita.– exigió.

YoonGi gimió y no tardó en obedecer. Sintió como el contrario le acariciaba y apretaba las nalgas. Le encantaba la sensación de esas grandes manos masajeando sus glúteos con fiereza.

Ambos pulgares se deslizaron por su entrada, y entraron levemente, logrando estremecerlo.

–Aún no, chiquillo.–

–RM...– se quejó, levantando más su culo, exigiendo atención.

El mayor frunció el ceño y lo azotó con fuerza.

–¡¿Cuándo vas a entender que esto es a mi jodida manera?!– le gritó, y comenzó a azotarlo repetidas veces.

Las lágrimas de placer, inclusive gemidos, se le escapaban a YoonGi. Quien podía culparlo, la idea de ser castigado, dominado, usado, le excitaba demasiado.

–¡RM! A-ah... Así...– gemía al sentir como sus glúteos eran maltratados por esas grandes manos.

–¿Te gusta, maldita perra? ¿Te gusta que te castiguen?–

–Si... ¡Joder, si!– y se corrió, dejándose caer en el colchón.

Cuando las manos de RM quedaron marcadas en el culo del contrario, fue cuando el primero se detuvo. Sujetó las caderas del otro, levantándole el trasero, y se introdujo bruscamente en la entrada de este.

YoonGi dejó salir un gemido lastimero. Le dolía, le ardía, pero jamás le pediría que se detenga. No cuando le gustaba tanto ese dolor.

Las embestidas comenzaron rápidas y bruscas, marcando ese doloroso pero excitante ritmo. El menor era un desastre de gemidos, se sentía tan lleno, tan completo, como nunca antes.

Y ni hablar de RM, le atraía tanto el chico debajo de él, y que este gima tan alto y agudo solo lograba calentarlo más y más.

Y fueron unas cuantas embestidas después cuando YoonGi llegó a su tercer orgasmo, siendo este el más fuerte de todos.

–¡RM!– gimió con fuerza, para luego dejarse caer en el colchón.

El mayor embistió un poco más y se corrió dentro del interior del menor. Se tomó unos segundos para recuperarse, y luego se recostó junto al contrario.

Fue ahí cuando se dio cuenta que la había cagado.

Primero, no usó condón. Segundo, no grabó la maldita cogida.

Se llevó las manos a la cara, frustrado. No tardó en sentir las suaves manos acariciando su pecho.

–¿RM?–

–No grabé...–

–Vaya...– susurró, y luego se colocó sobre el mayor. –Parece que tendremos que repetirlo...–

RM sonrió ladino, y besó al contrario.