VI. Te pertenezco

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Lo mejor y lo más bonito de esta vida no puede verse ni tocarse, debe sentirse con el corazón.

Tin sabía eso mejor que nadie; y quería que este momento fuera especial para ambos.

En que momento pasó? No lo sé...
cómo sucedió ? Nadie lo sabe...

De algún modo, Tin ya se encontraba en la cama encima besando a Can; él ruido de sus besos y sus lenguas juntarse era poco comparado con los gemidos que Can hacía y que eso para Tin era tan excitante y placentero escuchar. Lentamente Tin comenzó a besar su cuello regalándole pequeños chupetones...

Ambos entrelazaron sus manos para hacer de ese momento más placentero, y aunque ambos aún tenían el pantalón puesto... el roce de sus miembros que lentamente ambos se ofrecían; Can lo encontraba tan jodidamente excitante hasta llegar a su punto máximo...

—Aah... Tin?

—Mmm?

—No quiero esperar más, quiero sentirme por completo tuyo pero me siento muy apenado ...

Tin dibujó una pequeña sonrisa en su rostro al escuchar las palabras de Can, él sabía cómo se sentía; así que frente a él se quitó su corbata y con ella amarró y cubrió los ojos de Can..

— Cierra tus ojos Can y deja que nuestros cuerpos hagan lo que tengan que hacer ...

Y así como un pequeño susurro Tin comenzó a despojar prenda por prenda del cuerpo de Can; sus besos eran cada vez más profundos y más intensos; y así, sin dar permiso éste empezó a regalarle pequeñas mordidas en los pezones; que para Can dentro de él sabía que dolía pero de una manera tan exquisita que no pudo contener esos gemidos llenos de placer al sentir cómo Tin lo besaba y lo hacía sentir suyo. Estaba listo para ser completamente de él.

Lentamente fue bajando hasta llegar al miembro de Can y comenzó a deslizarlo por toda su boca haciendo que éste comenzara a tener una ereccion...

—Tin.. no me hagas sufrir más... solo hazlo !

Ambos no podían seguir aguantando esa sensación de querer sentirse plenamente excitado por el otro; Tin sabía que era momento de preparar a Can así que poco a poco mientras éste jugaba con su miembro lentamente comenzó a introducir sus dedos dentro de él; los gemidos de Can podían escucharse a través de las paredes, pero eso a nadie le importaba...

—Mierda Tin! Cógeme ! No puedo más ...

Ante su petición Tin saco un condon e introdujo lentamente su miembro en el, poco a poco comenzó a moverse cada vez más rápido mientras que con su mano acariciaba el miembro de Can y podía escuchar cómo ambos gemidos iban incrementando cada vez más...

Tin quería que Can tuviera más placer ; quería hacerlo sentir suyo , así que mientras esté aún estaba en movimiento se acercó a su oído para hacerlo excitarse aún más ...

Can.. quiero que te vengas conmigo, quiero que entiendas que tú me perteneces así como yo te pertenezco... desde ahora tu cuerpo, tus besos y tu alma son mías... no sabes lo excitado que estoy en estos momentos y quiero sentir que tú lo estás también ...

Ambos Sentían que les hacía falta la respiración, los movimientos de Tin eran tan jodidamente excitantes para Can; hasta el momento en que éste lo volteó para admirar la forma curveada de su espalda y comenzar a deslizar de nuevo su miembro haciendo que ambos sintieran tanto placer que sus gemidos se intensificaron hasta llegar a la parte fulminante del orgasmo ...

Tú eres mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora