La plática

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La casa Loud presenciaba un acontecimiento muy importante y esperado por casi todas sus habitantes, aunque no sucedería nada fuera de lo común para otras familias pues es claro que muchas veces los padres deben dar aquella conocida plática en dónde sus hijos deben perder su inocencia para seguir madurando y de alguna forma poder sobrellevar la adolescencia, etapa en dónde los cambios y las hormonas son el pan de cada día. Tal vez se pregunten ¿Si es tan común entonces que tiene de importante?... Bueno lo importante de esta charla entre padre e hijo es la información que obtendrán las hijas Loud acerca de su pequeño hermano.

En la habitación del joven varón se encontraba su padre el albino Lincoln Loud sentado en la cama de su hijo en silencio, mientras en contra parte su hijo un joven de trece años un tanto rebelde estaba sentado en su escritorio observando fijamente a su padre en espera de sus palabras.

- Lemy – rompió el hielo Lincoln, con un tono de voz muy tranquilo y serenó – ya sabes a estás alturas que eres mi hijo más querido, siempre me llenas de orgullo y aunque a veces eres un poco rebelde en tu forma de actuar nunca haz desobediso a tus madre o a mí...

- ¿A qué quieres llegar con todo esto papá? – el joven en la habitación realmente estaba preocupado, su padre nunca le había dicho tantas cosas buenas en un solo día, su relación no era de las más cercanas pero tampoco se podría catalogar como mala e incompatible – Si quieres pedirme algo solo dímelo, digo son vacaciones no me cuesta nada.

- Ja – comenzó a reír un poco el hombre albino – no es nada de eso Lemy, solo quiero hablar de tus cambios físicos y mentales que estás pasando en estos momentos, sabes necesitas un poco de guía en esto y quiero hablar sobre eso contigo, de hombre a hombre.

- Tranquilo viejo, ya se todas esas cosas, a decir verdad tu también deberías tener en cuenta que todo acerca del sexo, cambios y hormonas; tú junto a mis mamás ya han sido muy explícitos, además de gráficos así que no te molestes ya conozco todo eso – Lemy hablaba de esas cosas como si fueran un tema cualquiera o así lo reflejo en su tono de voz despreocupado – yo digo que vayamos a cenar de una vez.

Lincoln se avergonzó un poco por las palabras de su hijo, claro no era un secreto que él tenía encuentros de adultos varias veces al día, muchas de esas ocasiones no se fijaban quien se encontraba cerca y el tenía conocimiento de esto, pero nunca imagino que sus hijos lo tomarán tan a la ligera; dejando eso de lado Lincoln debía prolongar más esta plática pues sabía que no era el único que escuchaba con atención a su hijo, aunque claro eso hacia que tomará algunas precauciones y restricciones. - Bueno en ese caso quiero saber si hay alguien que ocupé tú atención de forma especial, ya sabes una chica – miro pícaramente a su hijo esperando un reacción un tanto nerviosa del jóven la cual obtuvo – puedes decirme creeme guardaré el secreto.

- Bueno hay una chica en mi salón, se llama Gwen y es súper tierna, es inteligente, ama la música igual que yo y tenemos buena química, no me atrevo a dar el siguiente paso, no quiero arruinar una amistad con ella por un tonto sentimiento que muy probablemente no sea correspondido – el joven estaba un tanto incómodo por hablarle sobre esto a su padre – pero bueno la vida sigue.

- Por favor hijo no puede presumir a un joven cómo tú si no sabes conquistar a una chica, Clyde se puede burlar de mi junto con Luan, debemos cambiar eso – pone su manos derecha en el hombro de su hijo – escucha Lemy no te debe aterrar eso, eres un gran chico y un gran hijo eso siempre debe estar en tu mente, cualquier chica sería afortunada de tenerte como pareja, y hablo de cualquier chica, – Lincoln pude ver cómo sus palabras llenaron de confianza a su hijo y tal vez ahora Lemy se sienta más seguro hablando con él – por cierto hijo, ¿Estás seguro que Gwen es la única chica por la cuál tienes un interés? – era hora de lanzar toda la carne al asador –.

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