Capítulo 40

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El lunes estaban en el aparcamiento de la escuela escuchando los gritos emocionados de Seulgi, mientras ella recostada del capo sólo podía sonreír.

-¿¡Comprenden!? Me invitó a una cita, una de verdad ¡No lo puedo creer! -dijo feliz mientras se colgaba del hombro de Taeyeon, ella también parecía feliz por su amiga.

-Yo también tengo una cita con Taemin -confesó y las demás la felicitaron.

-Yo fui a visitar a Sook en su casa -pero claro que todas sabían que en parte estaba feliz porque había pasado tiempo con Irene.

-Terminaré viviendo con gatos -se lamentó Yeri por falta de emoción en su vida amorosa.

-No creo, chica. Sabes, un chico del club de pesas no quita los ojos de ti -le susurró Taeyeon y Yeri le restó importancia.

-No importa, no quiero sufrir como ustedes. Ahora estarán felices, pero hace meses lloraban como locas -dijo y sus amigas le dieron la razón, el amor era una gran montaña rusa.

-¡Dios, Wan-ah! Aún no me lo creo -le susurró Seulgi a su mejor amiga mientras las otras dos hablaban. —Lucía tan adorable mientras me lo pedía, estaba nerviosa y todo -contó con la cabeza en las nubes.

-Supongo ¿Y a dónde te llevará? -preguntó, riendo por la emoción de su amiga.

-Dijo que era una sorpresa -respondió emocionada.

-Puede que te sorprenda -aclaró dejando a su amiga con la duda, pero cuando preguntó se hizo la desentendida.

Estuvieron todo el día perfecto, solo que Irene estaba molesta con Wendy por lo de la otra vez y se lo demostraba ignorándola, aunque a la rubia no le pasaba por alto que la viera de reojo. Suho también le veía con enojo, pero la ignoraba mientras iba de la mano con su novia, aunque no los había visto besarse y Wendy estaba feliz. A la quinta hora estaba en el pasillo, yendo a clases, y escuchó a alguien que la llamaba, volteó tan brusco que le dolió el brazo roto, pero intentó disimular el dolor.

-Rarita, te estaba llamando ¿No escuchas? -le dijo Sunmi, aunque de una forma bromista, no había desprecio.

-Mira, señorita. Yo estaba distraída yendo hacia mi clase, creo que deberías hacer lo mismo -le dijo echando su cabello para atrás.

-Y sobre todo yo te voy hacer caso -dijo rodando los ojos y tomando a Wendy del brazo, para apartarse de los estudiantes que caminaban por el pasillo. —Oye, tengo que decirte algo.

-Sí, ya vi, Seulgi estaba muy emocionada hoy -el rostro de Sunmi pareció iluminarse.

-¿En verdad?

-No paraba de brincar, me recuerda aquella vez que se tomó cinco litros de cafeína -dijo riendo y recordando ese día, fue muy divertido.

-Me imagino, pero ahora el problema es que hay un rumor, que dijo uno de los de primero -sus ojos estaban repletos de ansiedad y preocupación. —De que casi besas a Irene ¿Es cierto?

Wendy se coloró de pies a cabeza y eso fue la respuesta.

-Supongo que sí -dijo un poco cansada.

-¿Cómo... cómo... quién?

-Hasta ahora sólo pocos lo sabemos, pero los rumores se riegan muy rápido, Suho podría enterarse -dijo observando la cara pálida de la rubia, suspiró y estaba dispuesta a arriesgarse. —Mira, Son ¿Tu estás enamorada de Irene?

Wendy no respondió, ya que escuchó unos gritos y vio con horror como los ojos de Sunmi se abrían.

-¡Son! -Dios, Wendy ya iba a comenzar a odiar su propio apellido, eso pensó cuando escuchó la voz repleta de odio de Suho. Vio como el chico se dirigía a ella con el rostro rojo y los nudillos apretados, lucía igual que aquel día en el campo y Wendy se preguntó si le rompería el otro brazo.

Rivales; WenreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora