Hasternon

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Capitulo Uno.

En un lugar donde nada es posible y todo es inventado, donde la realidad y la fantasía se dan un beso de muerte lenta y todos somos espectadores del encuentro del sol y la luna, en ese lugar te contare una historia.

Desde los tiempos dinásticos todo tiene un orden establecido del cual regirse y en este caso no es la excepción, e la región de Hasternon, todos somos iguales y nadie es la excepción, no importa si eres del linaje de agricultores, servidores o protectores; pero esta ley no vale si eres una abandonado, aquí nos llaman los desechados, no tenemos derecho a ir a la ciudad o simplemente hablar con los que si son parte de la dinastía, si lo intentamos nos echan como comida de cocodrilos. Los desechados somos un grupo de mas de treinta personas que no tenemos un origen, solo estamos aquí. Somos como árboles que crecieron sin un fundamento histórico y nadie sabe quién los coloco donde se encuentran justo ahora, somo prácticamente invisibles a los ojos de todos y lo peor es que nos gusta ser quienes somos, después de todo no tenemos elección.

Mi nombre es Artemia y soy una desechada, desde pequeña creí que todos teníamos un valor aunque sea poco, para sobrevivir los desechados tenemos que ir justo a la hora del lapso solar, cuando las luna y el sol se encuentran por primera y única vez en el día, aprovechamos que tenemos un trece minutos de total oscuridad y robamos comida del mercado de la ciudad de Hasternon y la llevamos a la villa para los ansíanos que no pueden buscar sustento para ellos y es como hacer servicio comunitario, solo que si nos atrapan con solo un pie dentro de la ciudad de Hasternon nos podrían considerar muertos.

-Escuchen novatos, tenemos que traer suficiente alimento para durar dos días sin volver a la ciudad.

-Mañana volverá a  pasara el lapso solar, podemos volver a la ciudad y buscar más provisiones.

-No es conveniente que viajemos mucho a Hasternon, es mejor si vamos cada tiempo establecido, no queremos que nos atrapen los protectores, son mas fuertes que nosotros y son soldados entrenados, aléjense de ellos ¿entendido?

- ¡Si Claus! – Gritamos todos, él es como nuestro jefe de villa, nos lidera y elige a los corredores para buscar provisiones, se sabe todas las calles de la ciudad de Hasternon, aunque solo vamos cuando esta a oscuras. Después todos empezamos a prepararnos para ir al mercado, les explicare nuestra forma de sobrevivir, solo teníamos trece minutos para buscar provisiones y volver a casa, si alguien no regresaba en el periodo tiempo de trece minutos lo dábamos por muerto, era muy arriesgado volver a la ciudad cuando hay luz, los ciudadanos puedan ver nuestra marca de identificación, la tenemos justo en la palma derecha y es enorme todos pueden verla y es casi imposible quitársela o por lo menos ocultarla.

- Artemia, ven un segundo. – Esa voz gruesa y fría que hacía a todos agachar la cabeza solo por su estúpida presencia, era Claus quien me llamaba, sabia que era el, es casi imposible no reconocer su voz si todos los días despertaba a los desechados, específicamente los corredores, es para entrenar temprano. Es manipulador, mandón y egoísta; pero es por nuestro bien, o eso espero.

- Si general Claus ¿en qué puedo ayudarle? -Todos tenemos que tratarlo con respeto, son las normas o como aquí se les dice "código de honor", es el hijo del jefe de la villa, le demos respeto por no decir la vida.

- Quiero que lideres la fila de corredores número dos, Sebastián no puede, está enfermo.

- Si general Claus.

Después de nuestra gran charla, exactamente a las seis empezó el lapso solar y todos empezamos a corres a la ciudad de Hasternon, mi fila al mando estaba detrás de mí, todo estaba bien llegamos al mercado y estábamos recolectando nuestras "provisiones" nos quedaban seis minutos para volver a la villa, era tiempo suficiente para volver y no ser vistos por los protectores.

- Nos quedan seis minutos terminen y vámonos, el lapso es nuestra ventaja. - les grite a todos para que estuvieran al pendiente del tiempo restante. Llenamos las bolsas y comenzamos a correr devuelta a la villa, todo estaba marchando normal hasta que Linda una de las corredoras que estaba bajo mi supervisión cayó al suelo quejándose de dolor y sujetándose la pierna.

- ¿Estás bien Linda? ¿Qué ha pasado?

- No puedo continuar, me he doblado el tobillo, tienen que irse solo quedan cuatro minutos para que el lapso termine.

- No se deja la familia, vamos apóyate en mi hombro, te ayudare, si nos damos prisa podríamos salir de la ciudad a tiempo.

Tome la mano de Linda y la ayude a levantarse, comenzamos a caminar lo más rápido que podíamos, pero el lapso estaba pasando y la ciudad estaba volviendo a la luz, no llegaríamos a tiempo.

- ¡Hay intrusos en la ciudad! – Escuche gritar a un protector, nos habían visto, comencé a correr con Linda y cuando llegamos al túnel que nos deja salir de la ciudad este era muy estrecho para que saltáramos las dos juntas, tenía que mandar a Linda primero.

- Linda tienes que cruzar, nuestra fila tiene que estar del otro lado, ellos te llevaran a casa.

- Déjame y vete tu Artemia.

- No discutiremos esto ahora. - y la deje caer en el túnel, era lo mejor, Linda es solo una niña no podrá defenderse, justo cuando la deje caer por el túnel un protector me capturo... esto es una mierda.

ArtemiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora