Esperaba el toque, frustrada, fingiendo anotar cualquier cosa que la maestra dijera.
No sabía que materia era, no escuchaba que decía la maestra, tampoco conocía que libreta es la que estaba frente mío. ¿La verdad? Tampoco me importaba. Estaba en mi burbuja. Puedo apostar a que ese bolígrafo ni siquiera poseía tinta en su interior.Todo el día había estado escapando de mis amigas. Y el único motivo por el que lo hacía era...
— ¡Maestra, ya tocaron!
— ¿Ya? El tiempo sí que pasa volando, ¿A qué no?
No.
Guardé todo, de forma apresurada. Veía a alumnos haciendo la misma acción, queriendo irse rápidamente a su casa. Yo también quería hacerlo, pero por un motivo totalmente opuesto al de ellos.
— ¿Oíste de la fiesta de la familia Lyoness? —. Era la pregunta más repetida en todo el día. En la escuela no hubiera quien no supiera de eso, como si fuera un tema por el que hacer un revuelo. En parte, lo era.
Y, justamente, escapaba de eso.
No odio las fiestas, para nada, pero no quiero ir a la fiesta de la familia más prestigiosa de toda Britannia.
— Oye, que en la fiesta solo irán personas muy subidas.
— Sí, es cuestión de lógica, cualquiera allí adentro tiene que tener poder.
O tiene que ser amigo de la cumpleañera, la tercera hija: Elizabeth Lyoness.
Y ese, lastimosamente, era mi caso.
Por eso andaba con todas las prisas que había en mí a la salida. No faltaba mucho.
Eran 12 metros.
11 metros. Si apuraba el paso saldría ilesa, y poder ir a mi casa sin haber asistido a esa fiesta.
8 metros.
No sabía que podía caminar con esa velocidad. Nota mental: Trabaja en la condición, has mejorado
5 metros.
2 metros.
Y...
— Disculpa, ¿Has visto a Diane?
No ahora, por favor.
— ¿Diane? Sí, creo haberla visto cerca. Está... Justo ahí. Por cierto, feliz cumpleaños.
No. Ya estaba fuera de la escuela, no era justo.
— ¡Diane! ¡Que bueno verte! No te he visto en todo el día, ¿qué pasó?
— Eli, pasa que... ¡Quería comprarte algo para tu cumpleaños! —mentí. Claro que no era eso. Sí, en definitiva le compraría algo a Elizabeth, pero no por eso las estaba evitando.
Una sonrisa salió de sus labios.
— ¡Oh, Diane! ¡En serio, gracias! Y hablando de eso... —Ya no tenía ninguna escapatoria, así que solo la escuché terminar—Quería invitarte a mi fiesta de cumpleaños, ¿qué dices? Ten, para que puedas pasar.
No sabía que decir.
— Eli... Yo... ¡Gracias! Claro que iré, no puedo dejarte allí sola —decía, mientras forzaba una sonrisa. Está era la razón por la cual la evitaba: No podría resistirme a Elizabeth. La estimaba mucho como amiga, no podía, ni quería, decepcionarla.
Veía su rostro iluminarse de alegría. Estaba bien, ¿no? Si ella era feliz, yo podría serlo.
— ¡Genial! Elaine no debería tardar en llegar, pueden ir a comprar un vestido juntas, es excelente, ¿no?
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El chico de los ojos ámbar || Kiane
FanfictionDesde aquel día todo cambió. No sabía nada de él. No sabía quien era. No sabía su procedencia, su familia, su nombre, su clan. Lo único que sabía de él, era que sus ojos son del color más hermoso que pude haber visto, con un brillo inigualable, y...