I.

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Después de un rato observandolo. Momo, se decidió por acercarse al azabache en aquel antro.

— Así que. ¿Aburrido? Eso podría solucionarse.

— Aparto su cabello para mirarlo con curiosidad mientras jugaba con la copa de vodka entre sus manos.

— ¿Sí? Y ¿cómo? ¿hmm?

— Bueno eso depende de que tan recursivo seas. Y de la persona con la que hables en cuestión. — sin desconfianza se sentó en la silla del extremo de la mesa y le dió un sorbo a su trago.

— Tú dame las ideas, estoy seguro de que podemos coincidir en algo. — Una mirada persuasiva ilumino su rostro.

— Bueno, podemos hablar o simplemente obviar el tema de las presentaciones e ir a la cama. Suelo ser una persona bastante práctica, así que cualquiera de las 2 opciones se me hacen aceptables.

Aquel chico no pudo evitar reírse con sonoridad y una vez acalló aquel tosco sonido por la diversión que le había producido, se digno a responder.

— La segunda opción me parece bastante bien. Me encantan las mujeres directas, vayamos al grano.

— Mh. De alguna manera también me agradan los hombres directos, chico del cuál desconozco el nombre. — mordió su propio belfo inferior con algo de picardía hasta dejarlo levemente más rojo.

— ¿Sabes? Dicen que el sexo suele ayudarnos a entendernos a nosotros mismos, es solo en aquellos actos en los que somos realmente libres, porque todo lo que nos esmeramos por ocultar sale a la luz en esos breves momentos de éxtasis.  — susurro con voz lasciva mientras miraba a los orbes ajenos.

El chico fijó los ojos en cada gesto de la chica, analizando esos rosáceos cerezos, relamiendo los propios ante el deseo de lanzarse y hacerla callar a besos. Sin embargo, lo que estaba diciendo llano su atención, así que prefirió escuchar.

Una sonrisa irradió una vez más el rostro del más alto, asintiendo con la cabeza, dando un paso para acortar distancia. Sin despegar la vista de los ojos contrarios, se atrevió a hablar por fin, no sin antes tomar con delicadeza el rostro adverso con una de sus manos, acariciando suavemente el rostro de la mujer con su pulgar. La observó durante un par de segundos, atreviéndose a acercarse a sus labios, entrecerrando los párpados.— Sería incluso más beneficioso conocerte de esta manera, entonces.

Se dejo hacer ensimismada por los gestos adversos, mientras disfrutaba del tacto. Aquella sonrisa del joven había tenido  efecto en ella haciendola sonreir de igual forma  instintivamente. — así es, siendo de esa forma quizás es la mejor manera de conocer a alguien. — miro por ultima vez los belfos adversos que se habían venido tornando irresistibles en los últimos minutos de plática.

Casi media hora después se encontraban en una habitación muy cerca del antro. La chica se dió por enterada que había cedido al deseo ,   cuando  sintió la humedad de los labios ajenos sobre los suyos una vez habían entrado al lugar.

Aquéllos carnosos labios encajaban a la perfección haciendo que paulatinamente  moviera los suyos propios  esperando porque su acompañente le siguiera en aquel juego de roces.

Al pasar de los segundos, el agarre que el chico mantenía en la mejilla ajena, se trasladó rápidamente a la nuca de la más baja, obligándola a profundizar el beso de una manera bastante demandante. El jóven apegó su cuerpo al de la contraria, presionando su entrepierna contra la zona de la cadera impropia debido a la diferencia de estatura, buscando que lo sintiese.

La mano libre del azabache fue a parar a la cintura de la chica, forzándola a apegarse a él.

El joven parecía tomar el control del cuerpo de la muchacha. Y ante aquel acontecimiento Momo pasó sus manos por su espalda para disminuir la poca distancia restante. Acaricio suavemente los lumbares del chico a través de la ropa y se dejó embriagar por la cantidad de sensaciones que el ajeno le producía.

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⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

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Trago para 2. [MomoxHeechul] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora