Caída al Abismo.

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Sintió como tocaron a su puerta, de manera abrupta saltó de la cama. Se cubrió la barriga e intentó disimular lo más posible, no quería que quien fuera que estuviera a las afueras de su habitación, sospechara de algo.

Carraspeó un poco para intentad modular unas simples palabras. - ¿S-sí? ¿Quién...es? -Su nerviosismo era notorio, se mordió el labio, no quería demostrar que algo ocurría, pero sin darse cuenta, su voz la acusaba.

- ¿Charlie? Dijo de manera suave la persona detrás de la puerta, aquella voz la relajó y corriendo fue a abrirla para encontrarla ahí de pie con una mirada algo confusa, la abrazo con fuerza, aferrándose a ella. Vaggie la miró totalmente desconcertada, pero sin preguntar, simplemente correspondió el abrazo. - Vamos, solo ha sido una noche que no te he visto ¿realmente me extrañaste tanto?

Soltó una pequeña carcajada para soltarla y mirarla a los ojos, sabía que no podía contarle lo ocurrido, pero deseaba con creces sentir su protección. - Solo un poco, es que ya sabes...soy algo sentimental... ¿Me acompañarías a desayunar? Ahora que estás aquí, no me gustaría que me dejaras comiendo sola.

Vaggie riendo asintió y se dirigieron al comedor entre risas y bromas, Charlie no podía permitir ningún indicio de lo ocurrido, conocía el historial de Alastor, sabía que si iba en serio y que, por lo que ya le había demostrado, era así, cualquier movimiento en falso significaba el fin de todo lo que amaba y deseaba y eso era algo que ella no permitiría de ningún modo.

Se sentaron en una de las mesas, un hotel no podía estar completo sin un comedor y cocina preparado para los futuros inquilinos que pudiesen llegar. Niffty las recibió de una forma cálida y enérgica preguntándoles si desearían algo de comer, que ella se encargaría ya que había terminado los que haceres de limpieza y no podía mantenerse quieta por mucho. Las chicas aceptaron y con ello, la pequeña demonio salió velozmente en dirección a la cocina para demostrar sus dotes culinarios.

Charlie intentó mantener la conversación tranquila y amena que ya habían tenido, pero Vaggie de manera directa pero suave, hizo la pregunta que estaba intentando evitar desde que la abrazó tan repentinamente en la mañana.
- Charlie, por lo de hace un rato, quería preguntarte ¿pasó algo anoche? Te noté algo nerviosa y más cuando me abrazaste tan de golpe, ¿tuviste alguna pesadilla? ¿O es que otro bastardo empezó con esas llamadas telefónicas luego de que me fui? -Su tono de voz había empezado a subir mientras apretaba a mandíbula- PORQUE TE JURO QUE, SI ALGUNO DE ESOS HIJOS DE PUTA SIGUE MOLESTÁNDOTE, IRÉ A MATARLOS.

- ¡No no, no es nada de eso! Yo uhm -Dudó por un momento de que contestar, sabía que la conocía bien y reconocería sus mentiras, se mordió el labio ¿Qué excusa podría darle para evitar preguntas más incomodas? Tenía que tramar algo rápido.

De golpe, la pequeña Niffty la sacó de sus pensamientos dejando en la mesa una taza de té con leche para cada una, tostadas con mantequilla y un poco de mermelada de manzana, azúcar y una pequeña compota de fruta para retirarse tan velozmente, tal cual como llegó, pero sin antes desearles una buena comida.

- ¡Oh! Realmente se ve delicioso ¿no crees Vaggie? -Dijo algo nerviosa, la morena la observó levantando una ceja, sabía que su compañera le estaba evitando la pregunta y no permitiría que le ocultara algo, menos cuando se notaba que era algo importante. Cuando se disponía a reprocharle y exigir una respuesta, se escuchó a lo lejos una radio. Aquel sonido era inconfundible y la demonio de mejillas rosadas se paralizó, sintió como un sudor frio le recorrió la mejilla mientras escuchaba los pasos acercarse, cuando finalmente dejó de escuchar los pasos, percibió su presencia a un costado, posando una de sus manos en su hombro. Alzó la mirada y observó como esos ojos rojos penetrantes la miraban fijamente y como aquella sonrisa se burlaba de ella.

-Buenos días, queridas. Hoy es un espléndido día para trabajar en futuros planes para este maravilloso hotel ¿No crees, mi bella demonio?

Tragó saliva para sonreír y hablar lo más natural que pudo. - Claro que sí, ¿Alguna idea que tengas, Alastor?
- ¡Oh claro que sí! Pero para eso, querida, debemos ir a mi oficina a discutirlo ¿No te molestará que te la robe por tiempecillo, querida Vaggie?

La morena lo miró con recelo, pero recordando las palabras de su amiga, decidió acceder haciendo un leve gesto con la mano. Charlie la miró con sorpresa, ahora más que nunca deseaba que se molestara, que le gritara aquel demonio que las dejara desayunar en paz y que volviera luego, pero sus propias palabras le habían jugado sucio, ella misma se había hecho caer en una trampa, la cual no sabía por cuanto tiempo la tendría acorralada, se giró para observar aquellos ojos rojos y despidiéndose de mala gana, se levantó.

Vaggie sintió curiosidad por eso, pero lo atribuyó a un mal estado de ánimo y al hambre que posiblemente le atacaría en las próximas horas, por dejar intacto aquel desayuno de Niffty, por su parte, para no desanimar ni decepcionar a la pequeña, empezó a comer sin apuro alguno.

En el trayecto a la oficina, Charlie mantuvo una distancia de Alastor, pero esto no duraría mucho ya que sintió la interrupción de ese denso ambiente con una chirriante voz.

- Cariño, debe ser más cuidadosa con tus expresiones, no querrás que descubran nuestro pequeño secreto ¿no? -Giró levemente el rostro sin dejar de caminar para observar a la muchacha, podía saborear el miedo que desprendía y realmente, se saboreaba con tan solo saber que podría generar aun más de este, imaginar las miles de formas y el cómo ejecutarlas, le generaba un deleite indescriptible.

-Y-yo...- No lograba modular, dudaba de que lo que podría decir, podría terminar siendo en su contra, sus labios tiritaban y sus manos se aferraban a sus brazos, sentía frío y buscaba desesperadamente la forma de abrigar, aunque fueran sus manos. - Hago lo mejor que puedo...

Alastor se detuvo de golpe frente a la puerta una habitación, Charlie no se había ni si quiera percatado a que parte del hotel la había llevado, aparentemente, era un sector nuevo y alejado de todo que, por lo visto, Alastor había preparado con anticipación, se notaba que no era fácil de encontrar y ella al estar inmersa en que responder, no notó por donde iba, solo seguía los zapatos con aquella peculiar suela con patas de ciervo.

-Bueno, cariño, no debes de que preocuparte ahora, nuestra charla de negocios empezará en breve y puedo asegurarte de que será realmente divertida.

Observó la puerta con estupor, Alastor había puesto el mismo sello que ella tenía en su estómago solo para recordarle que ese sería su pequeño patio de juegos y también, para evitar que cualquier otro demonio entrara, esa era la marca que le recordaba que, entre esas cuatro paredes, entraría a un teatro, donde la principal actriz sería ella.

Con una sonrisa placentera, el Demonio de la Radio abrió la puerta y le hizo entrar para seguirla unos segundos después. Ella lo sentía, al sentir aquella puerta cerrarse, el juego iniciaba y con ello, ya no habría reinicio. 


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¡Hola chicos! Quería disculparme por tomar tanto tiempo en actualizar y tan poquito, estoy cerrando el semestre universitario y a solo me queda un examen por rendir, por lo que pronto podré actualizar con más frecuencia.

Gracias por agregar la historia y por sus comentarios, realmente intentaré hacer algo que sea de su agrado ¡Disfruten! que aunque esta parte quizá sea más amena, es para poder ir introduciendo todo de manera más natural :3

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2020 ⏰

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