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Corea del Sur, llego a ser el destino de aquella chica de tez clara, y cabello negro con destellos azules que se hacían notar más cada que el sol brillaba arriba de ella.
Ya con su mayoría de edad cumplida hace dos meses atrás, Ari decidió estudiar la universidad en algún lugar distinto a su país, México

Después de poner sus tres opciones, Corea del sur fue la elegida.

Tenía un coreano medio, ya que ella veía unos cuantos dramas y escuchaba K-pop de 2009, desde que conoció a Girls generation, y claro, se habían vuelto sus Girl Group favorito desde ese entonces y gracias a ellas, podía entender coreano, y claro, hablaba inglés. Incluso sus dos amigas más cercanas escuchaban K-pop y veían dramas con ellas, aunque ellas eran más de K-pop que K-dramas.

El verano estaba llegando a Corea, haciendo que todo el ambiente se envolviera en una cálida briza llena de colores alegres y vivos (la mayoría rosa, debido a todos los árboles que ahí se encontraban) haciendo que la vista fuera mágica, claro que de vez en cuando, la lluvia se hacía presente, dejando que el gélido viento tomara su lugar.

Ari, como cualquier otra chica de 18 años extranjera, llevaba consigo una cámara a donde fuera que iba. Tomándole foto a todo aquello que encontrara atractivo para ella, además de que quería guardar esos recuerdos de alguna manera.

-realmente la vista es espectacular-hablo para sí misma, mientras que la briza agitaba su cabello. Con su cámara, tomo una foto del lugar que tenía enfrente, una estructura de los tiempos donde aún existían emperadores y emperatrices, tomando así fotos en donde se apreciaban varios turistas en la zona, algunas personas coreanas solo pasando de largo, pero guardando un recuerdo en la cabeza de Ari.

Un olor a chocolate le llegó de repente haciendo que aquella chica mirara por todos lados encontrando la fuente de ese delicioso aroma. Fue ahí donde su vista captó una pequeña tienda de chocolates de todo tipo. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia donde se encontraba la puerta de aquella tienda. La puerta de cristal fue abierta por un chico que estaba ahí y ella entró, realizó la reverencia sin quitar la mirada de todos los chocolates.

Ari, se acercó al lado derecho de la tienda, donde observó chocolate con distintas formas; conejos, perros, gatos, pero un pajarito fue el que llamo más su atención.

Un pajarito de chocolate con alas azules y de buen tamaño hizo a la chica babear, pero al mismo tiempo admirar. Se adentró más en la tienda, siendo bien recibida por ese delicioso aroma. Ella nunca había sido mucho de dulces, pero ese aroma la había atrapado. No había tanta gente como esperaba, y eso le agrado.

-buenas tardes-hablo en coreano una chica de cabello negro y corto, la cual se acercó a ella- ¿buscaba algo en especial? -Ari se quedó pensando unos momentos

-si- respondió Ari- quisiera uno de esos pajaritos con alas azules- Hablo Ari con su coreano, la chica le sonrió, y camino a donde estaban exhibidos, tomando uno con su mano derecha (la cual estaba cubierta por unos guantes).

Ambas caminaron, a donde estaba la caja para que le cobrasen.

-el chocolate es de la mejor calidad, además de que es extremadamente delicioso y adictivo, y estos pajaritos, son de la temporada, por lo que solo están disponibles en esta época, bueno, eso planeamos hacer -volvió a hablar la chica, mientras metía al pequeño pajarito, dentro de la caja color verde menta, con un circulo de plástico transparente que dejaba ver lo que había adentro, aumentando así cuatro piezas de chocolate natural con matcha al lado.

-disculpe- hablo la chica de anteojos y mexicana-yo solo quiero el pajarito.

-tranquila, va por la casa, por ser nuestra semana de apertura, a todos los clientes se les regalan unas muestras de chocolate-la chica sonrió y le tendió la cajita -serian 13,000 won.

amor y fama (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora