Hay un eco en mi alma, que nada puede llenarlo. Tal vez debería arder tal cual lo hace el sol, quemarme sin que se consuma mi alma, que sabiendo que de dolor es que vive, aun así, tortuosamente sueña contigo.
Respiro, y aunque vivo siento que he muerto, no sé si el viento me miente, a la verdad ya no sé si se siente o no se siente.
Sin ti, el sol canta la melancolía, melodías de momentos amargos que recuerda cada vez que quise ver tu alma y me negaste hasta el sonido de las olas de mares tan distante como tu interés por mí.
te aseguraste de dañarme el alma, fragmentándola en pedazos, tantos como plumas de un ave que vuela entre el fuego de un futuro incierto, entre sombras y sombras de lo inanimado, tanto me dañaste que ya es imposible que alguien me rompa, son tantas las partes de mí, que hoy odian tu ausencia, que aunque lo hiciste por mi bien, mi alma nuca pidió clemencia.
Luiimi C.