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     Esperar era una cualidad que al castaño se le daba muy bien. Claramente, todos estamos supuestos a tener un límite y el de Taehyung ya estaba llegando.

Quizá era momento de ser realista, habían pasado treinta y seis meses desde la última vez que se vieron y lo poco que sabía, era debido a que se anunciaba con respecto a él y a su banda. Porque sí, Base Three era una banda que estaba siendo reconocida de manera nacional e internacional.
Eran originales, su aspecto diferente estaba rompiendo estereotipos y su música era muy llamativa. Un total éxito para Records Entertainment.

Sí, le estaba yendo muy bien y eso reconfortaba hasta cierto punto su corazón, mas había una parte de él que se negaba a  aceptarlo, porque era egoísta y deseaba fuertemente dormir junto a Jungkook como en algún momento lo hizo. En ocasiones se acurrucaba en su cama y abrazaba la remera que, lamentablemente, había perdido total rastro de lo que era el fuerte aroma de su alfa.

A veces lloraba, de manera innegable se sentía engañado y descuidado. Y sí, Taehyung comprendía la situación, pero era su omega quien anhelaba más atención.

El castaño se encontraba entrando a una estación, la noche fría inundaba sus sentidos y lo hacía desear estar lo más pronto posible en su casa, pero era sólo una idea, ya que estaba junto a unos compañeros de trabajado en camino hacia un bar. Su jefe los había invitado y éste, como cuestión obvia, no pudo negarse.

—El libro se mira excelente, TaeTae —dijo Haerim, mientras caminaba junto a él y agradecía el gran diseño que el creativo omega había hecho para su libro.

—Gracias, Noona —respondió el castaño, con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—¡El novato nos sorprendió! —Alegó entre risas Seojoon y rodeó el cuello del omega con uno de sus brazos—. El jefe está satisfecho. Confía en que nos irá muy bien con el tema de las ventas.

—Es que Haerim Noona es una autora muy buena.

—¿Has escuchado eso de que el amor entra por los ojos? —Preguntó la mencionada—. Y no es por nada, pero antes las portadas y los diseños eran un asco. —Rodó los ojos al confesar y negó con su cabeza.

Taehyung soltó una pequeña risa y no dijo nada más.

Él había empezado a trabajar en una gran editorial, puesto que sus diseños y la manera tan creativa de hacer las cosas eran muy originales. Sin lugar a dudas, el castaño era merecedor del espacio que había obtenido en esa empresa.

Se sentía bien. Y casi ni lo sentía como un trabajo. Después de todo, era algo que le gustaba.

Al pasar el tiempo, las personas mencionadas y otras más se encontraban en un bar, hablaban sobre temas del trabajo y reían de vez en cuando. Era un ambiente muy bueno y el compañerismo era algo que destacaba entre ellos.

—Vah, hablemos de cosas más interesantes —dijo una chica, con sus mejillas levemente sonrojadas; ese hecho demostraba su estado de embriaguez.

—¿Y sobre qué quieres hablar? —Preguntó Seojoon, mientras tomaba un poco de soju.

—¿Qué les parece… amor? —Rió por lo dicho y sonrió en grande.

—Oye, ¿me estás insultando? —Preguntó Haerim.

—¡No, Unnie! Usted es una mujer muy hermosa y seguro encontrará a ese alguien que la haga sentir mariposas —mencionó la joven chica.

Taehyung los miraba y sonreía por lo bajo. Todos eran personas muy sencillas y que caían bien casi al instante. Nunca se sintió incómodo.

RUDE [KOOKV] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora