Untitled Part 1

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¡Yo y mi suerte! Soy una de las personas menos atléticas en la fundación para la que trabajo. Y no fue razón suficiente para impedir un asignación en el ártico. -Nada difícil - Recordaba las palabras de la presidenta de la fundación, y de inmediato mis ojos expresaban ironía.

Unos jóvenes de una tribu inuita aledaña a mi destino fueron contratados como guías. Son tan amables que rápidamente nos hicimos buenos amigos. También al parecer los hice fan del tequila. Ya que ahora han quedado uno sobre el otro, tendidos en el trineo e inclusive acurrucados con los caninos.

Me preocupaba que entrarán en hipotermia, así que he tratado de mantener una hoguera. No ha sido fácil. De hecho ahora me es imposible. Ya que estoy suspendida, en el aire. Desde aquí he escuchado reñir al Dios Mesoamericano del viento, Quetzalcoatl. Quién fue el mismo que me elevó hacia los cielos.

La Diosa Inuita Aunra, de los vientos árticos, me miraba en sesgo,con sus hermosos ojos. Su cabello largo y lacio se movía por sí mismo en ondulaciones, enmarcando rostro. Conservaba una sonrisa discreta, mientras escuchaba a los alegatos del otro.

Los Dioses reclamando su posición como principal representante del elemento. Y como "La deidad" responsable para responder a las oraciones de una fiel con descendencia Mexica. Aunque, la divinidad local había sido paciente, le regresó a Quetzalcóatl cada uno de los ventarrones emitidos desde el peto de coral.

Ambos acompañaban sus indirectas con una ventisca que buscaba provocar el revuelo del otro. Funcionó, porque los ánimos de los dioses alteraron la presión atmosférica tan bruscamente, que dieron lugar a un torbellino.

Con la continua presencia dócil de la Diosa, la paciencia del mesoamericano se consumió. Fue cuando decidió elevarme hacia los cielos. Ahora le daba forma de mano a una rafaga de nieve. La mano me sujetó y me trajó justo frente a su forma de serpiente. Cuando la mano se disolvió el Dios se enroscó en mi cuerpo -Y bien, a quién invocaste?- su lengua viperina oscilaba cerca a mi rostro - Yo solo dije: Oh, Dios mío!...- Le aclaré

-Ah?!- Ambos Dioses se oían confundidos. - Lo ves Aunra, se refirió a mí- Dijó Quetzalcoatl concluyente. Y en zigzagueo cruzó el espacio en dirección hacia la deidad femenina. -Así que te puedes retirar- Le ordenó silbando su lengua.

Con un soplo, Aunra alborotaban las plumas que adornaban el rostro de la culebra impidiéndole ver. -En esta región se me invoca a mí - Le respondía con una voz arisca. Y con un rápido movimiento circulatorio de su dedo, me ayudaba a descender lentamente -Querida, como te puedo ayudar?- Me preguntaba.

-Momento, eso no fue todo lo que dijiste. continúa - Me ordenó la serpiente. Mi largo cabello ya estaba super enredado. Por lo que, fui al punto. - Dije: Oh Dios mío, haz que el viento sucumba por completo-

Las deidades y el viento de repente desaparecieron y por fín pude mantener la hoguera encendida.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2020 ⏰

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Diciembre Dinamico - Dioses del VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora