Trucos Sucios

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Historia para el reto entre autoras de 2min ^-^

Fui retada por 2minsheep con las palabras Internet, mirar, celos, rpg, y caramelo

Del mismo modo en que reté a LaHijaDel2Min001
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Minho gruñó, no podía evitar mirar desde el marco de su recámara la pequeña sala de su departamento de 3 cuartos. El tic-tac del reloj de pared que tenía llenaba el silencio que existía cuando no se escuchan palabrotas, risas y gruñidos. Y eso le irritaba. Lo sabía, el porqué de su mal humor, simplemente no lo quería aceptar. Últimamente no le bastaba con sólo mirar las partidas de Taemin, necesitaba oír qué era lo que estaba escuchando por los auriculares, y de lo que se estaba riendo con tanta fuerza a pesar de que estaba a mitad de una partida de Divinity: Original Sin II. 

No, necesitaba más, necesitaba asegurarse que todo fuera family-friendly entré Taemin y los otros tres miembros de su clan, porque ciertamente había algo que Taemin sabía hacer y eso era coquetear. ¡Ni siquiera lo notaba! Simplemente era su forma natural de ser, seguía el juego de las palabras, y terminaba coqueteando, sin notarlo, y sin tener la intención de pasar a algo más. O sí... 

Suspiró, tallándose la cara con sus manos. Tenía que recordar que justo así había sido la manera en que conoció a ese pequeño demonio de boca sucia y dedos ágiles. Había sido tres años antes, un marzo algo lluvioso, pero con indicios de una primavera muy floresciente. A un nerd con aires de empresario se le había ocurrido organizar un torneo de varios RPGs en la ciudad, y por supuesto la noticia se había esparcido como pólvora, llegando hasta los rincones más oscuros donde cualquier gamer pudiera esconderse a tener una partida. 

Claro que había corrido a comprar un boleto de entrada y un lugar, inscribiéndose en su juego favorito del momento Darkest Dungeon. Incluso, se había preparado poniéndose retos a contra tiempo con tal de ser el vencedor. Tristemente, no había pasado más allá de la segunda ronda, pero para su suerte ese hecho le había impulsado a ver qué otras partidas se estaban llevando acabo al mismo tiempo en las otras salas. 

Así fue como le conoció. Lindo, pequeño, y muy sorprendente. ¿Quién carajos va a un torneo de rpgs con el cabello planchado y pantalones de cuero ceñidos a sus piernas? Taemin lo había hecho, y con eso había ganado a la mitad del público espectador en esa sala, gamers que quizás nunca habían conocido la sensualidad cruda y humana fuera de sus pantallas electrónicas. Ciertamente Minho se había quedado sin aliento, a pesar de tener una vida lo suficientemente balanceada entre la universidad, su trabajo de medio tiempo, el equipo de fútbol de los domingos y su amor por los videojuegos. En ninguna de sus actividades jamás habia conocido a alguien tan impactante y despampanante. Era casi como mirar una obra de arte. Hasta que le escuchó a hablar. 

Definitivamente soltó una risotada gigante al escucharle maldecir. Entonces el bonito y delicado chico sacó ese lado demoniaco, en donde no iba a dejar que cualquier tramposo con mañas le ganara. Y, aunque hizo cosas muy impresionantes para su propio juego, había sido demasiada la ventaja que el contricante llevaba, haciendo que perdiera. Todos soltaron un jadeo de sorpresa al ver cómo Taemin se levantaba de golpe, más que molesto, dispuesto a iniciar una pelea física. Minho había sido de los pocos que, en vez de echarse hacia atrás y evitar estar en la pelea, dio un paso hacia adelante.

Esa fue la mejor decisión que jamás pudo haber tomado. No por a pelear, por supuesto, porque no lo hizo. Él y otros habían contenido al chico encabronado, lanzando patadas a diestra y siniestra, tratando de soltarse. Tenía que admitir que internamente se estaba riendo de la manera de reaccionar del lindo muñeco. Minho era quien le sostenía de la cintura, descubriendo cómo todos los músculos del delgado chico estaban más que construidos para el esfuerzo físico. Podía ser pequeño, pero ese lindo peleonero no era para nada un debilucho. 

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