•Capitulo único•

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Sábado, día en el cual puedes descansar y estar holgazaneando en tu sillón favorito, disfrutando de cualquier programa estúpido que pueda pasar en los canales paga, siendo atendido como rey tras trabajar toda la semana en la estación de bomberos, ah, sería excelente poder estar así todo el día en su casa.

Pero Mikaela no es la clase de marido que deje que este en ocio todo el día, por el contrario, lo ha mandado junto con su hijo a comprar los víveres del mes. A regañadientes tuvieron que ir, Michi solo lo seguía con no querer ir, pero normalmente es obediente cuando se le pide. Un rasgo muy bueno que saco de Mika, todo lo contrario de Yummi, era el vivo reflejo de él.

Mientras iban caminando el pequeño castaño veía la lista que le entregó su madre, quien le dio la importante tarea de ser quién busque todos y cada uno de los productos anotados. Su papá es un tonto buscando y ni siquiera trae lo que se le pide, pero es divertido ver como el rubio lo regaña por su tontería.

— Wow, ¡¿ese es el cereal de dinosaurios que tanto quería?! — emocionado llegó corriendo a donde estaba la torre de cereales, sin fijarse que al tener el carrito de compras a su mando tiró uno que otro artículo que lleva, al menos no había nada que se rompa.

Yuu estaba tan concentrado viendo majestuosa caja que tomó de la torre, maravillado porque al fin tenía una y podía comprarla con su propio dinero, ¡gracias a todos los dioses por permitirle el tener la dicha de volver a ver ese cereal!

Por otra parte Michirou se quedó viendo a su padre admirar ese cereal, le causó una pequeña risa y se acercó a él, avisándole que iría a ver el pasillo de limpieza para tomar lo que estaba en la lista, no se tardaría mucho. Claro que Yuu no escuchó nada, no prestaba atención por lo centrado que está en ese objeto, parece niño en dulcería.

Una vez que terminó de su ilusión con la caja, la dejó sobre el carrito de compras teniendo una sonrisa de oreja a oreja.

— No creo que a Mika le moleste que compre esto, ¿verdad Michi? — no hubo respuesta, eso hizo que volteara hacia atrás.— ¿Michi? — sus campo de visión no encontró al pequeño, quitando de inmediato la sonrisa en su rostro siendo remplazada por el pánico total.

¡¿Dónde está su hijo?!

No, esto no puede estar pasando, hace un momento estaba junto a él y de pronto, ¡Ya no esta! Debe encontrarlo, va a moler a golpes quien haya querido secuestrar a uno de sus amores, lo pagaría muy caro. Si no lo encuentra, Mika sería quien lo muela a golpes. No, no quiere que él se enoje.

Comenzó a buscarlo por los pasillos más cercanos, desesperado por encontrarlo. No estaba, no estaba en ninguno..

¡El pasillo de juguetes!

Seguro se fue allí a ver las novedades, soltó un suspiro, seguro debe estar allí, confía en que así sea. Corrió directo a ese pasillo y buscó, yendo y viniendo. Mientras él esta allí, el menor ya había regresado, encontrando el carrito solo, ¿Y ahora dónde se había metido su padre?

Puede que este en los juguetes, le gusta visitar ese lugar como un niño. Ahora se cuestiona sobre quién es el niño de los dos. Sonrió y negó con la cabeza, tiene que ir por el mayor, ahora entiende porqué su mamá le daba esas tareas a él y no al adulto.

Cuando estuvo en el lugar dicho fue tranquilo, revisando cada lugar esperando encontrarlo por allí, si no, quizá se encuentre en en los dulces, pero primero probaría suerte en la sección infantil.

Yuu ya se había ido, teniendo los nervios a flor de piel, comenzó a sudar frío imaginando la posibilidad de que a su pequeño lo secuestraran, podría llorar allí mismo en el pasillo de cosméticos, así las mujeres que pasaran se burlen de él o cuchicheen, perdió a su hijo y cualquiera lloraría.

• Perdidos en el supermercado • Yuichiro y Michirou • YuuMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora