¡No Soy Tuyo, weon! [[Stony]]

O1

-yo que tu, no lo miro demasiado -una voz a sus espaldas lo hizo sobresaltarse.

Miró hacia atrás encontrándose con un azabache de ojos claros, demasiados claros que era difícil diferenciar si tenía los ojos azules o verdes.

-es un omega prohibido-

Aún así siguió mirándolo.

-es enserio chico, su alfa destinado es un perro celoso que le hace la vida imposible a todo aquel que mire por más de dos segundos a su omega-

-yo no veo que tenga una marca en el cuello-

-¡Ya deja de seguirme imbecil! -gruñó el omega hacia un alfa el triple de alto que el, castaño y de fuertes ojos azules.

-sabes que no es mi intención quitarte tu espacio personal, pero Steve me mando a vigilar de que ningún idiota se te acercara-el omega gruñó ya desesperado.

-¡bien!-el castaño se dirigió donde el alfa, donde siempre estaba.

En el patio hablando con los chicos de fútbol americano.

El omega era seguido por todos, sabían que cuando el omega estaba silencioso era porque algo se tramaba.

El rubio sonrió y sus ojitos se iluminaron al ver al omega caminar hacia el.

Pero lo que recibió no fue algo bonito, el omega abrió la botella de agua y se la lanzó al rubio.

—¡Dejame en paz!, ¡no soy tuyo! —gritó furioso el omega.

El alfa hizó un puchero y el chico nuevo sonrió.

—¿quién es? —habló y el azabache miró en dirección del alfa empapado en agua.

—es Steve Rogers, que su forma de ser  con Tony no te deje engañar, el es un demonio con todo alfa que se le acerque a su destinado—

—no veo mucho interés en su destinado que digamos, más bien parece odiarlo—

—Tony odia a todo el mundo—

—¿por qué? —habló siguiendo con la mirada al omega que cada vez se acercaba más y más a él.

—lo molestaban y golpeaban, bueno eso era antes de que Steve apareciera y amenazara a todo el mundo con que si veía a alguien dirigirle una mala mirada al omega, se las iba a ver con el—

Peter se quedó sorprendido.

¿Acaso alguien en el mundo se atrevió a molestar a ese omega?

El aire se le fue de los pulmones al ver al omega pasar junto a él con indiferencia, como si no estuviera allí.

Miró al alfa que se limpiaba con una toalla de algún alfa que entrenaba fútbol americano.

Y sólo pensaba en algo "ese omega será mío".

Grave error, no era capaz ni de imaginar lo demoníaco que podía llegar a ser el rubio cuando se trataba de su omega destinado.

N/a

Perdón ahora si que continuo las demás historias jiji.