Tags de Wapptad y otras cosas poco interesantes

Otra nominación (para más views)

Perdón por tantos tags, chicos. Prometo que al final borraré todo esto para dejar el fic limpio.

Dice que las reglas son:

- Mencionar a quien te nombró
- Hacerlo en menos de tres días (comenzando ahora)
- Escribir 10 cosas sobre ti
- Nominar a 28 personas ("30 son muchas, no quiero un número tan exagerado.... oh, ¡ya sé! Las dejaré en 28" - La persona que hizo el tag)
- Poner un título creativo a la nominación
- Contar un chiste

- Poner un Spoiler de una historia tuya
- Poner estas reglas

Bien, la persona que me nominó fue

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Cosas sobre mi:

1. Mis mascotas favoritas son los reptiles (gatos y perros me parecen lindos, pero no soy precisamente "a fin" con ellos).

2. De momento, no tengo religión. No significa que sea atea, simplemente no he encontrado una religión que se adapte al 100 a mis propias creencias.

3. La mayor parte de mi ropa es gris en diversas tonalidades porque representa mi depresión me parece un color muy versátil para combinar con otros más llamativos.

4. Tengo una muy buena memoria (en cuanto a asuntos personales y de amistades respecta). No sé aún si eso es una ventaja o desventaja.

5. Un dato un poco indecoroso: creo que, durante toda la secundaria, no presenté un sólo examen en el que no hubiera hecho trampa. Por suerte, nunca me descubrieron.

6. Las cucarachas son los únicos insectos que me dan asco. Mi madre lleva casi 20 años quejandose de que todo el tiempo esté agarrando a cada bicho que me encuentro.

7. Si bien he llegado a leer algunas historias así, no me gustan ni el yaoi ni el yuri. Leo yaoi sólo si el resto de la trama me atrae; el yuri es un rotundo no en todo sentido. Sin embargo, existe la posibilidad (aún no es seguro) de que llegue a haber un personaje homosexual en la secuela del fic.

8. Un dato de mi oscuro pasado: allá por 2011 era fan de Crepúsculo. Compré los 4 libros originales, el "spin-off" de Bree Taner, y una guía que la autora escribió después, así como libros sobre el rodaje de las películas. Compraba posters para pegarlos en mi recámara, revistas con supuesta "información exclusiva", separadores para libros, las películas en versión pirata, la mercancía que vendían en los cines... incluso en su momento llegué a encontrar calcomanías, tatuajes (tipo los de los chicles), un poster 3D, una figura escala real de Edward (o más bien, Robert Pattinson) que sigue sin abrir, y objetos para hacer una fiesta temática de Crepúsculo (entiendase vasos y platos desechables, colgantes, un mantel de plástico...). Y sí... esta ridícula lo compró todo. Y aún conservo toda la mercancía.

9. Mis primeros escritos a partir de que me volviera fan frenética de Crepúsculo estaban muy influenciados por la escritura de Stephanie Meyer. No sé qué tanto de ella conserve hoy en día, pero, prácticamente, me enseñé a narrar leyendo al vampiro-boladediscoteca.

10. Cuando dejo de prestar atención con lo que ocurre a mi alrededor, suelo hablar y gesticular sola sobre cualquier cosa. Por desgracia, también lo hago cuando no estoy tan sola. Al que más le ha tocado ver mi conducta es a mi mejor amigo de la Universidad. Ahora dice que estoy loca.

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Ahora, mi chiste malo:

- Hola, linda. ¿Por qué tan sola?
- Porque vine a tirarme un pedo.

Así, corriente como yo. Bueno otro porque qué asco:

- Jefe, el lunes tiene junta a las cuatro
- Posponlo.
- Pos, ya lo puse

Último, por si no les hizo gracia... este tampoco lo hará:

-Buenas noches, vengo a darle la mano de su hija.
-Será a pedirla.
-Me presento: Teniente Ortiz, unidad de homicidios.

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Y por último, el spoiler (del fic de momento). Es más bien un fragmento a modo de adelanto, no se asusten:

Observé el lugar en el que me encontraba. Era un pequeño claro que se encontraba atravesado por un muro natural de grandes piedras grises. Desde ahí, podía ver el cielo, y la luz de la Luna llena me permitió observar mejor que dentro de la selva. Me percaté que el olor de Robert, y el aroma extraño, estaban presentes ahí también. Agaché la cabeza para olfatear mejor, y terminé frente al muro de roca.

Miré hacia arriba. Era tan alto como las acacias de la Praderas, y las piedras estaban apiladas de forma extraña y poco fiable. Pero el rastro del león subía por ahí, lo que significaba que si él había conseguido llegar a la cima, yo también podía trepar. Tenía que trepar.

(...)

Arriba de mí, al final del muro que escalaba, escuché un rugido, seguido de un extraño sonido. Un sonido profundo y vibrante, casi ensordecedor, que duró apenas un segundo, y luego pareció apagarse haciendo eco en toda la cordillera. Algo similar a un trueno, pero era obvio que no se trataba de eso.

Lo siguió un silencio que me heló la sangre.

Gracias por su atención. Cambio y fuera.