Culpa

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Disfrútenlo, la creación de este fic, fue inspirado por una imagen que encontré.

Hay varios headcanon.

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Wadanohara, la bruja, hija del gran Hechicero, es una chica de un gran corazón y con una sonrisa enternecedora no encontrarías ha alguien con tanto corazón en todos los mundos, que disfrutaba de sobre manera algo particular.

Los olores, eran extraños de apreciar, pero tan comunes y familiares a pesar de ser uno de los sentidos más importantes, es dejado de lado, como prioridad secundaria por el resto de seres vivos, pero para esta pequeña y delicada bruja de un inmenso mar esto significaba mucho. Para la bruja la importancia del olfato era de una escala mucho mayor, más haya que el resto

Esto sumado a una peculiaridad, lo primero al recordar para ella, era la sensación en la punta de la nariz, de algún postre o comida, el olor de la tierra mojada, el olor de aquella ocasión, que la transportaba al momento exacto, como si lo volviera a vivir.

Solo pensar, la lleva volver a revivir sus recuerdos en su cabeza, como un millón de imágenes, saltando a los lados, un relámpago acompañado por una briza que la cubría de la marea roja, no puede detenerlo, solo volvía a ella, pudiendo oler la sangre de nuevo, sentir los ojos mirándola, la espada atravesándola y la culpa como un viejo conocido, se posara en sus hombros de nuevo, porque aún se culpaba.

El recordatorio de la tristeza, ayudo comprender ese millón de imágenes, la llevo entenderse, no podía confiar en todos, pero podía tener la esperanza en los sentimientos de los demás, que al saludar a un desconocido nadie va a ir detrás de sus espaldas para destruir su mundo o querer matarla, porque también le costó poder mirar a los ojos a sus familiares.

Podía confiar en sus familiares, confiar en los habitantes del mar, ¿Podía confiar en ella misma?, la esperanza en el cambio de los demás pero no el propio, tal vez la amargura había tintado sus días, cuando Samekichi volvió pensó que eso terminaría, ahora ella era distinta por dentro, la misma por fuera.

Ella sabia que debía contenerse cuando estaba cerca de su familiar, como le costaba dejar de observar y ponerse recta para seguir con la rutina.
Evitando la atracción que nacía del fondo de su ser.

Trato de descifrar porque este extraño gusto tomo forma, no entendía, que tenía su familiar , que la cautivará cuando esta caminaba, que la capturaba cuando miraba el cabello de la gaviota al viento, el olor de su piel, todo la dejaba indefensa. Su olor le recordaba al mar, como debía de ser el mar.

Ese deseo tonto no podía controlarla, ella era más fuerte ahora, Memoca no solo era su familiar, era su amiga, se le estrujaba el corazón cuando la miraba con otros ojos.

Mamoca, la chica que le pertenecía a los aires y la tierra firme, pero estaba en el fondo marino acompañando a su bruja, como cualquier familiar la chica debía proteger a su maestra, no solo estaba dispuesta a pelear si no a dar su vida por la hechicera, defenderla hasta el ultimo golpe, eso estaba marcado a fuego en su espíritu.

Estaría a su lado cuando la bruja la necesitara, la quería, seria su confidente, su amiga, aún así el concepto de acompañar la románticamente, ser la amante, resbalaba a través de ella.

¿Era necesario?, ¿La bruja la necesita?. Cuando las manos frías de la mujer buscaban sus hombros para posarse, tenia algo distinto. Noto el algo, la otra intención que por más inocente que fuera se sentía fuera de lugar.

Las dudas eran demasiadas, trago el nudo en su garganta, un poco de sudor se deslizaba por su mejilla era muy poco pero lo sentía, mientras se decía así misma que la bruja nunca tendría la intención más haya, la bruja solo tenia un gusto amplio por las aves, y tendría que acompañar la en eso.

Que si se acercaba mucho solo para admirar más cerca sus plumas, solo era hobbie, coleccionar y aprender, no dañaba a nadie, solo la aturdía y la molestaba un poco por la obsesión de la otra, que alcanzaba comportamientos extraños como acercase mucho a la cara y a veces la irritaba pero así es su bruja.

Acariciaba sus hombros, los pulgares de Wada se hunden en los omoplatos,
hunde también los dedos, un pellizcó leve por encima de la ropa, el aura calmada de hechicera le brinda una sanciones contrarias -Oh no, tú pelo esta enredado-.
La bruja mete su mano entre los suaves cabellos jalando hacia a bajo siendo detenida por los nudos.

-Espera yo lo desenredó-. la bruja aparece un cepillo portátil, un hechizo útil para una persona cuyo pelo duplica el largo de su cuerpo, la pequeña en estatura bruja agarra los mechones blancos sobre salientes que le impidieron el paso, disfrutaba de ver las hebras separándose por las dientes del cepillo.

Admirar aves, a hora su gusto culposo, adorar a Memoca le deba el titulo de culposo, la gaviota lo sentía, la asustaba pero es su bruja, Samekichi no tenía porque saber,
¿Pasaría con otras aves?.

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Por favor díganme que les pareció, o en que podría mejorar.

Muchas gracias por leer.

Imagen ( la encontré en las profundidades):

Imagen ( la encontré en las profundidades):

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Plumas  [ Wadanohara x Memoca ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora