Amor Gatuno

Azira

Azira era un hermoso gato de pelaje tan blanco como la nieve, que tan sólo unos meses después de haber nacido fue adoptado por Michael.

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Michael era una mujer de carácter fuerte, todos le respetaban. Una mirada fría de ella te podía dejar congelado por completo y hasta hubo una ocasión donde tan sólo con su gélida mirada hizo llorar a un novato.

Ser una mujer de carácter le ayudó en su trabajo, pues era una de las mejores abogadas del país y tenía su propio buffet. Encerró a asesinos, violadores y estafadores, lo único que deseaba era que la justicia hiciera pagar a quienes habían faltado a las leyes y arrebataron vidas inocentes.

A pesar de su frío corazón no pudo evitar adoptar a Azira cuando lo vio por primera vez.

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Uriel tenía semanas queriendo una mascota y cuando por fin se decidió, invitó a Michael a que le acompañara.

Se negó al principio pero Uriel no aceptó un no por respuesta y terminó arrastrando a Michael con ella.

Cuando llegaron al albergue, Michael tenía una mueca de disgusto en su rostro pues ella tenía pensado llegar a su casa y tomar una larga siesta, en cambio fue arrastrada por su amiga y ahora estaba rodeada de animales, quienes no dejaban de ladrar. Tanto ruido, produjo un dolor de cabeza en Michael, le pidió a Uriel que por favor no perdiera el tiempo y ya eligiera a la que sería su mascota.

Pero Uriel a veces solía ser una indecisa total, y tardaron mucho pues cuando pensaban que por fin había encontrado al correcto su amiga cambiaba de opinión.

Después de que su amiga estuviera escogiendo, su ya décima opción para adoptar, Michael decidió recorrer el lugar.

Para ser un albergue era demasiado grande y espacioso. Incluso se dividía en varias categorías, podías elegir desde un perro hasta un lagarto. Ella pensó que en un albergue solo tendrían perros y gatos.

Dando vueltas por los pasillos, se terminó perdiendo y llegó hasta la sala de los felinos.

Michael ya sabía que las mascotas no eran lo suyo. No tendría el tiempo para dedicarse a una, y siendo sincero los perros le llegaban a estresar. Los caninos no le gustaban en lo absoluto, tanto ladrido que daban por las noches o a todas horas del día, sin duda era estresante lidiar con un perro.

Simplemente Michael sabía que una mascota no era para ella.

Quiso explorar un rato más pues al parecer Uriel aún no se decidía.

Fue cuando lo vio... Una pequeña bola de pelos blanca en una de las jaulas.

Estaba solita y maullando muy bajito, algo en el corazón de Michael se removió. Se terminó acercando y estando lo suficientemente cerca unos enormes ojos azules le miraron.

Algo en su frío corazón se derritió... Se atrevió a abrir la jaula y tomar a la bola de pelos en sus brazos.

Tan ensimismada estaba que no se dio cuenta cuando Uriel entraba con un cachorro en sus brazos.

Ese día no solo Uriel salió con una mascota, también Michael la mujer de corazón de hielo que fue conquistada por unos enormes y hermosos ojos azules.

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Azira amaba a su humana demasiado, estaba muy agradecido con ella por haberlo sacado de esa solitaria jaula.

Zira era la única persona que conocía el cariño que Michael daba.

Todos pensaban que tenía un corazón de hielo pero lo que no sabían era que cuando llegaba a casa ese frío corazón se derretía por completo, haciendo mimos y cumpliendo los caprichos de su minino.