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Si, no pensé que sería mala idea en ése momento.

Que equivocada estaba.

Me hallaba parada frente a la puerta de Tiffany's & Co. en la 727 5th Avenue, con mis jeans rotos y desgastados, una camiseta oversize vieja color mostaza, botines viejos y una chaqueta de cuero negro sintético para el frío.

Tan fuera de lugar.

El tipo de seeking.com me citó a Blue Box Café, y a mi se me ocurrió vestirme de la manera más despreocupada para desayunar en la joyería más importante del mundo a las diez de la mañana.

¿Si, Anna Wintour?, puedes venir a golpearme.

De momento, no tuve ningún inconveniente con entrar a la tienda y encandilarme con todas esas joyas. Al ver unos aretes que cuestan más que mi vida, comencé a arrepentirme.

Ver que muchas personas venían a comprar y yo aquí aprovechándome de un tipo que no conozco, que no sé si me matará al salir de aquí y que me siento más pobre que el peluquero de Marge Simpson, me hace sentir que me voy a desmayar.

Pero aquí estoy, subiendo al lujoso elevador para llegar al piso del Blue Box. Cuando estoy por pisar la entrada de la cafetería, me detiene una mujer con el vestido más fino y por supuesto, caro, que he visto en mi puta vida.

— Buenos días, bienvenida al Blue Box Café, espero que esté teniendo una mañana agradable, ¿puede decirme su nombre para verificar su reservación? 

¿Reservación?

Parpadeé. — Lo siento, yo no tengo una reserv..

— Me temo que no podrá entrar sin una reservación — Interrumpió la mujer mirándome de pies a cabeza, pude vislumbrar una casi desapercibida mueca de disgusto hacia mi nada elegante outfit. Fruncí el ceño.

— Debe haber un error, tengo una cita con el señor.. — me callé.. ¿Como he podido ser tan estúpida? Ni siquiera me sé el nombre del tipo.

Anna Wintour, ya pégame un tiro.

— ¿Si?

Abrí mi boca para seguir hablando, pero la cerré de inmediato pues no tenía nada que decir.

— Siento mucho tener que pedirle que se retire, no puedo dejarla entrar.

Asentí con la rabia hacia mí misma inundando todo mi ser.

¡Su nombre! ¡Su jodido nombre, Samantha Anderson!

Al dar media vuelta comencé a caminar de inmediato hacia el elevador, maldiciendo por lo bajo mi gran estupidez, pero cuando este se abría, un hombre salió apresurado y al no estar concentrada mirando hacia el frente, el tipo y yo chocamos.

De inmediato sentí un agarre firme en mi cintura y percibí el olor de una colonia cara muy masculina inundando mis fosas nasales.

— Lo siento mucho — comencé a decir apresurada, alejándome rápidamente y sin mirarlo a la cara, caminando apresurada hacia el interior del elevador. Pero un agarre en mi antebrazo me hizo detenerme y voltearme a mirar al hombre.

Santa Madre de todas las vírgenes.

El tipo me sonrió y yo sólo pude comenzar a boquear como idiota.

— ¿Eres la chica de seeking? — preguntó, pero yo solo estaba atenta a sus labios gruesos y perfectos.

Asentí sin saber dónde se encontraba mi voz. 

Lo examiné de pies a cabeza, traía un traje negro con camisa azul y corbata negra, caros zapatos de diseñador y el largo cabello peinado hacia atrás dejando ver a la perfección el rostro más hermoso que vi en mi vida.

Me extendió la mano y cuando posé la mía sobre la suya, se inclinó para besar mis nudillos y hacer aparecer esa sonrisa de dientes blancos.

— SeokJin Kim, es un placer.

Sentí mis piernas temblar, que hombre más hermoso.

Reaccioné cuando alzó sus cejas a la espera de que me presentara.

— S-sam — hablé apresuradamente mirando su hermoso rostro, sonrió con ternura cuando sacudí mi cabeza al percatarme de que había sido muy seca. — Samantha Anderson, el placer es mío.

— Bien Samantha, creo que deberíamos entrar, no es justo que te haya citado al Blue Box y que estemos hablando en el pasillo, debes estar muriendo de hambre.

Sólo asentí. 

Extendió su brazo para que encajara el mío con el suyo y comenzamos a caminar hacia la entrada del café, topandonos con la estirada de hace rato.

Apenas ésta lo vio, prácticamente corrió a su encuentro dejando a un par de ancianas con la palabra en la boca.

— ¡Señor Kim! ¡Que agradable sorpresa! — habló de manera chillona y melosa, haciéndole ojitos al castaño, ignorándome por completo y que hace tan solo un rato me echó del café. Levanté una ceja en su dirección. — ¿Va a querer su mesa de siempre, señor? — el hombre negó.

— Hoy quiero la mesa VIP si no es mucha molestia.

— ¡Claro que no es molestia! ¡Lo que sea para complacer a nuestro cliente más fiel! — sonrió coqueta pero yo capté su doble sentido, el hombre a mi lado sólo sonrió falsamente.

ººº

— Pensé que había que hacer reservación para entrar al café, más aún en la zona VIP —comenté cuando habíamos llegado a la mesa y entablado una conversación tranquila. El señor Kim levantó una ceja.

— No lo sabía, jamás ha sido así para mi, ¿has tenido algún inconveniente con eso? — preguntó apagando su teléfono al ver que lo llamaban, eso me gustó.

— De hecho, la señora "que agradable sorpresa" me ha echado hace rato al no tener una reservación — acusé, importándome poco si me veía infantil. Si iba a hacer esto, tenía que aprovechar todos los privilegios.

SeokJin se vio sorprendido, pero luego rió estruendosamente dejándome confundida al escuchar su risa tan peculiar.

— Dios, pensé que era el único que tenía quejas sobre Molly, haré que la echen.

— ¿Que?

— Si — dijo encogiéndose de hombros. — Soy socio de esta compañía, prácticamente es mía.

Abrí la boca impresionada.

— Pensé que eras sólo un cliente y..

— Vengo seguido a hablar sobre negocios y aprovecho para desayunar.

— Oh.

SeokJin mostró una vez más su sonrisa de labios rosados y gruesos.

— ¿Quieres que hablemos ahora sobre el arreglo?

ººº

Siento haber tardado tanto en actualizar, encontré trabajo en un hospital y básicamente me voy temprano en las mañanas y llego a mi casa en la tarde a comer y dormir.

Prometo actualizar pronto.

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2020 ⏰

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SUGAR DADDY |KNJ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora