Historias de un viejo árbol

#01_ la niña y sauce

como otras tardes Emili estaba en el patio debajo del sauce mirando como hoja por hoja. realmente no tenia mucho que hacer ya que no podía ir a la escuela. su madre se lo había prohibido hace mucho tiempo, no ayudaba en la casa. las sirvientas lo hacían, no jugaba con sus hermanos ellos la ignoraban. así que solo se limito a recostarse debajo del sauce que tanto le gustaba para ver las hojas caer día tras día, era algo rutinario. despertar, pasear por la gran casa, hablar con el gato, ser ignorada por sus hermanos, mirar a su madre sentada en su oficina intentando resolver las cuentas, ir asta el sauce y recostarse a ver las hojas caer.  era lo mismo de siempre. Emili ya estaba cansada, cansada de que su madre no la oiga y deje ir a la escuela, cansada de que sus hermanos la ignoren, cansada de ver las hojas. ¿por que no podía ir a la escuela como otros niños y niñas?, ¿por que sus hermanos no querían jugar con ella?. pero por suerte ella tenia amigos; el gato negro y gordo que siempre le maullara para que le acaricie y aquel niño que siempre estaba nadando en el lago Cerca del sauce. ella los quería mucho a ambos porque eran los únicos que la oían, siempre le gustaba jugar con sus amigos   pero se preguntaba ¿porque su amigo no salia de lago nunca? el siempre estaba nadando. por los días y por las noche, ¿es que acaso no descansaba? ella nunca lo entendía pero no le importaba ya que así siempre podrían jugar a cualquier hora. 

pasaron los años y Emili ya no era una niña, ella ya era una joven bella y hermosa. pero aun le gustaba pasar tiempo con sus amigos aunque el gato ya estaba viejo y ciego ella siempre le acompañaba asta donde estaba su otro amigo, el amigo del agua. ella pasaba horas y horas junto a sus amigo y menos tiempo mirando las hojas caer, ella quería estar todo el tiempo nocible con ellos ya que en unos pocos años cumpliría la mayoría de edad y tendría que buscar un trabajos para cuidar de si misma. cuando ella decía eso su amigo le solía preguntas si >>tu madre le dejara<< a lo que ella respondía >>seré mayor de edad y sera mi vida, ella no podrá objetar. yo are lo que realmente quiero<< el  sin perder la esperanza le preguntaba >>y que es lo que realmente deseas<< ella sin pensar lo siempre le decía >>ser libre para viajar y conocer nuevos lugares<< lo que causaba una gran tristeza al joven nadador ya que el la quería mucho y no quería  que ella  se fuera.

siguiendo los días la joven y bella se convertía en una mujer echa y derecha. ya no se parecía nada a la niña que veía las hojas caer de un viejo sauce a lado de un lago. ella ya quería salir de esa viajar casa donde se crió, donde conoció a su amigo y donde pasaba acompañado del viejo gato negro y ciego. que por alguna razón ya no encontraba, eso causo un dolor en su corazón ya que uno de sus amigos mas secanos ya no estaba con ella para a acompañarla en las buenas y en las malas.

Emili ya sin mas retrasos tomo todo su coraje, se despidió de su amigo y se encamino a salir de la casa. cruzando el gran patio trasero, entrando por la puerta de la cocina, atravesando la sala de estar, llegando al pasillo y parar a delante de aquel umbral que separaba el afuera de la casa. tomo una gran bocanada de aire y la soltó para dar un suspiro. y a fin dar el paso a la vereda de su hogar, pero en ese momento vio algo sorprendente. vio a aquel  gato, gato negro y gordo con el que jugaba con ella cuando era niña. ya no se veía viejo y no estaba ciego, si no que parecía realmente joven y enérgico >> hola, ¿que te paso pequeñín?<<  pregunto Emili cargando en brazos al gato >> solo esperaba a este  día<< le respondió el gato con una voz relajante >>¿esperarme para que?<< pregunto con curiosidad mientras acariciaba el negro y suave pelaje del gato >> a que se cumpla tu deseo y finalmente la paz  llegara a tu corazón<< dijo el gato mientras delante de ellos se abría un portón alto y dorado que brillaba tal  sol >>gracias<<  susurro dejando caer algunas lagrimas  al por  fin entender todo; en tendiendo del por que no iba a la escuela, del por que sus hermanos no jugaban con ella, del porque los únicos que le hacían caso era el gato y el niño del lago. y del por que el niño nunca salia...

eso fue lo ultimo que vi de ella... de la niña que pasaba con migo todos los días acompañando a mis hojas en su caída.

Fin