𝙵𝚛𝚊𝚝𝚝 𝙾𝚗𝚎-𝚜𝚑𝚘𝚝𝚜

𝙰𝚕𝚌𝚘𝚑𝚘𝚕 𝙲𝚘𝚏𝚏𝚎𝚎 𝚊𝚗𝚍 𝙻𝚘𝚟𝚎

No era un secreto que Matt Murdock era un hombre atareado, no solo por el día sino también por la noche como el afamado justiciero de Hell's Kitchen, Daredevil. Ya habiendo enfrentado a miles de villanos y conocido a más héroes había alguien en especial que puso no solo la vida del justiciero de cabeza sino también su vida como civil

Frank Castle, alías The Punisher, no sabia como pero de alguna manera se seguía encontrando con él, como abogado y como el diablo de la cocina del infierno. Sus constantes encuentros por la ciudad y combates  los llevó a acercarse más conociéndose. Matt no la tuvo fácil, Frank no es de las personas a las que les invitas un café y se ponen a charlar y al instante conectan, era más del tipo de ponerte una bala en la cara al momento en el que te acerques a estrecharle la mano pero no había persona que no cayera ante el encanto Murdock y Frank no fue la excepción

Sus batallas casi siempre terminaban en charlas con los dos tirados en el suelo de algún edificio a las horas de la madrugada, contaban anécdotas, chistes, experiencias. Sus pláticas se volvieron tan habituales que cuando uno no se quedaba a charlar el otro se sentía repentinamente solo

Al día de hoy ya no recuerdan quien dió el primer paso, todo lo que recuerdan es que uno de los dos, tratando de extender uno de sus encuentros mientras la ciudad estaba en paz por primera en vez en un rato, invito al otro a tomar un trago. Allí nació una nueva costumbre

Ellos le llamaban reuniones o salidas, los demás les llamaban citas, porque literalmente eso eran. Cuando eran civiles, Frank convencía a Matthew de dejar su trabajo por unas horas para tomar un café y charlar. Cuando estaban en patrullaje, llevaban botellas y dos vasos y se sentaban horas a beber y reír mientras el alcohol les nublaba la mente

Pasó lo inevitable

El sentimiento de calidez los inundaba cada que se encontraban, las despedidas eran cada vez mas difíciles, los periodos de separación los torturaban día y noche, estaba claro, el amor les llego de una embestida. Matt se dio cuenta desde antes, tonto no era, pero cada que pensaba en estar con Frank todo lo que podía recordar era las contantes represalias que se decía que dios le mandaría a cualquiera que cometiera un acto como ese, estar con una persona del mismo sexo era algo Matt conoció como un acto pecaminoso e imperdonable a los ojos de Dios

Irónico, el diablo de Hell's Kitchen temía cometer el pecado de enamorarse de un hombre, en cuanto a Frank, el no la estaba pasando mejor

Se carcomía la cabeza día y noche tratando de vonvencaerse de que solo estaba confundiendo sus emociones, de que solo se estaba mintiendo a si mismo tras no haber experimentado una amistad real en muchos años, en su mente un amor platónico y uno romántico eran sencillos de confundir. Lo único capaz de abrirle los ojos fueron sus propias memorias, miraba la pasado recordando a la alguna vez fue la mujer de su vida y la madre de sus hijos. Recordaba como todo lo que alguna vez buscó fue su seguridad y felicidad, sus sentimientos pasados no mentian, las mismas mariposas que alguna vez lo atacaron cuando la conoció regresaban y le provocaban náuseas cada que oía la voz del abogado

Desesperado por hacerlas irse, por olvidarse de todo y no arriesgarse a arruinar la única amistad que valoraba se fue, se fue lejos, lo más que pudo de Hell's Kitchen. No aviso a a nadie, no le dijo ni una palabra a Matt ni siquiera, desesperado por reprimir sus sentimientos pensaba en lo mucho que Matt lo odiaria o en lo disgustado que estaría si se enterará de lo que le provocaba pero en vez de hacer sus sentimientos desaparecer solo intensificaba el dolor de no verlo u oírlo cada noche como ya habían acostumbrado

Después de un largo año de tortura regresó, pensando que Matt se las había arreglado bien sin su compañía lo primero que hizo el diablo rojo al escuchar su voz una noche después de un año enteró de no sabes del otro fue un puñetazo directo a la cara y después una discusión en el que seguramente se habrían confesado si no fuera porque una patrulla pasó justo en el momento en medio de una persecución. Dejaron el tema para el día siguiente, volviendo a su costumbre de un café por el día y alcohol por la noche