𝑇ℎ𝑒 𝑤𝑎𝑦 𝑖 𝑙𝑜𝑣𝑒𝑑 𝑦𝑜𝑢

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Empecé a obsesionarme contigo, cada vez ansiaba más ver esa mirada que sólo me dirigías a mí, la enorme sonrisa que se formaba en tu rostro cuando estábamos juntos, la manera tan linda en que brillaban tus ojos y lo suave que sonaba tu voz cuando estabas conmigo. Nosotros éramos felices, podía verlo, podía sentir que así era, pero entonces, ¿qué fue lo que pasó? ¿cómo es que llegamos a esto?

Tú me mentiste, cada palabra que había salido de tu boca, profesando lo mucho que me amabas, todo fue una mentira, me mentiste descaradamente. Si no me amabas, ¿por qué dejaste que yo te llegara a amar de esta manera?

Fuiste injusto al dejarme vivir en aquella mentira que habías construido sin avisarme que todo era falso.

Ahora no puedo vivir sin ti, ¿qué se supone que debo hacer entonces?

Me acostumbraste a estar en tu compañía, hiciste que tenerte a mi lado se volviera una necesidad.

¿Por qué?

¡¿POR QUÉ TENÍAS QUE MORIR CUANDO EL VERDADERO JUEGO ESTABA EMPEZANDO?!

Te elegí de entre muchos porque parecías resistente, alguien que podía soportar mi manera de amar, pero todo fue un engaño.

Me dejaste amarte para que luego murieras tan fácilmente.

Todo fue tu culpa.

Te empezaste a alejar, evitabas mis llamadas, ignorabas mis mensajes, inventabas excusas cuando te pedía vernos, pero la gota que derramó el vaso fueron ellos, esos a los que llamabas amigos y con los que me engañabas.

Tuve que encargarme de ellos, fue difícil ya que eran más de los que había imaginado, pero pude lograrlo.

Ahora estás ahí tirado en la cama en la que incontables veces te hice mío.

Sigues siendo hermoso aún con toda esa sangre en tu abdomen y las sábanas blancas teñidas de rojo.

Esta es la última vez que serás mío, ahora que tú delgado cuerpo aún está tibio y tú corazón palpita débilmente, unos pocos minutos más son los que faltan para que me abandones.

El gusto de tus labios ahora es metálico, la sangre en tu boca sólo me provoca más, te ves tan caliente, tan desastroso y arruinado.

Cariño, quizá no lo sabías, pero debiste haber sido obediente, debiste ser fiel a mí. No sabías por qué vivías y yo te di un propósito, tenías sólo una cosa que hacer y eso era vivir para mí, pero no supiste agradecer mi bondad y ahora has terminado de esta forma.

Amor, a pesar de todas esas veces en que lo hicimos aún así sigues estando tan apretado. Dentro estás tan cálido, tus entrañas me abrazan tan perfectamente, se están despidiendo de mí.

Aún en ese estado ruegas porque te toque, tus manos no tienen la fuerza así que te complaceré por última vez; estás tan duro y mojado.

Tus ojos están empezando a cerrarse.

Tranquilo, está bien, estás cansado y lo entiendo.

Te perdono por todo lo que me hiciste y el dolor que me has causado.

Mis lágrimas están cayendo sobre tu rostro mientras te despido con un largo y delicado beso.

De un momento a otro he dejado de escuchar el palpitar de tu corazón, tus ojos se han cerrado y ahora tu trabajosa respiración ha cesado.

Mi amor, seguramente te vas a preocupar y desesperar porque piensas que no volveremos a vernos, pero no tienes que desgastar tu energía en eso; estoy listo para ir contigo y estar juntos en la eternidad.

Con el arma en mis manos te doy un beso en la frente y tiro el gatillo, ahora tienes un pequeño y bonito hueco donde antes te besé.

Embisto en ti unas pocas veces más y coloco en arma apuntando en mi sien.

—Te amo.

Decidí que esas serían las últimas palabras que pronunciaría y van dirigidas a ti.

Cierro los ojos y jalo el gatillo.

The way I loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora