Era una chica que le gustaba mirar el mar.
Todas las tardes cuando bajaba el sol iba con su lapicera y su cuaderno a sentarse en el muelle ubicado en la orilla. Imaginaba que las olas le dictaban palabras.
Las pocas personas que pasaban por ahí se asombraban al ver a la joven escribir por horas frente al mar sin detenerse. Lo que más llamaba la atención es que siempre estaba sola y se comportaba de manera extraña cuando percibía pasos cerca suyo.
Una tarde arrancó varias hojas de su cuaderno y las tiró al agua; luego de asegurarse de que las hojas se perdieran entre las olas, huyó. Al día siguiente, mientras iba rumbo a su lugar preferido como de costumbre, vio un gentío que lo rodeaba. Tenía el deseo de averiguar lo que estaba pasando. Había muchas personas delante suyo que impedían su paso; por eso no le quedó otra que empujar y pedir permiso. Cuando al fin pudo acercarse, observó el cuerpo de una persona muerta. Estaba con los ojos cerrados, pero aun así pudo reconocerla. Tiempo atrás esa mujer se había acercado a ella mientras escribía con la intención de averiguar qué decía en esos papeles, claro que ella jamás lo permitió.
Nadie dijo nada de la mujer que había sido hallada en el muelle.
Días más tarde otro cadáver apareció en el mismo lugar. Esta vez era de un hombre, al que también había visto. Semana tras otra, aparecían más cuerpos. Siempre pasaba lo mismo, nunca se sabía nada más de esos restos mortales cuando se los llevaba la policía.
Una sonrisa maquiavélica se dibujaba en su cara cada vez que iba al muelle y encontraban personas muertas, después de todo su plan maestro había funcionado con la ayuda de su cómplice. Nadie más la iba a interrumpir mientras escribía. No notarían su presencia. La única desventaja fue que tuvo que irse a otro lado, pero nunca sintió culpa.
Descubrió que su escritura tenía un gran macabro potencial y que el mar siempre la ayudaba.
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El poder del mar
Short StoryUna chica que escribe junto al mar y comienzan a aparecer cadáveres.