El enemigo.

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|Capitulo uno: El enemigo|

-- ¿De verdad crees que esto esta bien? -- Pregunta Jonnan por octava vez, estaba hackeando la lista de invitados de Green para poder entrar a la fiesta, ese era mi trabajo, hacer miserable la vida de las personas

-- Callate,Jonnan. Estoy logrando tener acceso -- bufé viendo como mi querido hermano se removía en el asiento de cuero, volví mi vista al monitor cuando un cartel color verde aparecio enfrente de mi ''Acceso valido'' -- ¡Si! ¡Carajo! -- grité tirando la taza de plastico con café del escritorio haciendo que mi hermano le diera 5 tipo de ataques cardiacos

-- ¿Estás loca mujer? -- me abofeteo con una hoja mientras se iba indignado de la sala de control

-- Idiota...-- susurré mientras corria al altillo en busca de ropa para esta noche

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-- ¿Mamá? -- toque la puerta de su habitación unas tres veces hasta que decidio abrirme, estaba con Helena, era su amiga pero yo sabía que en este mismo instante estaría introduciendole un dedo sobre su feminidad

-- ¿Que sucede? -- pregunto molesta mientras le hacia caras de exitación a su amiga

-- Venia a avisar que me voy a la fiesta de Phillip, nos vemos luego -- antes de irme vi como la puerta se cerraba y sonoros gemidos aparecieran en toda la casa, bien se divertirian un rato

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Estaba llegando a mi objetivo, que era robar la caja fuerte de Green, cuando de lejos veo a una chica, morocha y con unos hermosos ojos. De lejos se veía que tenía varios tatuajes, dios mio era hermosa. Me acerque a ella con la posibilidad de coquetearle y sí, soy totalmente lesbiana ¿algún problema?

-- Hola linda -- le guiñe el ojo y la joven se sonrojo ante mi presencia, tomo un sorbo de su bebida y me atrajo a ella

-- ¿Te parece que vayamos a arriba? -- bien, creo que hoy tendremos diversión

-- No lo creo, preciosa. ¿Te gustaría que hablaramos?

-- Oh, esta bien -- hizo un pequeño puchero y no me resiste, es perfecta. La bese antes de que tomará su bebida y ella me siguio el juego, madre mía.

Sindrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora