Lucy entraría a otra escuela mañana lunes a quinto grado; cada año apenas pasaba porque por cada pequeño error que tuviera le bajaban dos puntos finales, corriendo con la misma excusa: "Los negros no merecen aprobar la escuela si ni siquiera aprobaron el nacimiento" sin importar que su tarea fuera la mejor exposición hecha en años. Sus padres escucharon que la escuela nueva era muy prestigiada y decidieron cambiarla. A pesar de los rumores, fueron muy indiferentes al inscribirla y el lunes al entrar al salón todos los conejos pusieron caras extrañas: unos de temor, otros de risa y otros de desagrado, sólo un conejito blanco y chaparrito, no hizo ningún gesto, ni siquiera volteó.
La maestra le dijo que tomará asiento y se sentó en una silla hasta el fondo muy apartada de los demás, no porque quisiera sino porque era la única que había libre, pensaba que nadie se juntaría con ella, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por la maestra que le pedía que pasara al frente a presentarse; Iba caminando hacia el frente temblando de miedo y al llegar dijo: Hola, yo soy Lucy y me gusta leer y escuchar historias; después, uno a uno los conejos hacían lo mismo, nada fuera del otro mundo y se mostraban amables; Lucy no prestaba mucha atención hasta llegar con el conejito blanco que no volteó a verla y dijo: Hola, yo soy Santiago y también me gusta escuchar historias; no se fijó porque le gustara lo mismo que a ella sino porque al ver que tenía lentes oscuros y volteaba para otro lado se dio cuenta de que era ciego, ella se alegró un poco porque pensó que sí aceptaban y le hablaban a un conejo ciego había posibilidades de que le hablaron a ella y por qué había más posibilidades de ser su amiga ya que no observaba su color.
Pasando unas clases sin que nadie comentara nada ni hablara salieron al recreo, Lucy sacó su almuerzo y se sentó en una banca vacía para ver cómo se organizaban, ya cuando vio que cada quien se juntaba con quién quisiera y donde quisiera intentó acercarse dónde estaba la mayoría de su salón pero cuando llegó le dijeron: Lucy, no te puedes juntar con nosotros, nuestros padres nos han dicho que no podemos juntarnos con conejos negros, lo sentimos. Lucy se entristeció un momento y corrió a la banca donde estaba para estar sola, no era la primera vez que le pasaba esto pero tenía la esperanza de que aquí fuera diferente y no; se tranquilizó un poco y cuando se disponía a comer escuchó una voz detrás de ella; Lucy se espantó y por poco tira su zanahoria, volteo y vio a Santiago, él al no escuchar una respuesta dijo: ¿Sí estás aquí?
Lucy dijo: Sí, sí, es que me espantaste
Santiago rio: ¿Puedo sentarme contigo?
Claro - respondió Lucy.- Entonces eres ciego
- Sí
- ¿Y cómo me encontraste?
- Pues le pregunté a la maestra y luego vine
- ¿Y por qué quieres estar conmigo?
- Porque quería conocerte, no hay muchos nuevos por aquí
Ahora yo tengo otra pregunta, ¿Porque estás sola?
- ¿Cómo lo sabes?
- Nadie se sienta aquí
- Pues no me gusta hablar muchoLucy no quería mencionar que era negra porque tal vez se alejaría igual que los demás
- No parece
- ¿Por qué lo dices?
- Tu voz delata que es por otra razón ¿Por qué estás triste?
- Creo que me escuchas mal, me siento bien
- Ok, te voy a creer
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A los ojos de un ciego
Short StoryLucy es una conejita que está cansada de vivir con miedo y de ser discriminada en cada lugar al que va. Ella sueña despierta, junto a Santiago, con que algún día toda esta maldad termine. Acompáñala en este camino de amor y esperanza. PD: Primera hi...