Capitulo 8

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Capitulo 8

Ayer Ryder estaba muy raro, sospecho que se cayó de un reno pues estaba muy desordenado, le preguntare en nuestra hora de comida, sé que terminara diciéndome que paso.

Durante nuestras ocupaciones Ryder había estado muy cayado lo cual no es normal en él así que no aguante las ansias y le pregunte – Ey Ryder ya me dirás que te ocurrió ayer ¿Por qué tan despeinado? – me reí un poco – Ryder nervioso- Emm es que yo bueno yo no ella - ¿ella? O sea que no te caíste de un reno picaron – ¡Honey por favor!!! Que no fue como esperaba – ha o sea que ya lo hiciste – Pues no y no fui yo – me contesto Ryder un tanto irritado y decepcionado – lo consolé con mi mano en su hombro - ¿quieres hablar de ello? – pues ... digamos que Seren me iba a dar su cuerpo sin necesidad de pedírselo – Y ¿Qué paso? ¿Por qué no te lo dio? – lo interrumpí intrigada – Ay Honey ella me dijo prácticamente que me haría sentir mejor de lo que harías tu y se me fueron las ganas de estar con ella por pensar en ti jajaja me dio cosa pensar en mi mejor amiga de esa forma – Honeymaren – Jajaja jaja ¿Cómo es posible que crea eso? Jajaja Ryder perdón por arruinar tu primera vez con una chica por meterme jajaja – Ryder – No te rías fue horrible – golpeando sus cabezas Honeymaren y Ryder se rieron por horas pensando en ello.

Cuando de pronto volvieron a ver a la salamandra correr entre los arbustos y sin dudarlo ambos corrieron tras él Honeymaren por la derecha y Ryder en la izquierda, corrieron lo más que pudieron, pero no lograron alcanzarla, decepcionados se dirigieron al campamento pues tenían que estar con Engla y con los jóvenes pues estaban preparándolos para lo que pudiera ofrecerse en caso de guerra con los soldados de Arendelle.

Engla – chicos ya estoy mucho mejor así que hoy van a recibir sus bastones, tienen que cuidarlos con su vida pues en ellos está representado lo que Northuldra significa si llegara a faltar uno nuestro pasado se perdería y las futuras generaciones no sabrían quienes fuimos.

A cada joven de los 20 a 25 años se nos entregó un bastón venían tallados y cada uno correspondía a nuestra personalidad, tal parece que a quien habían pertenecido anteriormente era alguien igual a cada uno de nosotros. Nos entrenaron arduamente para ser valientes y fuertes ante los ataques de los soldados, aunque la verdad nunca nos ha atacado no sé por qué habrían de hacerlo ahora.

Pasadas unas dos semanas de la entrega de bastones seguíamos en entrenamiento, cuando Niels llego casi arrastrándose por el lodo con un brazo destrozado, como responsable de los Northuldra reaccione de inmediato a socorrerlo, me quite el cinturón que traía puesto y Ryder me dio un trozo de tela, con eso lo atendí de emergencia mientras llegábamos al campamento de remedios donde lo senté para curarlo como es debido - ¿Qué te ocurrió? ¿Quién lo hizo? – ahora si te intereso ¿no? Guapa – aghhh ya sabes que es mi deber atender a todos no es como que tu seas el único con necesidad de atención – echándole una fuerte medicina de los Northuldra claro que le ardió y Grito, pero eso me dio placer jajaja verlo sufrir pues se lo merece – No sé quien fue, estaba recolectando comida cuando resbale con una especie de rodillo que me hizo caer en una trampa y un hacha me rebano el brazo – debo admitir que cuando dijo eso mi sonrisa vengativa por echarle la medicina se borró - ¿Dónde fue eso? – en los limites donde dejamos a los renos – esto me preocupo bastante así que lo termine de curar y me fui en busca de Yelana, quien para mi sorpresa ya estaba al tanto de la situación.

Honeymaren debemos ir a hablar con los Soldados de Arendelle, no podemos iniciar otra guerra porque en una nueva no habrá sobrevivientes – sin más que decir me fui en busca de Ryder para avisarle lo que haríamos en cuanto cayera la oscuridad.

Lo que antes queríamos hacer por fin se haría realidad, pero esta vez si tenia miedo de hablar con los soldados, recordando el brazo de Niels los vellos se me ponían de punta y pensar en la advertencia que ya nos habían hecho sentía que no íbamos a regresar enteros, armándome de valor tome mis cosas y nos reunimos los que iríamos a el encuentro.

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