•Prólogo•

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La vida de ambos protagonistas era perfecta, era una envidiable vida de hecho, hasta que pasó aquello, un terrible suceso que no se le desea ni al peor de los enemigos, la madre de uno murió mientras que el padre del otro murió, ahora con un espacio en sus familias, los padres que quedaban decidieron rellenarlo pero no como ocupar un puesto, o reemplazo, ellos sólo querían ser felices así que le anuncian su boda a sus hijos.

Era de día, Tae estaba acostado en su cama llorando porque extrañaba a su padre, desde que murió no hace más que llorarle, su madre escuchaba sus sollozos, siempre lo hacía pero nunca intervenía, hoy era el día de hablar con su hijo y ver como está, abrió la puerta sin tocar y la imagen que veían sus ojos era horrible, su hijo acostado en la cama boca arriba con los ojos terriblemente hinchados, pañuelos por todo el piso y sobre la cama. La almohada de su hijo estaba empapada en lágrimas y la habitación un poco a oscuras y caliente, olía un poco mal, el chico apenas vio a su madre entrar, se levantó de la cama rápidamente y se cubrió la cara poniéndose rojo de vergüenza porque lo habían encontrado en su estado más débil.

"¡Mamá!" Su madre rompió en llanto y se acercó a él, rodeándolo con sus temblorosos y algo fríos brazos.

"Perdóname hijo, y-yo te he... Descuidado todos estos años" Hablaba mientras luchaba con que su voz no se rompiera.

"No, no, claro que no" Correspondió el abrazo de su madre para consolarla.

"Sí hijo, perdón" Se refugió en él pecho del más alto.

Después de unos minutos ambos se calmaron y bajaron a la sala porque la habitación del chico era un completo desastre, igual que él.

Su madre había estado pensando en como darle su maravillosa noticia pero tenía miedo ya que no sabía si su único hijo se lo iba a tomar bien o mal.

"Yo... Conocí a alguien" Decidió sacarlo de su pecho.

"¿Q-qué?" Abrió sus ojos en demasía, aún era muy pronto ¿No?

"Me casaré con él"

Su hijo empezó a procesar todo, en su cabeza se repetía una y otra vez la palabra Reemplazo pero sabía que no era así y, si su madre quería ser feliz, él no era nadie para arrebatarle su felicidad.

"No importa ¿Él te hace feliz?" La mayor asintió con una sonrisa en el rostro "Entonces cásate si te hace tan feliz" Le dedicó una sonrisa cuadrada.

"Estás sobrellevando muy bien la noticia"

"Es tu felicidad, si tú eres feliz yo soy feliz, mamá"

"También... Nos iremos a vivir con ellos" Hiso una mueca de disconformidad.

"¿Qué? ¿Vivir? ¿Ellos?" Ok, esto era otra cosa muy diferente.

"Sí, mi prometido y su hijo. Es casi de tu edad" Sonrió incómoda.

El chico suspiró antes de decir algo más "Supongo que no tengo otra opción"

"Podrás tener un nuevo amigo, Tata" Sonrió y le picó una costilla.

"No me llames así, ya estoy grande" Hizo un puchero.

"Ajá, señor grande" Lo apresó entre sus pequeños brazos.

《...》

Era de noche y el Jeon menor aún seguía haciendo ejercicio, lo hace desde que su madre murió, en cierta forma es para olvidarse que ella no está a su lado y sólo quedó el inútil de su padre, hablando del rey de roma, este subió las escaleras hasta la habitación del pelinegro y dio tres, cinco, diez golpes a la puerta antes de empujarla y entrar en la habitación de su hijo ganándose la mirada fulminante de este.

"Huele horrible aquí" Tapó su boca y nariz con su mano derecha.

"Yo no te dije que entraras" Su hijo en ningún momento paró de hacer sus lagartijas "¿Qué quieres?"

"Lo diré de una vez, me casaré con una chica, ella y su hijo vendrán a vivir aquí" Si lo que quería era llamar la atención del egocéntrico chico, era toda suya desde que dijo algo sobre casarse.

El menor paró de hacer las lagartijas y se levantó del suelo mirando melancólicamente a su padre, aunque este último pasó su mirada como si fuese un reproche.

"Me niego" El menor se cruzó de brazos.

"Es una decisión tomada" 

"¿Y mamá?"

"Tienes que aceptar que está muerta y yo me divorcié antes de que eso pasara"

Eso no lo iba a tolerar "¿¡Y qué hay de mí!?" Gritó ya enojado con el otro "No quiero vivir con un mocoso y su madre, son extraños para mí"

Su padre suspiró antes de volver a retomar la palabra "El chico tiene casi tu edad, es un año menor"

"¿Y?" Negó con sus manos "¿Quieres que sea su amigo?"

"No seas así, Jungkook"

"Así me criaste"

"No te tiene que gustar, tampoco tienes que aceptarlo. Sólo te estoy informando" Frunció su ceño a modo de molestia.

"¿No te interesa mi opinión?" El menor sabía lo que hacía, su padre siempre fue un hombre fácil de manipular.

"Claro que sí, hijo" Intentó acercarse al menor pero este se alejó considerablemente.

"Oh, claro" Suspiró indignado.

"Me voy" Hizo el amago de salir por la puerta.

"No pienso vivir con ellos" Hizo una mueca de enojo.

"Pues entonces vete" Señaló la puerta.

"¡Pues me voy!" Gritó antes de salir golpeando el hombro de su padre.

Probablemente no volvería hasta muy tarde en la noche, primero estaría en su lugar seguro, aquel callejón...

Hate me ••Kookv••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora