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》Nuestra historia comienza con la típica frase de:
❝ Había una vez.... ❞
O
❝ Erase una vez, hace muchos años...❞
✰》Donde su mundo sólo existía en los cuentos de had...
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La tormenta azotaba las calles de la gran Seoul, truenos y centellas iluminando el cielo nocturno, cubierto de nubes.
Jimin se revolvía en aquella cama, sintiendo su interior dolor, sus manos Posadas sobre su vientre, apretandolo, intentando mitigar el terrible dolor que azotaba su cuerpo.
Si estos eran los síntomas del celo, que él una vez anhelo. Hoy se arrepentia de haberlo deseado.
Sentía su frente perlada y húmeda, sus muslos internos los sentía pegajosos, pero por más que quisiera alzarse de la cama y buscar un nuevo cambio de ropa, su condición no le permitía ni tan siquiera ponerse en pie.
Dolía.
Jimin quería llorar, realmente dolía mucho.
Comenzó a gimotear en la oscuridad de aquella habitación, llamándolo.
Llamando a su Alfa.
Yoongi quien estaba al otro lado, en la habitación de sus tíos/padres, se enderezó de un solo en la cama.
Sus caninos aún se mostraban en su boca, sus ojos perlados de un azul oscuro, el humano estaba dormido, el lobo estaba mandando en su cuerpo.
Salió de la habitación y cerró la puerta, un trueno se dejó escuchar y luego un rayo iluminó el pasillo por el cual el cuerpo del humano se movía.
Olfateando en el aire el delicioso aroma de su Omega.
Suyo.
Se detuvo frente aquella puerta, su pecho se llenó del aroma en el aire y sin preámbulo alguno entró en la habitación y cerró la puerta una vez estuvo dentro.
— A-alfa~ —gimoteo el rubio en la cama, retorciéndose del dolor.
El lobo observó aquel cuerpo, aquel delicado cuerpo que seria complementa suyo.
"A su debido momento" hablo el humano, despertando del sueño inducido que el lobo había impuesto sobre su conciencia.
"No" respondió el lobo.
Camino hacía el cuerpo tembloroso del rubio y se detuvo al ver las mejillas rojas y sus ojos, sus bellos ojos rojos con aquellas manchas doradas, totalmente dilatados.
Se sento sobre la cama, Jimin se acercó instintivamente a él.
Sus ojos seguían el pequeño cuerpo entre sus brazos, Jimin le observaba.
Los potentes ojos azules oscuros del lobo comenzando a cambiar lentamente a los negros cual noche sin luna, del lado humano.
Jimin chilló cuando otro calambre azotó su vientre y se encogió en el lugar.
— J-jimin..... —dijo Yoongi una vez hubo recuperado la conciencia.
El rubio alzó la vista hacia aquella voz que lo tenía hipnotizado.
