El día seguía tranquilo, la princesa seguía en su habitación, solo dejaba que su escolta, el caballero Galahad entrase para dejarle de comer y sacar los platos sucios, así se pasó por unos dos días hasta que su madre decidió hablar con ella, se dirigió al cuarto de su hija, en la puerta estaba parado Galahad, quien al verla de inmediato le hizo una reverencia, la reina lo veía y decía: - entraré a ver a mi hija-, por lo cual Galahad respondía: - si mi reina, si necesitan algo solo llame-, la reina solo sonrió y entro a la habitación con su hija, la princesa estaba recostada boca abajo en su cama, su cabeza era cubierta por su almohada, su madre al ver que tan lamentable estaba su hija suspiró pesadamente y se acercó sentándose en una orilla de la cama, para después con una actitud seria decir: -hija, debes levantarte ya, no puedes estar así... tan despreciable-, la princesa se levantó poco a poco para ver a su madre muy enojada, esta le comenzó a decir: - ¡¿cómo quieres que este bien si me comprometieron con un hombre al cual no amo?!-, la reina se levantó de la cama sin dejar de mirarla, para luego decirle: - te educamos como la princesa perfecta, no deberías tener una objeción sobre esto, solo debes aceptar la realidad y cumplir lo que nosotros digamos, solo queremos lo mejor para ti, te eduqué para ser una gran reina, como a mi me educaron mi cielo, por eso debes aceptar esto, es por tu bien-, la princesa al escuchar aquellas palabras de su madre se levantó de la cama y se acercó a ella, de una forma un poco desafiante la veía mientras decía: - ¡¿por mí bien?!, ¡¿cómo todo esto puede ser por mi bien?! No amo a esa persona, no me hará feliz, solo es un maldito capricho de ti, ¡solo tu quieres ser feliz!-, la madre al momento de escuchar las palabras de su hija y sin dudarlo le dio una cachetada en su mejilla derecha muy molesta, furiosa, la princesa solo recibió el golpe, a causa de eso su cabeza hizo un pequeño giro al lado izquierdo, puso su mano derecha en su mejilla con los ojos cristalinos, sin decir nada salió de la habitación lo más rápido que pudo cerrando la puerta con fuerza, su madre solo se quedó parada intentando relajarse, aquella situación le causó mucho estrés, mientras tanto el caballero Galahad siguió a la princesa, este había escuchado todo lo que pasó, intentaba pensar en una forma de calmar a la princesa, metido en sus pensamientos y sin darse cuenta, habían llegado al mismo jardín donde la princesa le gustaba leer sus libros, se sentó en el mismo lugar de siempre, solo que esta vez cubrió su rostro con ambas manos y comenzó a sollozar, Galahad se acercó lo más silencioso posible, al estar cerca de ella se sentó a su lado sin decir nada y le ofreció un pañuelo que guardaba en el cinturón de su armadrua, Lucia tomó el pañuelo y comenzó a limpiar sus lágrimas, intentando dar calma a su sufrimiento, Galahad al ver a Lucia más calmada sonrió un poco, aunque no se notaba por su casco y le dijo: - princesa Lucia, si me permite aconsejarle, cuando era mas joven mi hermano decía que el mejor método para dar calma y pensar las cosas era bueno comer un poco de nieve dulce-, Lucia bajó un poco sus manos poniéndolas en su regazo y volteó a ver a Galahad mientras decía: - ¿de verdad?... Pero no puedo salir del castillo sin guardias... -, Galahad se levantó y le ofreció su mano para ayudarle a levantarse y decía: - bueno, soy su escolta, seguro que así puede salir, conozco un lugar en la ciudad donde venden una muy deliciosa nieve dulce-, Lucia tomó la mano de Galahad y se levantaba para sonreír un poco y caminar con él a la ciudad, al llegar ahí Galahad guió a Lucia a un pequeño mercado muy tranquilo, solo se veían a los vendedores sentados frente a sus tiendas muy tranquilos pero cuando ambos pasaban frente a esas tiendas los vendedores saludaban a Galahad, ya que a pesar de que tenía el casco ellos lo reconocían, Galahad respondía los saludos muy amable y feliz, a Lucia le daba un poco de curiosidad, así que le preguntó: - Em.. Galahad... ¿Puedo saber por qué conoces este lugar? -, Galahad sin dejar de caminar al lado de Lucia contestó muy eufóricamente: - este lugar es donde yo vivía con mi hermana mayor cuando era niño-, a Lucia le daba más curiosidad por Galahad y su hermana, así que preguntaba: - ¿con tu hermana? ¿Dónde está ella? -, Galahad se detuvo por unos momentos al recordar su pasado, Lucia se detenía junto con él, Galahad suspiro un poco para después un poco serio contestar: - ella murió cuando tenía 13 años... -, al instante de terminar de hablar siguió caminando, Lucia se quedó unos segundos parada para luego intentar seguirle el paso mientras con una voz un poco triste contestarle: - yo no lo sabía, lo lamento tanto Galahad, yo no quería ser... -, Galahad la interrumpía diciéndole: - no se preocupe princesa, no hay problema-, Lucia un poco más animada siguió a Galahad hasta llegar a una pequeña tienda, Galahad se detenía en la puerta de esta tienda mientras decía: - aquí es princesa, adelante-, Galahad le abría la puerta y dejaba entrar primero a Lucia, dentro de la tienda se podía ver las estanterías con los contenedores donde tenían aquella nieve dulce de distintos sabores, al igual que algunos otros dulces, las paredes eran de un color rosa, daba una sensación de tranquilidad y calidez, de una puerta dentro del lugar salía una anciana con un bastón, la anciana era de estatura baja, encorvada, con pelo blanco y piel arrugada, con una suave voz decía: - bienvenidos al rincón dulce, ¿que les puedo ofrecer? -, se quedó unos segundos callada hasta que reconocía aquella armadura, para muy feliz acercarse un poco más y decir: -¡Galahad!, mira cuanto has crecido, cuánto tiempo sin verte-, Galahad se quitaba el casco dejándolo en una repisa y se acercaba a abrazar a la anciana diciendole: - hola Lani, veo que sigues igual de joven como aquel día cuando me fui de aquí-, era un hermoso momento, un reencuentro, Lucia estaba sonriente conmovida por el momento solo los veía y la anciana veía a la princesa: - pero si es su majestad, es un honor tenerla aquí, por favor siéntese-, la anciana caminaba hacia la entrada para tomar una silla de madera que intentaba cargar pero era ayudada por Galahad, quien se la acercaba a Lucia con una sonrisa mientras ella agradecía, se sentaba en aquella silla juntando las piernas mientras Galahad tomaba otra silla para la anciana, la ponía frente a Lucia, la anciana se sentaba y dejaba el bastón recargado en la pared mientras decía: - veo que ahora cuidas de la princesa Galahad, tu hermana estaría orgullosa de ti-, Galahad sonreía un poco, auqbeu también le daba algo de tristeza, Lucia veía a Galahad preguntándole un poco: - ¿aqui es donde vivías? -, Galahad asintió con la cabeza para luego decir: - Lani me encontró en la calle y me dejó vivir aquí con ella-, la anciana habló después: - Galahad, ¿podrías preparar un poco de té para mí y su majestad? -, Galahad asintió para entrar por la puerta donde salió la anciana, inmediatamente la anciana dijo: - su majestad, usted quiere saber sobre el pasado de Galahad ¿verdad? -, Lucia miró un poco sorprendida a la anciana, era exactamente lo que quería saber, pero ni sabía cómo era que ella supo que quería, por lo que dijo: - si, me gustaría conocerlo un poco... Pero no sé cómo decirle-, la anciana sonrió y le dijo a Lucia: - no te preocupes por eso, solo se directa, aunque parezca que le da tristeza hablar sobre ello, el necesita a alguien que lo escuche, creo que tu podrás hacer eso-, antes de que Lucia pudiera decir algo más, Galahad entraba con tres tazas de barro y una tetera, lo dejaba en una pequeña mesa y servía el té para los tres, al estar listos los repartía y Lucía decía: - gracias, este es un lindo lugar, muy tranquilo-, la anciana le contestó: - si, siempre ha sido así, normalmente todos van a la capital a comprar, pero aquí vendemos lo mismo y un poco más barato-, Lucia continuó: - ya veo, es interesante, no sabía que había un pequeño mercado en esta zona del reino-, unos minutos después la anciana se levantó y tomó su bastón para decirle a Galahad: - iré a comprar unas cosas, ¿podrias cuidar la tienda mientras no estoy? -, Galahad le contestó: - claro que si Lani, ten mucho cuidado en la calle-, la anciana asintió con la cabeza y salió de la tienda, dejando a Lucia y Galahad solos, la princesa dejó su taza en una repisa y con un poco de nervios le preguntó a Galahad: - disculpa... Galahad... ¿Podrías contarme un poco de cuando eras niño? -, Galahad, quien estaba tomando un poco del té, dejó su taza a un lado de él para después hablar: - claro princesa... Cuando era niño vivía en la calle con mi hermana, solo éramos nosotros dos, intentando sobrevivir, ella admiraba mucho a los soldados, quería ser una de ellos, pero un día enfermó, hice lo que pude para conseguir dinero para sus medicinas, pero no conseguí el suficiente, ella murió tres días después, sus últimas palabras fueron que yo... Yo tenía que ser alguien en la vida, prometí ese día que sería un caballero como los que ella admiraba y que ayudaría a niños como nosotros... Y... -, Galahad quién intentó no llorar comenzó a sollozar un poco mientras seguía hablando: - Lani me encontró un día mientras caminaba buscando algo de comer, me trajo aquí y me alimento, me dio un lugar donde dormir, un hogar, desde entonces considere a Lani como una madre, siempre me cuido hasta el día en el que tuve la edad para entrar al ejército, ese día ella estaba muy feliz y con los ahorros que junto ese mes... Me compró este casco -, con ambas manos tomaba el casco y lo miraba recordando, el casco no era tan común, Lucia solo lo veía atenta, Galahad siguió: - Desde entonces me esfuerzo para mejorar cada día y cuido este caso como si fuera mi vida-, al terminar de hablar se limpio las lágrimas y dejó el casco, para después sonreír un poco, Lucia al verlo sonreír suspiro un poco aliviada para decir: - me alegro mucho que tu vida mejorase... De verdad que si, ahora comprendo un poco tu dolor-, Lucia se levantó y abrazo a Galahad, un poco sorprendido Galahad correspondió a ese cálido abrazo. Al anochecer ambos regresaban al castillo y Galahad acompañó a Lucia a su habitación, en la puerta Lucia sonrió un poco y volteo a ver a Galahad para darle un beso en la mejilla y decir: - gracias por lo de hoy, fue un divertido día-, Galahad sonrió y le hizo una pequeña reverencia a la princesa mientras decía: - no fue nada princesa, fue un gran honor que me acompañara el día de hoy, descanse princesa y si necesita algo por favor avíseme-, Lucia feliz entró a su habitación y fue directo a dormir sin quitarse de la cabeza el lindo día que tuvo con Galahad.
Unos cuantos minutos después entraba el rey algo serio como de costumbre, Lucia se sorprendía ya que su padre casi no hiba a verla, siempre era su madre, este se sentó en una silla que estaba al lado del ropero, miró a su hija la cual estaba en su tocador peinandose mientras decia: - hija, tenemos que hablar sobre tu boda-, Lucia suspiraba un poco dejando su cepillo en su mesita de madera y veía a su padre muy seria, mientras él decia: - casarte con este príncipe te hará bien, no tendrás que preocuparte por nada ni nadie, solo de ti y de él-, Lucia lo interrumpía diciendo: - padre... Yo no lo amo, no puedo casarme con el, no se quien es, ni si de verdad va a amarme, no puedo estar con alguien así como así-, su padre suspiraba un poco y se acercaba a ella para después decir: - esa no es tu decisión, no puedes decidir con quien casarte ni con quien ser feliz, así que vete quitando esa idea del amor-, Lucia no decía nada, solo estaba en silencio viendose de nuevo en su espejo esperando a que si padre saliera, al momento de que el se iba limpiaba su rostro y seguía arreglandose para ir a dormir. Así pasó la noche, muy tranquila y uno pensaría que aquí terminaría el asunto, pero no, al día siguiente, a muy temprana hora, Galahad ya estaba esperando en la puerta de la habitación a Lucía, después de unos cuantos minutos salía Lucía arreglada para salir, Galahad al verla se sorprendió un poco por lo que le preguntó: - mi princesa, ¿a dónde irá? -, Lucia le sonrió y tomó de la mano, para decirle: - iremos, ambos iremos a un lugar divertido-, Lucia con muchos ánimos jaló del brazo a Galahad para llevarlo a los jardines del palacio, eran muy grandes y muy hermosos, pero lo particular era que tenía un gran laberinto hecho con pequeñas hojas de los árboles, Galahad no había visto esa parte de los jardines, era muy impresionante, Lucia seguía jalandolo hasta llegar a la entrada del enorme laberinto, le decía a su acompañante con una sonrisa: - juguemos un poco aquí, ¿si? -, Galahad la veía y asentía con la cabeza para ver como entraba Lucia al labarento, para así dar comienzo a algo muy lindo que pasaría entre ambos. Galahad y Lucía se paseaban por aquel laberinto, solo la princesa y su más confiable sirvienta sabían el camino para ir al centro de este lugar, Galahad sin saber a dónde iban solo seguía a Lucía, quien estaba muy sonriente, estaba feliz de mostrarle al chico el lugar que más le gustaba, así ambos entraban y caminaban por el confuso camino para llegar al centro del laberinto, donde estaba una mesa con dos sillas, un árbol al lado izquierdo tan grande que hacía una sombra en esa mesa, Lucia rápidamente caminó a la mesa sentándose en una de las sillas mientras veía a Galahad y decía: - señor caballero, aquí no puede entrar con esa armadura, debe quitársela-, Galahad negaba con la cabeza para después decir: - su majestad... No puedo hacerlo, si alguien nos ataca no podré defenderla y... -, Galahad era interrumpido por el puchero de Lucía, quien, con los cachetes inflados decía: - quiero verlo sin su armadura-, al escuchar a Lucía Galahad suspiró y comenzó a quitar su armadura, empezando por el casco para seguir hacia abajo, dejando al último sus botas, quien no se las quitaba ya que si no quedaría descalso, Lucia al verlo sonreía para después invitarlo a sentarse mientras decía: - se ve mejor sin su casco caballero Galahad-, Galahad se ponía un poco rojo sentándose frente a la princesa, de repente la sirvienta más leal, Lilith, ella traía un almuerzo pero no uno normal, si no uno compartido, como pareja, Galahad no entendía el por qué lo hizo, por lo que Lilith decia: - mi pequeña Lucía tenía ganas de compartir una comida solo con usted, aunque no lo dijo, vi que venían para este lugar así que lo preparé en seguida, espero disfruten-, Lilith salía del lugar dejando a los dos solos, Lucia estaba un poco nerviosa y con las mejillas muy rojas, intentaba hablar, pero Galahad le ganó, este decía: - princesa... Gracias por invitarme esta comida, yo... No se como agradecerle-, Lucia inmediatamente decía: - ¡Galahad!... Quiero decir... Caballero Galahad, con su presencia aquí, a mi lado, con eso basta, me basta con que tu... Tu me acompañes-, Galahad se sorprendía un poco, pero después sonrió viendo a Lucia, al parecer ambos sentían lo mismo.
Así pasaron las horas, ambos se divirtieron hablando y conociéndose más, el cielo estaba rojizo por que ya estaba a punto de anochecer, Galahad tomaba su armadura y le decía a Lucía: - su majestad, debemos irnos, ya casi es de noche-, Lucia sonreía y se acercaba a Galahad y se ponía enfrente y le decía: - no me digas su majestad, solo dime Lucía, ¿de acuerdo Galahad?-, Galahad sonreía y asentia con la cabeza, para comenzar a ponerse su armadura, Lucia se daba la vuelta y le decía de forma tímida a Galahad: - y... Galahad, ¿quieres ir al baile conmigo?, me enteré que harán un baile antes de mi boda... Y no quiero ir con ese príncipe...-, Galahad antes de ponerse su casco se acercaba y ponía sus manos en los hombros de Lucía mientras decía: - si Lucía, me encantaría ir al baile contigo-, Lucia sonreía muy feliz y lo abrazaba dándole un beso casi en los labios, Galahad no se movía, solo la abrazaba y al separarse de ese beso Galahad la miraba a los ojos, Lucia al verlo también se sonrojada de nuevo y desviaba la mirada, ambos encontraron un sentimiento mutuo, pero... ¿que puede ser?...
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Dos Almas Unidas Por Un Solo Destino (en Progreso)
FantasyEsta... Es una historia de aventuras, sobre un niño que quiere ser el rey de los pir...No, lo siento, así no es esto, esta historia trata sobre una princesa, una pobre princesa de la cual todos esperan grandes cosas, tanto que es agobiante para ella...