True love doesen't exists

QUINCE

Día uno sin ti; te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer.

Sabrina: disculpa que no te conteste ayer, pero estaba un poco ocupada. Bueno pues que quieres que te cuente?

Nicholas: no, no importa. Pues están peleadas o no? Ella me diría, pero ya no somos amigos.

Sabrina: bueno la verdad tiene un poco que ver con eso. Estábamos hablando y le conté de ti. Creo que para ese entonces ustedes ya estaban peleados, entonces me empezó a decir que tú eras muy mala influencia en mí y un montón de cosas más. Te defendí, pero creo que eso solo la enojo más. Que paso entre ustedes?

Nicholas: que raro que ella este así. Ella nunca es tan egoísta. Bueno nada importante. Te quieres juntar mañana en el recreo?

Amanda ha leído el mensaje.

Amanda se ha desconectado.

Me fui a dormir. La verdad ya no me importo si me contestaba o no. Lo más que me preocupaba era Ethan.

Obviamente Amanda le conto todo, y no sé qué me dirá el. Creo que me amenazara o algo.

Día dos sin ti; no salgo de la cama, aún estás conmigo, tan guapa, aunque sea en mis pesadillas.

Obviamente ni me moleste en levantarme. Ya me había despertado, vi la hora y eran las 5 de la mañana, pero decidí quedarme en mi cama.

Mi mama llego a mi cuarto y me pregunto si quería ir al colegio. Le dije que me sentía muy mal, que mejor no.-era mentira. Bueno parte.

Me quede todo el día en mi cama, viendo televisión. Me llevaban la comida a mi cuarto, pero ni siquiera tenía ganas de comer.

Nunca me había pasado esto. No sabía que me pasaba.

Dieron las 3 de la tarde y mi mama llego a la casa.

Entro a mi cuarto, pero no estaba sola. Había traído a un especialista. Creían que estaba “en depresión” lo cual eso era estúpido. Yo solo me sentía un poco mal y no tenía hambre. Nunca. Pero eso no eran síntomas de depresión.

Me hiso un chequeo y después salió de mi cuarto para poder hablar con mi mama.

Poco tiempo después mi mama entro a mi cuarto. Se miraba un poco triste, pero ignore eso.

Se sentó en mi cama y le salió una lágrima.

-“que te paso mama? Ya me estas preocupando”. Le dije, muy dispuesto a tener una respuesta.

-“pues hable con el doctor y me dijo que si estas en depresión. Pero no entiendo porque. Te hemos dado todo y no te ha pasado nada malo o sí?”. Empezaron a caer las lágrimas. De mí también.

-“no lo sé mama. Será que me puedes dejar solo? Estoy un poco cansado”. Le mentí. No le quería decir lo de Amanda.

Me quede dormido.

Día tres sin ti; no llamas y todo, las canciones, mi cama la pena en mi pecho tu nombre. Mi nombre con el tuyo tus fotos mis trozos, nuestros restos.

Al día siguiente tampoco fui al colegio. Mi mama estaba muy preocupada por mi depresión.

Día cuatro sin ti; me dejaste a las tres. El reloj lleva 4 días marcando las tres y cinco.

Día cinco sin ti; tu ausencia aplastando mis entrañas, pareciera que han pasado por mi alma 90 años.

Día seis sin ti; hoy solo he llorado escuchando a Andrés y leyendo a Ernesto. Voy mejorando.

Día siete sin ti; mi madre me ha besado las orejas y dejado el ataúd que es mi cama sin ti, dejando al lado de la almohada una nota de resurrección.

Día ocho sin ocho sin ti; me he ido a dar un paseo a la playa, ha llovido como si le hubieran roto el corazón al cielo y he comprendido que uno es de donde llora pero siempre ha querido ir a donde ríe.

Así han pasado todos los días. Esperando que algún día ella llame, o escriba.

Día nueve sin ti; no te olvido, pero hoy he vuelto a reír de nuevo y he sentido un anhelo reconfortante al abrir la ventana, como si el aire barriera los fantasmas de mi suelo.

Día diez sin ti; he dejado de huir, porque me he dado cuenta que soy el único que me sigue. Tu recuerdo tampoco; se ha quedado atrás. Creo que me acerco a la meta.

Escribía todos los días esto. Esperando en que alguno ella llegara a mi casa y los leyera, entendiendo como sufría sin ella.

Día once sin ti; me he olvidado que te he estado olvidando, y me olvide de ti.

Día doce sin ti; he conocido a alguien. Soy yo, voy a darme una oportunidad.