Prólogo

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—¡Porque no puedo sentir nada! —su voz era histérica, cargada totalmente de emociones, era como si aquello que dijo estuviera lo más alejado posible de la realidad, porque Andrea podía escrutar, gracias a los ojos de Daniel, que él podría llorar en cualquier momento— Cada vez que intento sentir algo por alguien, o algo por algo, mi mente termina la frase diciéndome "sí, claro, siguiente". Hace unos meses apliqué para Google. Para una pasantía de becarios en software. Estuve tan emocionado porque había pasado el primer filtro ya: me habían dado a la tarea de hacer una prueba de programación para ir al siguiente filtro. Pero después de unas semanas de haberla hecho, recibí un e-mail suyo diciéndome, básicamente, que no estaban interesados. Pero... ¿sabes qué fue lo peor de todo? Que yo no sentí nada. Intenté sentir que mi corazón se rompía, intenté hacerme creer que aquello iba a afectarme emocionalmente a tal grado que mi existencia se vería severamente juzgada debido a aquél patético intento mío para poder ingresar en una de las grandes. Realmente creí que algo depresivo iba a llegar, pero jamás llegó. Jamás llegó NADA. Mi mente me dijo estas mismas palabras: "sí, claro, siguiente". Cuando me enteré que mi primera novia me estaba engañando a mí me dio igual, es siempre lo mismo. Cuando me aburrí de la siguiente novia que tuve, simplemente la dejé diciéndole "necesito tiempo". Ni siquiera la terminé apropiadamente, porque me daba igual. Todo me da igual. No puedo derramar lágrimas por nada malo ni bueno que me pasa. Cuando ingresé a mi universidad claro que aquello hubiera sido la mayor felicidad que hubiera recibido, era, de hecho, lo mejor que me había pasado en la vida. Pero, ¿acaso lo expresé? ¿Acaso, como casi cualquiera hubiera hecho, lloré de felicidad? ¿Acaso sentí algo, siquiera? —en este momento, las palabras de Daniel estaban al borde de los gritos— ¡Para mí, aquello no era más que un simple trámite! ¡Algo que iba a pasar, y ya! ¡No sé porqué no puedo ser como los demás! ¡No sé porqué no puedo sentir todo lo que los demás sienten! Y hace unas semanas me di cuenta de un súper-poder que tengo. Vi el vídeo más emotivo, en donde un hombre se le declara a una mujer luego de haber pasado muchísimo tiempo lejos el uno del otro. Y lo mejor de todo, ella ni si quiera sabía que se iba a encontrar con su novio en la ciudad donde ella estaba en ese momento. Y ahí me di cuenta de que puedo fingir emociones. Gracias a eso supe que, en las contadísimas ocasiones que he llegado a "sentir" algo, fue, de hecho, gracias a las demás personas, y no porque si quiera mi mente intente sentirlo. El hecho de ver a aquella mujer llorar de felicidad me hizo a mí llorar de felicidad, inventándome que a mí me declaraban su amor de esa manera, inventándome todo. Cuando vi a mi mamá llorar porque su papá había muerto, lloré incontrolablemente inventándome que yo me sentía igual de mal que ella. Pero, detrás de aquella máscara de falsedad, dentro de mi indigesta y nauseabunda mente, en mi repulsiva piel, no había nada. Jamás he sentido nada en toda mi vida. ¿Por qué no puedo ser como todos los demás? ¿Por qué no puedo sentir nada? Esa la parte en donde te das cuenta que eres un asco, no por no poder sentir nada, sino por poder inventarte sentimientos. Odio mi vida.

* * *

Entonces, hace muchos meses ya, tuve este pensamiento: ¿y si soy gay? Luego-luego me dije "nah, no lo creo, me gustan las mujeres" lo cual, en efecto, era y es verdad. Me gustan las mujeres. Pero no en una forma tradicional, sino, me gusta su cuerpo, me veo atraído a las curvas que, luego de tanto esfuerzo, las hembras pueden llegar a tener y tienen el valor de presumir, con todo derecho. Entonces, ¿por qué tuve esa pregunta en primer lugar, si me gustan las mujeres? Bueno, luego de pensarlo un poco, me di cuenta que no me gustan para una relación. Luego de haber roto varios corazones y luego de tantísima información impactada en mi cerebro acerca de lo que muchos llaman un sinsentido (yo, incluyéndome) y lo que para otros es muchísimos géneros (hombre, mujer, non-binary y otros nombres) me di cuenta de dos cositas: una, me doy asco por la indiferencia que tuve al terminar con aquellas novias, y dos, la atracción que tengo hacia las mujeres ha sido siempre la misma, desde que tengo memoria; la cual es, pude conjeturar luego de múltiples sesiones de hablar-conmigo-mismo, el deseo de estar en su piel. El deseo de querer ser como ellas, no metafóricamente hablando, sino sexualmente hablando. El deseo de tener una vagina, en lugar de un pene. No creo que esto me convierta en un travesti, debido a que tengo bien en claro que la ropa de mujer va con mujeres y la ropa de hombre va con hombres. No obstante, cada que paso al lado de tiendas de ropa exhibiendo, en aquellos maniquíes tan irreprochablemente absolutos, ropa femenina, me digo a mí mismo: "mataría por haber nacido mujer". Ahora, dudo que esto, por consecuente, me convierta en transexual, porque, criado por padres católicos conservativos, tengo cierta aversión hacia las personas que he visto y que notoriamente son transexuales. No lo veo natural, es como que "dude, naciste hombre/mujer, quédate hombre/mujer, es lo que yo hago, a pesar de querer lo contrario". Una anécdota curiosa es que, de chiquito, prefería jugar con Barbies (u otras muñecas) junto con una prima mía, a jugar fútbol con mi hermano y otros primos. La verdad no sé porqué, simplemente sentía mayor comodidad, mayor calidez. Algo que rara vez siento, ya que no estoy acostumbrado a tocar a otros seres humanos. Como, de verdad, solo me tocan cuando me abrazan en mi cumpleaños. Raro, raro soy. Entonces, ¿qué verga soy? En realidad quise investigar más acerca de todas las identidades sexuales que hay, pero me dio flojera. Porque no me siento identificado con la comunidad LGBTQ+. Y, creo que para formar parte de un grupo, hay que sentirse identificado con él, entonces, adiós. Tal vez soy un raro espécimen que aún no tiene clasificación en aquella comunidad, o, tal vez, y muy probablemente, entro en alguno de los millones de cajones con formas para cada quien que aquella comunidad generó y que tiene algún nombre raro como "Queer" o "Pangender", pero simplemente me niego a aceptarlo.

El ladrón de carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora