Introducción.

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Rubius estaba muy nervioso. Las manos le sudaban, sus movimientos eran torpes y si hablaba, las palabras saldrían atropelladas difíciles de comprender. Fargan llegaría en cuestión de minutos, provocando que un remolino de emociones creciera en su interior. En su mente se repetían palabras de aliento para sí mismo. ''Puedes hacerlo, no tengas miedo'' deseaba que fuera tan fácil como pensarlo. 

Pasó una mano por su cabello observando fijamente la cajita que descansaba en medio de la mesa. Lo había decidido hace tiempo, quería pasar el resto de su vida con Fargan. De solo imaginar su rostro, sus ojos brillantes y la sonrisa tímida cuando le mostrase el anillo, ocasionaba que su corazón se agitara con frenesí. Estaba emocionado y a la vez aterrado. Pero lo haría, ya no iba a echarse para atrás.

—¡Rubius!—escuchó la voz del dueño de sus pensamientos desde el exterior de la casa. Una sonrisa ladina se dibujó en su rostro y se levantó yendo a atender a su amado, no sin antes guardar el estuche en el pequeño cajón de la mesa ratona.

Al abrir la puerta, Rubius sintió como una calidez inmediata se instalaba en su pecho mandando a segundo plano los nervios que lo carcomían. Fargan lo observaba con una pequeña sonrisa, y eso era suficiente para animarlo. Su respiración se detuvo por un segundo al tenerlo tan cerca de repente, ya que el mayor se había estirado para dejarle un dulce beso en la mejilla a manera de saludo. Solía suceder que cuando estaban juntos bajaba la guardia por completo, así que son varias las veces en las que era sorprendido por acciones como aquellas.

—Pasa, pasa—dijo a lo que Fargan obedeció dirigiéndose a la sala con confianza. Rubius lo siguió, sentándose en el sofá contrario para verlo de frente. Notó que traía su máscara de búho, por lo que alzó una ceja confundido.—¿Por qué traes el antifaz?

—Estaba en casa de Willy—respondió, viendo como Rubius fruncía el ceño con diversión en su semblante. Rió un poco, ladeando ligeramente la cabeza haciendo que sus cabellos cayeran con suavidad.—¿Qué?

—Cuando ustedes se juntan pasan cosas, cosas explosivas. Es peligroso—decidió ir al lado de Fargan, ganando toda su atención.—Le pusieron minas a Auron, ¿eh?

—Shh, no digas nada—pidió con un tono lastimero acercándose más al menor.

De repente el silencio inundó el lugar. Rubius se quedó admirando el rostro del contrario, guardando cada detalle como le fuera posible. Acercó su mano y con parsimonia retiró el antifaz. Fargan se sentía descubierto ya que aquel accesorio siempre lo acompañaba, pero al cruzarse con la mirada brillante de Rubius supo que estaba bien. Esta vez su mano viajó hasta su mentón girando un poco su cabeza y el momento esperado para ambos llegó: sus labios se unieron en un tierno beso donde el resto del mundo dejó de existir, siendo solo ellos compartiendo una muestra de amor.

Fargan había cerrado los ojos dejando que Rubius guiara aquello. A pesar de haberlo besado muchas veces en el pasado, aún sentía la misma magia y el nerviosismo de estar besando a la persona que más amaba. Era especial, lo apreciaría siempre. Además, Rubius lo hacía bien, no servía de nada mentir; era capaz de transmitirle y generar tantas emociones que su corazón había quedado encantado desde que se besaron por primera vez.

Cuando se separaron, Rubius le dedicó una pequeña sonrisa nerviosa.

—¿Puedes ir a la terraza? Tengo algo que mostrarte—dijo el menor a la par que se levantaba del sofá intentando disimular su nerviosismo, cosa que no sucedió puesto que se chocó con la pata de la mesita.—J-Joder.

—Claro.—Fargan comenzaba a sospechar de que algo pasaba. Esa actitud nerviosa en Rubius no era habitual, lo conocía bien. Sin embargo, pronto lo descubriría.

Por su parte, Rubius aprovechó que el mayor estaba de espaldas y con suma cautela buscó el anillo. Con ambas manos detrás de la espalda se acercó hasta su pareja. El ambiente de la noche era perfecto. Las estrellas brillando sobre sus cabezas y la luna avanzando a su tiempo. El fuego de las antorchas y Karmaland iluminado. La emoción en Rubius crecía cada vez más.

—Lindura, escúchame—comenzó a hablar. Pasó saliva nervioso al notarse un leve temblor en la voz.—Esto es muy importante y no puedo decirlo dos veces.

Fargan empezaba a sentirse cada vez más ansioso. Sus mejillas ardían en anticipación dándole un tierno rubor producto de las palabras del otro. Sus sospechas se vuelven más acertadas a cada minuto. Su corazón latía con rapidez incapaz de detener el escalofrío que recorrió su cuerpo completo. En respuesta, un leve e incesante temblor se instaló en su sistema.

—Sabes bien que eres muy importante para mí. Cada vez que me besas me haces sentir el más afortunado de Karmaland, y todos los momentos que pasé a tu lado me hacen muy feliz—siguió hablando con más seguridad. Notó la mirada vidriosa del mayor y sonrió.—No tengo dudas al decidir que quiero pasar el resto de mi vida contigo, amándonos cada día más sin importar nada.

—Ru-Rubius—murmuró Fargan afligido. Ser tan importante para él le provocaban ganas de llorar, abrazarlo y decirle que también lo amaba mucho, que pensaba de la misma manera.

Rubius tomó aire, cerrando los ojos por unos segundos para luego abrirlos dando un reflejo de amor que iluminaba sus orbes.

—Es por eso y más que te pregunto, Fargan.—Por fin llegaba el momento. Reveló sus manos frente a él mostrando el elegante anillo de compromiso que tanto le costó elegir. Alzó la vista por un momento, y al ver el rostro sorprendido de su amado junto a las lágrimas que caían por sus mejillas supo que lo había hecho bien.—¿Quieres casarte conmigo?

(🍁)

¡Hola! bienvenidos a mi escrito para aportar al bonito shipp Willgan.

Primero que nada dejaré unas explicaciones para que puedan entender mejor:

\En ningún momento buscaré ofender a los youtubers detrás de estos personajes de rol. Por favor, separemos lo real de lo ficticio. Será esto, sus personalidades en el increíble mundo de Karmaland. No se enojen :c 

\Habrá momentos entre Rubius y Fargan ya que son prometidos en esta historia. ¡No quiero escribir a nadie como el malo! Pero necesitaba alguien que fuera el ''villano'' y le tocó a Rubius. Lo sientoo

\Habrá menciones del Luzuplay, Mangelito y poco Rubegetta.

Espero que les guste mucho y lo disfruten como yo al escribirlo. 💜

Lamentos » Willgan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora