Canelita Gym [KaiSoo]

TRES / TRES

DÍA 363: SOLO TIENES QUE CAMBIAR PARA AMARTE A TI MISMO, NO PARA QUE TE AMEN LOS DEMÁS

— ¡Lo digo en serio Soosie! JongIn está enamorado de ti — Rodé los ojos como por décima vez en el día. El calor de aquella mañana me estaba poniendo de mal humor.

Estábamos de paseo cerca de un bonito lago con cabañas alrededor, nuestro curso organizó el último viaje para celebrar que pronto nos graduaríamos e iríamos por caminos diferentes ¡Al fin! ¡Hasta luego losers! ¡Espero no verlo nunca más!

— No seas ridículo Baek, JongIn no está enamorado de mí. — porque si ese maldito bastado lo estuviera, no me hubiera dejado todo ilusionado por un beso que nunca llegó en medio de la acera y a la mañana siguiente actuar como si nunca hubiera pasado nada. ¡Ja! Si eso es estar enamorado, que bien que no me odia.

— Si lo está. — apoyo LuHan con una sonrisita pícara que, sí, efectivamente me dieron ganas de rodar los ojos otra vez.

— Si lo está. — Ese fue SeHun ¿Esa clase de personas eran mis amigos?

— Si lo está. — ¡Bien! El que me faltaba; ChanYeol y su bocota chismosa como siempre.

— Si lo estoy. —

— ¡¿Podrían dejar de jo... ¡Ay, no! — nunca, ni en un millón de años me imaginé pasar por esta situación tan cliché de las novelas románticas ¿Y es que, quien pensaría que me pasaría a mí?

De verdad que por un momento creí que seguía soñando, allí frente a mí, con una bonita sonrisa que hacía a mi corazón derretirse como mantequilla bajo el sol ardiente y un pequeño cactus entre sus manos estaba nada más y nadie menos que Kim JongIn

— En realidad, desde hace tiempo te lo quería decir. Me gustas mucho Do KyungSoo... La verdad es que me encanta todo de ti. Tu sentido del humor, tu carácter, ese noble corazón tuyo, aunque quieras aparentar que no y me- me- ¡Oh demonios!.. ¡Me olvidé de todo! — me reí un poco por el tierno puchero que puso en sus labios al no recordar lo que quería decirme al mismo tiempo que moría de vergüenza por tantos halagos.

— ¡Oh, no! ¡Practicamos toda la noche! SeHun, saca la hoja ¡Rápido! — una mueca de confusión se pintó en mi rostro y más rápido que un.... Bueno en realidad fue demasiado lento, pero mi hermano le pasó una hoja arrugada de papel.

JongIn intento desdoblarla en torpes movimientos y maldiciendo en voz baja. Con una suave sonrisa y el corazón desbocado me acerque hasta él y delicadamente le quite el papel de las manos.

Me miró con esos ojitos de cachorro apaleado y solo coloqué mi mano en su pecho para decirle casi en un susurró.

— Tú también me gustas mucho. — recibí una radiante sonrisa que me provoco una sensación de calidez por todo el cuerpo.

Lentamente posó la palma de su mano sobre mi mejilla que se volvió colorada como las fresas. Él inclinó su cabeza con una tortuosa lentitud sello nuestros labios en un cálido beso.

Nunca creí en eso de los fuegos artificiales ni las mariposas en el estómago ¡Pero, diablos! Sentía un centenar de abejas africanas aguijonear mi pancita. Mis piernas estaban temblando como gelatina y les faltaba la fuerza suficiente para sostenerse por sí solas.

Sus labios esponjosos, calientes y demandantes exigieron más de mí y yo con gusto no me negaría... Claro que como soy yo, algo siempre tiene que pasarme.

— ¡Oigan par de tortolos! ¿Podrían conseguirse un cuarto? — definitivamente ese había sido LuHan con toda la intención de joder.

— ¡Y ese es mi hermano idiota! Respétalo. — y ese era SeHun también jodiendo el momento. Dios los hace y solitos se juntan, dice mi mamá.