Lily Luke es una adolescente marginada que trata de descubrirse a si misma y tomar el control de su vida,y para eso está James,conseguirá James ayudar a Lily Luke? Pasarán cosas en el camino?quédate hasta el final para averiguarlo!!
Salimos de casa del señor Beckett y empezamos a andar por ahí sin saber realmente a dónde ir,pensé que era un tiempo bien empleado ya que estaba haciendo una buena tarde,de repente el profesor me enganchó del brazo y me acordé de como mis abuelos pasean,fue un gesto bonito.
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-Por qué no te gusta que te llamen Lily?
-No lo sé la verdad,supongo que porque me recuerda a mi hermano además siempre he usado ese nombre por alguna razón.-
Me miró confuso,como un niño pequeño.
-Tu hermano se llamaba Lily?-
Reímos ante la evidente broma.
-No,él me llamaba Lily,él se fue cuando yo era muy pequeña,nunca supe porque se fue pero creo que el no se fue si no que le echaron pero tengo prohibido hablar de él desde entonces...-
-Vaya,nunca lo habría imaginado,pensé que querías ser un hombre.
-No lo sé,quizá,es decir no se ni lo que me gusta.
-hmm,interesante.-Dijo él,seguidamente soltó una risita floja.
-Y usted señor Beckett? Que le gusta a usted?
-Llámame James,para mi eres una amiga- sonrió amablemente-A mi me gustan las mujeres, incluso si antes eran hombres porque lo que importa es quienes son realmente y eso hay que respetarlo.
-Tienes razón.-Le sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro,en lo que paseabamos llegamos a un parque y estaba atardeciendo así que nos sentamos en la hierba a ver el crepúsculo.
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-Las vistas son preciosas.-Dije maravillada
-si que lo son.-Me giré para mirarle y ví que me estaba mirando,Me volví del color del cielo y me recoste a su lado.
-ojalá este momento no termine nunca.-
-lo sé,aunque esto...es raro y creo que ilegal.-Reímos pues sabíamos que era verdad pero no nos importaba porque en ese momento éramos felices.James empezó a acariciar mi pelo y me dedicó una sonrisa del color de sus dulces ojos color miel.
-Esto esta mal,muy mal.-Bromeé era cierto pero yo no era tan pequeña solo me faltaban tres meses para cumplir los dieciocho y poder ser libre.
-Si tan mal está por qué no te vas?Preguntó con una sonrisa maliciosa.
-Porque no sé hacer nada bien.-Contesté alegremente Entonces él se acercó a mí,no pensé que esto fuera a ocurrir y menos con un profe pero llevo sintiendo cosas raras mucho tiempo y al menos así descubro que me gusta,así que yo también me acerqué y lentamente nuestros labios se fueron tocando para separarse segundos después.
Aquél momento fue mágico y se convirtió en uno de los recuerdos que llevaría conmigo hasta la tumba.
