1-EL REENCUENTRO

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...

Quién sabe cuánto tiempo llevo caminando, cuántas veces he caído desplomada al suelo, cuantas noches en vela he pasado y cuantas veces he llorado en mis momentos mas frágiles, aterrorizada por el mero pensamiento de no poder ver a Julian de nuevo. La verdad es que he perdido la cuenta de todo.

Scout me guiaba por aquel mundo que creía conocer, pero que ahora se veía tan cambiado, tan hostil... A veces me preguntaba dónde estaban el resto de personas. Habrán muerto? Habrán huido? Se habrán convertido en demonios? No lo sé, trataba de no darle muchas vueltas al tema. Sabía yo desde hace tiempo que esto que había hecho el Diablo no tenía salvación. Solo podía centrarme en una cosa ahora, encontrar a Julian.

...

Mis piernas temblaban, mi garganta estaba seca y necesitaba un pequeño descanso. Y como si de un milagro se tratase, Scout y yo llegamos a una zona que me resultaba curiosamente familiar, un bosque denso, muerto, pantanoso. Allí, un río pasaba, llevando agua no muy cristalina, pero era agua, no podía quejarme.
Miré a Scout por unos instantes, preguntando con mi mirada si era buena idea beber del río. Scout asintió, ladrando un poco de manera amistosa.

Sonreí agotada y me acerqué a la orilla, quedándome de cuclillas frente al río, para entonces juntar mis manos y meterlas en el agua para así poder extraer un poco y beber. La sensación era agradable, el agua estaba fría y mi garganta agradeció el trago. Llené mis manos de nuevo y volví a beber, y otra vez las volví a meter, con el fin de llenar mis manos una vez mas.

Fue entonces cuando noté un trozo de tela fina, pequeña, rozar mi dedo pulgar.

—Pero que...?

Pensé, extrañada. Por algún motivo, sentía que aquello tal vez podría ser algo importante, y decidí hundir mi mano en el río en busca de la tela. Por suerte, se había quedado enganchada en un trozo de rama que se había quedado clavado en lo más profundo del río.
Saqué la mano del agua y mis ojos no daban crédito a lo que veían, y mis manos parecían no creerse tampoco lo que sostenían. Era un parche. Pero no cualquier parche. Era el parche de Julian. Lo reconocería en cualquier parte. Su color desgastado, su tacto, su esencia... Parecía un parche normal, pero dentro, muy dentro de mí, sabía que le pertenecía.

—"J...Julian..."

Cerré los ojos, dejando escapar un par de lágrimas mientras llevaba el parche a mi pecho, pegándolo a este lo mas posible. Aún de cuclillas, me curvé hacia delante, dejando que mi oscura cabellera tapase mi rostro lagrimoso, sonrojado.

Me quedé así unos segundos, temblando y llorando en silencio, hasta que noté una pata en mi espalda. Alcé la mirada y vi a Scout, ladeando la cabeza con las orejas bajas, mientras me acariciaba. Me sequé las lagrimas y me reincorporé, suspirando.

—"No es nada Scout, ya me encuentro mejor... Gracias"

Le sonreí levemente a mi guia. Scout me sonrió, moviendo la cola y miró el parche, con curiosidad.

—"Si esto es de Julian, quiere decir que anda cerca..."

Dije, guardando el parche en mi alforja. La pobre había estado vacía desde que le di mi baraja de cartas a Scout como trato para que me guiase por este mundo. Se sentía bien volver a tener algo guardado ahi. Sobretodo algo tan importante para mí.

Miré entonces a los lados y vi una luz roja a lo lejos, solitaria en lo que parecía una especie de claro. Hipnotizada, comencé a caminar hacia allá, observando aquella luz carmesí, cada vez más intensa. Scout me seguía por detrás, no parecía oponerse, por lo que tan mal encaminada no podía ir.

Al llegar, vi una farola, que iluminaba el claro con esa carácter luz carmesí. Pero eso no fue lo que más me llamó la atención. Fue la puerta que había al lado.

Ladeé la cabeza, confusa. Una puerta....sin paredes.

—"Esto me llevará a algun lado? ...no se si debería entrar"

Justo al decir esa última palabra, noté un leve cabezazo en mi espalda, Scout quería que entrase. Le miré y suspiré.

—Vas a entrar conmigo?

Scout negó, quedándose en el sitio. Yo hice una mueca, preocupada.

—No sé cuánto tardaré... seguirás aqui?

Scout asintió, y yo sonreí aliviada. Me giré entonces mirando a la puerta y solté un gran suspiro, preparándome para cualquier cosa.
Agarré el pomo con duda... pero abrí la puerta. Al entrar, miré el espacio a mi alrededor.

Era una taberna, o eso parecía. Una barra y mesas de madera, repartidas por todos los rincones y un sinfín de espejos rotos, dejando un rastro de cristales en el suelo, que se fundía con el de las botellas y las copas de cerveza y otras bebidas. Una melodía sonaba, era un acordeón. Pese a la aparente jovialidad de la canción, sentía desolación, tristeza. Tantos recuerdos mezclados. Sentía como si ya hubiese estado aquí...y a la vez no.

Fue entonces cuando mi mirada se clavó en el único individuo que se encontraba en el local. Un ser alado, repleto de plumas negras, de apariencia humanoide, muy alto y con piernas de pájaro. Estaba de espaldas, así que no llegaba a ver su rostro...pero no me hizo falta.

—".....Julian...?"

[ARCANA] HANGED RAVENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora